

Por: Federico Cedarri
Ante la claudicación del operativo clamor que languideció abruptamente tras la renuncia sorpresiva en la víspera de Cristina Kirchner a cualquier tipo de candidatura en el turno 2023 las indefiniciones comienzan a perturbar la estrategia que tiene que adoptar hacia adelante el gobernador Axel Kicillof.
Al mandatario lo comienzan a invadir distintos temores, fundamentalmente que La Cámpora y Máximo Kirchner vuelvan a arremeter en conjunción con los alcaldes del conurbano con otro operativo clamor que lo mortifica: la candidatura presidencial del ahora Gobernador.
Kicillof ha insistido hasta el cansancio en que su objetivo es la reelección en la provincia, de hecho lo blanqueó en los últimos meses, pero también se considera parte de un proyecto político y no se negaría si eventualmente Cristina le pidiera ser candidato a presidente.
“Fue un mazazo lo de Cristina, nosotros albergábamos alguna esperanza que aunque sea acompañara para senadora nacional y tirara la boleta provincial, pero ahora deberemos tomar las mejores decisiones”, exclama no exento aún de sorpresa un legislador provincial peronista a PDS.
En rigor, el gobernador Kicillof cuenta con el activo nada despreciable de ser el único referente del Frente de Todos que adosa para sí la totalidad del voto de Cristina Kichner.
Para colmo de males para el Gobernador la candidatura de Sergio Massa comienza a perder fuerza en la consideración del kirchnerismo duro debido a la estampida inflacionaria que pega de lleno en la línea de flotación del peronismo: los trabajadores y los sectores más postergados.
De hecho, en las dos primeras semanas de mayo el índice del costo de los alimentos pegó un salto de casi el 4% lo cual le pone a la inflación de este mes un piso del 8%.
Así las cosas, asoma más complejo el panorama para el tigrense de poder alzarse con una candidatura presidencial de manera consensuada: “Massa no sintetiza y Axel Kicillof se lleva todo el voto duro de Cristina pero le cuesta penetrar en los segmentos medios”, analiza un consultor de opinión que toma el pulso periódicamente al conurbano bonaerense.
Tampoco logra arrancar en la consideración popular la figura del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, que cuenta con el respaldo de Cristina Kichner pero que no termina de convencer al entorno de la Vicepresidenta.
Es por estas consideraciones que el nombre de Axel Kicillof podría retomar impulso en los próximos días ya que la cúpula del peronismo bonaerense que regentea Máximo Kirchner y los principales popes del conurbano insisten hace tiempo en que el Gobernador es el mejor candidato nacional.
Si bien el gobernador viene surfeando con éxito aquellos cantos de sirena, teme que la Vicepresidenta pueda comenzar a mostrarse permeable hacia ese razonamiento.
Cristina había aprobado de manera implícita la candidatura de Axel Kicillof a la reelección en la provincia ya que descontaba que finalmente podría alinear a toda la tropa tras la figura de un Sergio Massa que canjeaba el apoyo por una progresiva baja de la inflación hacia el mes de abril.
El crecimiento desmedido de los niveles inflacionarios comienza a repiquetear en la estrategia de la Vicepresidenta que podría volver a escuchar con más atención los susurros de Máximo Kirchner en relación a una posible candidatura presidencial de Axel.
El otro frente que desvela al mandatario provincial tiene que ver con la confirmación del calendario electoral en la provincia.
El gobernador se ha guardado en la manga la posibilidad de dictaminar la fecha de las elecciones generales luego de cerradas las listas el próximo 24 de junio.
En rigor, la estrategia primigenia contemplaba esperar hasta ese momento imaginando que Cristina no correría el velo de su decisión hasta el último instante.
Esta jugada sorpresiva de la ex presidenta altera los planes aunque, según puso recabar este portal, Kicillof se tomará el tiempo que trascurrirá hasta el cierre de listas para tomar una determinación.
La oposición parlamentaria de Juntos reclamó en pleno en una conferencia de prensa, que contó con la presencia del titular del radicalismo y líder de los diputados opositores, Maximiliano Abad, y del presidente del bloque del Senado, Alejandro Rabinovich, la imperiosa necesidad de que Kicillof materialice el llamado a elecciones.
“No podemos seguir con esta incertidumbre basada en una especulación política, es un capricho de Kicillof que se ve desesperado”, tiró ante PDS un radical ofuscado por las indefiniciones.
En rigor, las bancadas opositoras intentan operar sobre las contradicciones que hoy envuelven al oficialismo bonaerense y buscan tomar la iniciativa política: “A nosotros nos convendría un adelantamiento porque pulsearíamos mano a mano con Kicillof y estoy seguro que le ganamos pero en octubre con el candidato de Milei en la cancha se hará más complejo”, deslizó por lo bajo un legislador amarillo a este portal.
Cerca de Kicillof descuentan que Cristina tendrá un rol determinante en lo que se refiere a un posible adelantamiento o no de los comicios bonaerenses: “Cristina no soltará el manejo de la arquitectura electoral en la provincia”, agregan.
El Gobernador esperará el tiempo que resta hasta el 24 de junio con prudencia, aguardando que el Frente de Todos pueda sintetizar una oferta lo suficientemente consistente a nivel nacional para lograr un arrastre de arriba hacia abajo: "En caso contrario, dispondría un adelantamiento hacia fines de septiembre o principios de octubre".
Kicillof tratará de convencer a Cristina de quedarse en la provincia con el argumento válido de que es necesario retener Buenos Aires y que en caso de que él salte a la pelea nacional es posible que el peronismo enfrente un escenario de derrota en los dos frentes: “Axel presiona a Cristina con eso, con que podamos finalmente quedarnos sin el pan y sin la torta”, cierra otro legislador peronista ante PDS.