El país atraviesa una nueva crisis económica, política y social y a pesar de que los argentinos tenemos experiencia en el tema (así lo refleja nuestra historia), dicha situación no deja de impactar en nuestra individualidad, afectando nuestra calidad de vida y, en consecuencia, nuestra salud mental.

En diálogo con Política del Sur, la licenciada en Psicología, Úrsula Anrriquez, se detuvo en el concepto de “crisis” para definirlo como “un estado temporal de malestar, que se caracteriza por una desorganización reflejada en una incapacidad para enfrentar la situación que se está viviendo, manejar adecuadamente las emociones, enfocar el pensamiento y la conducta en resolver el problema”.

En esta línea, apuntó que “el miedo, la preocupación y el estrés son respuestas normales en momentos en los que se enfrenta a la incertidumbre, a lo desconocido, a situaciones de cambios o de crisis”.

Por esta razón, aseveró que “la mejor manera de atravesar una crisis es enfrentándola, reconociendo qué es lo que angustia, pensar en posibles soluciones y accionar en la medida que se pueda. Esto mismo ayuda a bajar la ansiedad, ya que se actúa en lo concreto, y el pensamiento rumiante calma bajando el estrés y el pánico”.

Recalcó que “lo importante es hacer foco en poder dilucidar cuál es el problema, evaluar qué se puede resolver pero también se debe analizar qué no se puede solucionar, aceptar reconociendo nuestros límites y sabiendo qué hay cuestiones en la vida que exceden”.

“Esto nos permite pensar en cómo enfrento la ansiedad, la angustia y el estrés que me deja la crisis. La respuesta está en encontrar nuestra propia alquimia, esos momentos que nos permiten conectar con la parte más saludable, con el bienestar; generando endorfinas, que son tan particulares y diferentes en cada persona como la singularidad misma”, agregó.

A raíz de esto, asumió que “socializar, compartir buenos momentos con amigos, familia y grupo de pares, ayudan a disminuir el estrés y la ansiedad, como así también lo genera el ejercicio físico, el deporte o cualquier actividad que la persona disfrute hacer”.

Sumó que “el contacto con la naturaleza, como pasar tiempo al aire libre, apoyar los pies sobre el pasto, el contacto con el agua y nadar, ayuda a disminuir tensiones”, y también informó que “está demostrado que el contacto con los animales puede servir como fuente de consuelo y apoyo”.

“Cuánto nos transmite y permite sublimar el arte en su sentido amplio, tanto como ver una obra de arte, ir al teatro, leer una poesía, escuchar música como así también ser parte de la producción de la misma: dibujar, componer, recitar, escribir, crear, tomar clases de teatro es muy enriquecedor para el encuentro con uno mismo”, concluyó.