Por: Diego Lanese

En el marco de su asunción como titular de la Confederación de Trabajadores Municipales (CTM), el dirigente Hernán Doval dejo en claro que el reclamo salarial es hoy prioridad en el sector. “Vamos a seguir dando la lucha que tengamos que dar, pero necesitamos construir la herramienta de la paritaria nacional con financiamiento a los municipios que no puedan asumir esa dignidad a los trabajadores”, señaló. Es que muchas comunas, como viene denunciando la entidad, pagan salarios muy por debajo de la línea de pobreza, un fenómeno que el repunte inflacionario de los últimos años dejó expuesto. En este sentido, la entidad pide por una negociación similar a la Paritaria Nacional Docente, para que las comunas que queden por debajo del piso establecido sean asistidas. Pero esta problemática no es exclusiva de los municipales. En el país hay muchos sectores que tienen este serio retraso en los ingresos, incluso quienes están bajo convenio. Un reciente informe estableció que con el promedio de los salarios “en blanco”, los “trabajadores pobres” son el 30 por ciento, una cifra escalofriante.

Los datos del último reporte de coyuntura del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) que lidera el economista Claudio Lozano no deja dudas respecto de esta situación. Según expresó el trabajo, al que tuvo acceso Política del Sur, los ingresos laborales promedio rondaron el cuarto trimestre del 2022 “los 93.419 pesos mensuales”. “Al contrastarlos con las canastas básicas surge que el 30,5 por ciento de los trabajadores son pobres y el 5 por ciento son indigentes”, recalcó la entidad. Además, “el 35,8 por ciento de los trabajadores gana menos que el salario mínimo en su ocupación principal”, con una clara diferencia de género: el 27,4 por ciento en el caso de los varones y 46,7 por ciento en el caso de las mujeres. “En este documento presentamos, por un lado, una radiografía de la situación del mercado de trabajo, que amplía los resultados expuestos en informes anteriores. Por otro lado, se indaga sobre la incidencia de la pobreza y las principales estrategias de subsistencia desarrolladas por los hogares”, recalcó el informe, que lleva la firma de Claudio Lozano.

En cuanto a la política de ingresos, la entidad resaltó que “una cuarta parte de la población vive en hogares que reciben transferencias del Estado dirigidas a sectores de bajos ingresos”. Sin embargo, “ninguno vive exclusivamente de subsidios ya estos representan apenas el 16 por ciento del ingreso familiar”, ya que la mayor parte, “el 72 por ciento de sus ingresos, proviene de trabajos con bajo nivel de retribuciones”. En cuanto a la tasa de desocupación, “es baja porque el problema más importante del mercado laboral es la mala calidad del empleo generado”. “La presión sobre el mercado laboral, que supera a la desocupación, alcanzó al 21,7 por ciento de la PEA mientras la disponibilidad de la fuerza de trabajo fue del 28,2 por ciento”, se agregó. En cuanto a la precarización, “trepó al 47 por ciento de la fuerza laboral, casi 8 de cada 10 trabajadores jóvenes tienen inserciones laborales precarias”. Por otra parte, “la sobreocupación afecta al 29 por ciento de los ocupados, de los cuales 13 por ciento son asalariados/as registrados/as. Si se hiciera efectivo el control de la jornada laboral vigente se generarían casi 746 mil de puestos de trabajo”.

Lo expuesto, afirmó el IPyPP, sumado al retraso salarial “completa el cuadro que explica el aumento de la pobreza por encima del 40 por ciento a finales del 2022 y llegando al 42,3 por ciento en el primer trimestre del 2023”. “También arroja luz sobre el dato político de la semana anterior, donde más de 300 mil personas se dieron cita frente al Ministerio de Desarrollo Social, convocados por organizaciones territoriales alineadas o vinculadas al Frente de Todos junto con las organizaciones que integran la Unidad Piquetera, para reclamar por el grave cuadro social vigente”, analizó la entidad.

El tema no sólo está en la agenda de los gremios, que vienen alertando sobre el deterioro de los ingresos. “El problema fundamental de los trabajadores pobres es un problema que arrastra a la Argentina desde los 90, y es el problema de los sectores que tienen una relación sin derechos, y para lo cual la batería de elementos está en esos tres instrumentos que comenté, que son la tarjeta Alimentar, la Asignación Universal por Hijo y los programas Potenciar Trabajo o Acompañar”, dijo en una reciente entrevista la ministra de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos.