

Por: Federico Cedarri
Al ministro candidato Sergio Massa se le hace cuesta arriba la campaña fundamentalmente porque tiene que lidiar con su propia gestión al frente del Ministerio de Economía.
La traumática devaluación post PASO para acordar el desembolso del FMI destruyó el frágil castillo de naipes de la economía, disparó un brusco salto de los precios que se verá reflejado indefectiblemente en los índices de agosto y septiembre y que las consultoras privadas sitúan en los dos dígitos.
En el medio de ese vendaval que tiene que capear Massa tampoco visualiza un apoyo comprometido de Cristina Kirchner, aunque algunos cerca del Ministro tratan de justificar esa ausencia argumentando que está consensuado con la Vicepresidenta para que el tigrense no pierda centralidad.
Algunas voces más pragmáticas entienden que Cristina no quiere quedar pegada a una posible derrota del peronismo que puede adquirir ribetes históricos: “Cristina quiere seguir siendo la líder del peronismo aún en la derrota y eso solo se logra mandando a Massa al ostracismo, es así de maquiavélica la cuestión”, se sincera ante PDS un analista de opinión cercano al campamento peronista.
El tigrense no ha logrado empoderarse luego de su pomposo lanzamiento como el jefe del frente oficialista, aunque maneje la botonera del gobierno y los medios de comunicación repliquen hasta el cansancio su figura, no ha logrado disciplinar a los gobernadores y eso quedó palmariamente expuesto cuando el ministro otorgó la suma fija para trabajadores y los mandatarios provinciales en su mayoría la rechazaron.
“Muchos de esos gobernadores le fueron a pedir a Sergio que sea el candidato y ahora se hacen los tontos y juegan la de ellos”, suelta un puntal massista ofuscado ante este portal.
El peronismo bonaerense tampoco reporta al ministro candidato, allí siguen adquiriendo preponderancia los alcaldes del conurbano que prefieren cerrar filas con el gobernador Axel Kicillof debido a que representaría en última instancia la tabla de salvación para asegurar cuatro años más en la estratégica provincia de Buenos Aires.
Más allá de que se augura en círculos massistas que la Vicepresidenta y el candidato hablan con asiduidad es una incógnita si Cristina volverá a aparecer junto a Massa en el tramo que resta hacia el 22 de octubre, la última vez que se los pudo apreciar en una postal pública fue en el aeroparque metropolitano el lejano 17 de julio.
En el comando del tigrense advierten que la campaña está en un tramo de redefinición: “Se está punteando cuales fueron los distritos en los que hay que reforzar con la presencia de Sergio porque antes de la PASO estuvo enfrascado en la negociación con el FMI y no pudo ir el tiempo que se necesitaba”, explican cerca del tigrense a este portal.
Destacan que trajinará las provincias más difíciles para el oficialismo en busca de recuperar terreno. Visitará Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza, territorios hostiles para un peronismo que es consciente de que debe mejorar unos cinco puntos la perfomance del 13 de agosto para ganarse un lugar en el ballotage.
También los agita el fantasma de que Javier Milei gane en primera vuelta, es por esto que Massa está concentrando su munición en estas horas contra el libertario dejando de lado a Bullrich: “Si Patricia se desmorona Milei gana en primera vuelta y eso hay que evitarlo”, suelta un legislador provincial peronista a este portal.
Massa espera un trabajo logístico y territorial más afinado de los gobernadores del norte del país. Están en la mira el tucumano Juan Manzur y el salteño Gustavo Sanz envueltos en la sospecha de cierta desaprensión hacia la boleta de Unión por la Patria que terminó generando una victoria rotunda de Milei en esos distritos. “El 22 de octubre tendrán que ponerse las pilas porque defienden la boleta de sus diputados nacionales”, se consuelan en el comando electoral del tigrense.
El ministro candidato delegará la elaboración de la estrategia de la campaña en territorio bonaerense a Cristina Kirchner y al gobernador Axel Kicillof que tendrán la misión titánica de recuperar para el oficialismo el voto joven que siempre fue un patrimonio de La Cámpora y se le escurrió en los últimos años hacia la opción libertaria.
Massa espera un gesto de los alcaldes del conurbano en lo que refiere a evitar un corte de boleta tan pronunciado a favor de los jefes comunales como se dio en la PASO: “Lo único que les pedimos es que no repartan la boleta de Milei, que si quieren repartan solo la de ellos, con eso nos conformamos”, explica un desanimado referente massista a PDS.
Algunos sondeos que han llegado al comando del candidato oficialista detentan las dificultades que estaría teniendo Massa para galvanizar por completo el voto íntegro que fue destinatario de Juan Grabois en la interna.
Se da la paradoja de que algunos apoyos del referente cercano al Papa Francisco estarían migrando hacia Javier Milei.
De hecho, las declaraciones de las últimas horas de Grabois asintiendo que sus votantes no sienten identificación con Massa ha dejado constancia de los impedimentos que encuentra a cada paso el ministro candidato de parte del fuego amigo.
Son horas cruciales para la campaña de Massa, el desaire político de algunos gobernadores y fundamentalmente del kirchnerismo duro laceran las intenciones de mejorar sustancialmente los números de la PASO.