Provincia | 7 jun 2023
Movida oficialista
El albertismo empuja a una PASO y al kirchnerismo podría servirle para legitimarse en el tablero partidario
La intransigencia que refleja Daniel Scioli respecto a bajar su candidatura para dar lugar a un postulante único determinado por la égida del dedo cristinista podría devenir en una oportunidad para los seguidores de la Vicepresidenta. Un triunfo interno contribuiría a consolidar hacia el futuro la hegemonía de Cristina dentro de la órbita peronista.
Por: Federico Cedarri
La posibilidad de una PASO dentro del oficialista Frente de Todos comienza a corporizarse a partir de la decisión incólume del presidente de Alberto Fernández de perturbar la estrategia de candidato único de sus perimidos socios políticos, Cristina Kirchner y Sergio Massa.
El primer mandatario ha tomado la postura política de empujar candidatos afines para la interna abierta de agosto y es por eso que comenzará a compartir actos con un viejo conocido que se constituye en el elegido para disputar la carrera presidencial: Daniel Scioli.
El embajador en Brasil es uno de los candidatos que lanzó a la cancha el albertismo a través de la usina de ideas que encabeza el cancilller Santiago Cafiero que ha adoptado definitivamente el manejo de la estructura electoral que representará al albertismo.
“Heridos sobran dentro del peronismo bonaerense producto del dedo déspota cristinista”, comenta a PDS un referente justicialista enrolado en el resucitado sciolismo.
Si bien Máximo Kirchner en su momento corrió al albertismo instándolo a presentar candidatos en todos los rubros, desde la Casa Rosada contestaron con la designación de la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, para competir contra Axel Kicillof, y con el tejido de un armado que se va prohijando lentamente con los resabios que ha desperdigado cierta política sectaria del kirchnerismo a través de los últimos años.
El ex gobernador acelera las recorridas por el conurbano bonaerense y espera sumar en los próximos días el apoyo concreto de Juan Zabaleta, el alcalde de Hurlingham enfrentado con La Cámpora y del jefe comunal de Esteban Echevarría, Fernando Gray, enemigo acérrimo de Máximo Kirchner desde que éste le arrebatara la conducción del PJ provincial.
Suman expectativas de que el ministro de Obras y Servicios Públicos, Gabriel Katopodis, también se sume a esta movida aunque por ahora prefiere mantenerse ajeno a cualquier instancia de PASO y se muestra más proclive a candidaturas unívocas.
Scioli se aboca a un discurso de campaña con contornos similares al que esbozó en el 2015, de tono y perfil productivista: “Busca contrastar con la imagen de crisis económica y cierto parate de la actividad”, explica a PDS otro dirigente justicialista con protagonismo durante la gobernación del ex motonauta.
“Este es un Scioli más auténtico sin tanto adorno como aquel del 2015, es por eso que está más decidido porque no tiene arriba la suela de Cristina”, completa con sarcasmo.
Wado de Pedro en tanto sigue adelante con su operativo de instalación y trajina incesantemente el conurbano de la mano de los alcaldes amigos de Máximo Kirchner.
Los intendentes del interior bonaerense y algunos popes del conurbano como Fernando Espinoza y el legendario Juan José Mussi no avalan la postura camporista y del otro sector de jefes comunales del Gran Buenos Aires que comanda Martín Insaurralde de acicatear el movimiento de figuritas: Axel Kicillof a la boleta presidencia e introducir a Wado de Pedro en la arena bonaerense.
Los primeros sostienen que el Gobernador garantiza un piso de votos que no logra otro candidato para llevar al peronismo a una victoria en Buenos Aires.
Wado busca con denuedo el apoyo en el campo sindical pero hasta el momento solo tiene el descontado sustento de los sectores más ligados al kirchnerismo como CTERA y los bancarios además de sectores ligados al moyanismo como el metalúrgico Abel Furlán, el canillita Omar Plaini y el mecánico Paco Manrique.
Logró el aval explícito de Luis Barrionuevo con quién trazó buenas migas durante la pandemia: el gastronómico unge a de Pedro como el ideólogo del IFE que ayudó a vastos sectores durante la cuarentena dura.
También consiguió una foto con un líbero dentro de la estructura gremial peronista, el titular del SMATA, Ricardo Pignanelli, que supo tender puentes hacia el macrismo durante el período 2015-2019.
El ala dialoguista cegetista ligada a los Gordos mantiene la expectativa de una candidatura de Sergio Massa, quien espera ansioso que finalmente Cristina lo termine de ungir como el candidato único ante el fuerte desconocimiento que ostenta en el interior de país Wado de Pedro.
Pero el tigrense está muy condicionado por la realidad económica y el dato inflacionario de mayo que se conocerá unos días antes del 24 de junio, según sindican más cercano al 9 % que al 8%, puede contribuir sin ambages a lesionar severamente sus chances.
La interna como posibilidad de legitimación
Si bien Cristina Kirchner demoraría las definiciones hasta los últimos aprestos previos al cierre de listas es plenamente consciente de que la candidatura de Wado de Pedro hasta el momento, según sondeos preliminares, no termina de arrancar.
Si bien la Vicepresidenta esperará mas estudios que se le arrumbarán en su despacho del Instituto Patria durante los próximos días, visualiza la chance de que la interna a la que la invita el albertismo podría depararle la posibilidad, no solo de legitimar la candidatura de Wado con un triunfo arrollador, sino también de posicionarla una vez más como la jefa indiscutible del peronismo que viene.
En las encuestas se percibe que el ministro del Interior se encuentra asociado a la marca La Cámpora que tiene una alta imagen negativa, lo que explica el apresuramiento del operativo Wado moderado para cosechar adhesiones en otros nichos de la sociedad: “Disimular un poco la presencia explicita de kirchnerismo que representa Wado”, explica este portal un analista de opinión que mide el pulso social asiduamente.
En la agrupación otrora juvenil también hay discrepancias en torno a la candidatura de de Pedro que reflejan en rigor la sutil interna desatada entre Máximo Kirchner y Andrés Larroque, ya que el Cuervo muestra poca receptividad hacia la postulación del ministro del Interior: “Nada que no se arregle con la oficialización a de Pedro de parte de Cristina, un grito de la jefa y todos se encolumnan”, suelta ante este portal un legislador provincial peronista.