lunes 07 de octubre de 2024 - Edición Nº2133

Provincia | 25 oct 2023

Optimismo oficialista

Massa ofrece lugares al radicalismo progresista y cerca del tigrense especulan con un Milei bajándose del ballotage

Envalentonado con el triunfo en la primera vuelta el ministro candidato acicatea la virtual fractura en Juntos por el Cambio y aspira a sumar a un sector del partido centenario encarnado en Gerardo Morales y Martín Lousteau. Apuesta a una victoria contundente en el ballotage del 19 de noviembre y se especula con que el libertario podría renunciar a la decisiva instancia electoral.


Por: Federico Cedarri

Finalmente el cisne negro que preanunciaban algunas encuestas en el teatro del domingo 22 de octubre se encarnó en la enorme recuperación de Sergio Massa que estuvo a escasos tres puntos de llevarse todo en primera vuelta rompiendo todos los manuales de politología.

Es que según lo que los expertos sostenían a priori era ciertamente imposible que un candidato que transita casi el 140 inflación interanual, más del 100 de costo de vida anual y una pobreza del orden del 40% pudiese ganar una elección.

Lo que algunos consultores políticos dejan de lado es que la Argentina parece ser un caso peculiar, en 1989 el gobierno de Raúl Alfonsín envuelto en un proceso hiperinflacionario llegó al 38 por ciento de los votos.

En realidad, Massa se subió esta vez a la inercia de la maquinaria del peronismo bonaerense, aquel aparato que había sido acusado de cierta desidia y desaprensión en agosto esta vez apareció en todo su esplendor, sobre todo en el conurbano bonaerense donde en la mayoría de los distintos superó el 50% de los votos convirtiéndose en el factótum para la recuperación del ministro candidato y para la reelección del gobernador Axel Kicillof.

Hizo mella en aquellos alcaldes no solo la necesidad de preservar el territorio sino además la amenaza de tener un personaje desconocido en la égida nacional que amenazaba con reducir los fondos drásticamente.

En rigor, Sergio Massa tomó el comando de la campaña luego de la PASO desplazando a Wado de Pedro y le imprimió su impronta, logró despegarse de las desavenencias del gobierno de Alberto Fernández que él mismo integra y terminó sintiéndose a piacere con Cristina Kirchner fuera de la escena.

A Sergio le vino bien que Cristina se replegará, ellos siguieron hablando e inclusive ella estuvo de acuerdo con todas las medidas de alivio social luego de la devaluación de agosto”, se sincera ante PDS un referente massista bonaerense.

Está claro que Massa comprendió el mensaje que le brindaban los focus group de que la gente no llegaba a fin de mes e implementó con celeridad una serie de medidas que acudieron en ayuda de los distintos segmentos de la sociedad: la reducción del IVA en la canasta básica para los sectores de sueldos medos, el alivio de Ganancias para los salarios más elevados de la pirámide social y bonos para jubilados y sectores informales del mercado laboral.

Esas medidas contribuyeron no solo a morigerar el impacto de la devaluación sino que acicatearon el consumo en los días previos a la elección.

El ministro candidato desplegó una habilidad inusual para mostrarse activo y centró en su provecho la recepción del voto útil contra la indescifrable inquina que representaba Javier Milei con una dudosa propuesta de gobierno que incluía una dolarización que hasta sus mismos economistas descartaban en una primera etapa.

"Lo que pasó en la elección es que el peronismo captó el voto miedo contra el voto enojo que representaba Milei, la gente no quiso en la malaria en que se encuentra perder derechos adquiridos, se podría aventurar que no se votó a Massa por amor sino por el espanto a Milei”, sintetiza a PDS una analista de opinón que ausculta la provincia de Buenos Aires.

La jugada massista de la última semana poniendo en debate el brutal aumento tarifario que supondría un gobierno de Javier Milei también contribuyó a movilizar el voto en importantes sectores que se vieron ciertamente aterrados ante un panorama que podría tornarse aciago para ellos.

Seducción al progresismo radical y especulación de una posible bajada de Milei del ballotage

El ministro candidato Sergio Massa avanzará con hechos concretos en la seducción hacia el sector más progresista del radicalismo encarnado en Gerardo Morales y el sector de Evolución que encabeza Martín Lousteau.

El tigrense le ofrecería al jujeño un ministerio de su hipotético gobierno y pondría al radicalismo en ebullición sobre la posición a tomar respecto al ballotage.

Aunque se especula que el sector ligado a Maximiliano Abad y al grueso del radicalismo bonaerense podría terminar jugando solapadamente con el libertario al igual que los mendocinos Alfredo Cornejo y Ernesto Sanz.

Pero hay otro factor con el que especula cerca de Massa, que se emule la situación de mayo del 2003 cuando arribaron al ballotage Menem y Kirchner y el riojano se bajó ante la posibilidad concreta de una derrota abultada.

Referentes importantes de la provincia de Buenos Aires ligados al ministro candidato especulan con que la falta de apoyo al libertario podría precipitarlo a renunciar a la segunda vuelta: “Nadie apuesta perdedor”, sueltan con malicia.

El massismo hace cuentas y espera un resultado contundente en el ballotage a favor del tigrense, sostienen en privado que podría darse una relación de 60% a 40% lo que le garantizaría a Massa en caso de llevarse a la realidad una importante mayoría popular de respaldo para avanzar en las primeras medidas de Gobierno que apuntarán a reducir el déficit fiscal, dar certidumbre a los factores de poder internacional y volver a sentarse con el FMI.

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