Marcelo Novillo, padre del joven asesinado por una patota en Quilmes en 2014, se quitó la vida luego de estar internado en el Hospital Psiquiátrico Borda, cansado de luchar durante años, en los que pidió justicia por el crimen de su hijo hasta el último día.

Su muerte causó conmoción en todos los familiares de víctima que lo acompañaron en todos los reclamos, y que lo despiden con diversos mensajes en redes sociales.

Novillo se había internado por su propia voluntad, víctima de una profunda depresión, ante la indiferencia del Estado y la impunidad de la mayoría de los asesinos que mataron a golpes a Adrián Novillo, quien tenía solo 16 años cuando murió luego de una larga agonía.

El adolescente había sido atacado por un grupo de al menos ocho personas, a la salida del boliche Space, ubicado sobre la Avenida Calchaqui al 3100, que lo golpearon y le robaron sus pertenencias.

Sin embargo, de todos los atacantes, solo uno fue condenado a 12 años, mientras que el resto permaneció impune a pesar de las pruebas que había en su contra.

En más de una oportunidad, Novillo denunció amenazas de parte de los autores del asesinato de su hijo. A pesar de ello, continuó con su pedido de justicia.