sábado 05 de octubre de 2024 - Edición Nº2131

Provincia | 18 abr 2023

Decisión provincial

Kicillof confirmo la PASO para el 13 de agosto pero presiona al albertismo con un desdoblamiento

El mandatario firmó el decreto para la interna en consonancia con la nacional pero alimenta la hipótesis de que la provincia elija al gobernador unas semanas antes y despegar la incidencia de la estructura del peronismo bonaerense de la elección presidencial. Intendentes del conurbano preocupados por el hastío social se concentran en retener sus distritos.


Por: Federico Cedarri

El gobernador bonaerense Axel Kicillof decidió jugar fuerte en la interna del Frente de Todos y confirmó el paralelismo de las elecciones PASO en la provincia en consonancia con la nacional.

En rigor, el mandatario no tenía muchas otras opciones ya que para desdoblar las internas abiertas debía sacar una ley de la Legislatura que modificara la normativa sancionada en 2009 y para materializar esa posibilidad no contaba con la mayoría de dos tercios necesarios en el ámbito parlamentario.

Pero más allá de este formalismo de convocar a la PASO para agosto, el Gobernador se guardó la potestad que sí le otorga la Ley Electoral y que no debe pasar por el filtro legislativo, de disponer hasta 90 días antes cuando programar las elecciones generales bonaerenses.

Según reza el texto de la normativa que regula el sistema electoral bonaerense, las mismas se puede celebrar con una antelación de hasta 4 semanas respecto a la presidencial: En concreto, el mandatario tiene tiempo hasta el 23 de julio para tomar una decisión.

La jugada de Kicillof, con el guiño del kirchnerismo, constituye un round más en la pelea con el presidente Alberto Fernández ante el empecinamiento de éste de mantener una candidatura presidencial que juzgan perjudicial para las chances en la provincia.

Si el mandatario decidiese que las elecciones generales para gobernador sean distanciadas de las presidenciales le birlaría a Fernández o a cualquier delfín que quisiera imponer el apoyo sustancial del aparato del peronismo bonaerense.

“Lo que busca Axel con esto es que Alberto no tenga opción, si ya no tiene chances en este escenario de crisis, imagina sin el arrastre del peronismo de la provincia de Buenos Aires", explica a PDS un legislador justicialista con predicamento en el interior bonaerense.

Kicillof sigue implorándole a Cristina Kirchner que al menos manifieste una señal sobre cuál va a ser su juego político, para el mandatario sería decisivo que la Vicepresidenta encabece la boleta para senadores nacionales: “Eso casi nos asegura el triunfo en la provincia”, explican cerca del Gobernador.

Pero más allá del silencio de Cristina que no brinda indicios de definiciones en el corto plazo sobre la estrategia electoral que adoptará, Kicillof no aminora su preocupación porque al no confirmar el kirchnerismo su apoyo formal a su candidatura a la reelección en la provincia se mantiene en el centro de las especulaciones sobre un posible desembarco en la boleta nacional.

El Gobernador a cada paso da certidumbre que lo único que lo desvela es ir por la reelección en territorio bonaerense pero la irritabilidad social reinante lo atormenta.

El mandatario recibe números de sondeos que le muestran el aumento del hastío en el principal bastión del peronismo: el conurbano bonaerense.

Allí, más allá de la inflación en alimentos también se hace estentóreo el reclamo por mayor inseguridad en las barriadas más picantes del Gran Buenos Aires.

El Gobernador bonaerense continúa atento a los sutiles movimientos que se desatan dentro de la plataforma del Frente de Todos, de hecho en los últimos días llamó la atención el recibimiento que le dispensó la intendenta camporista de Quilmes, Mayra Mendoza, al ya lanzado presidenciable Daniel Scioli.

Si bien se presume que fue acicateado por Alberto Fernández para lanzarse al ruedo electoral, también logró cierta permeabilidad de Cristina Kirchner a ese propósito.

Los intendentes solo piensan en alambrar sus distritos

Desentendidos en cierto modo de la suerte nacional y hasta de la provincial, los principales popes del peronismo del conurbano han resuelto aglutinarse en rededor de una estrategia común: preservar su territorialidad del internismo entre el kirchnerismo y el albertismo.

Enmarañados ante el salto inflacionario y la inseguridad creciente, acordaron replegarse en sus municipios y manejar todas las opciones para ser reelectos, entre las que no se descarta el reparto de la boleta corta.

Los sondeos que manejan en el conurbano bonaerense preocupan de sobremanera a los alcaldes, ya que si bien ellos mantienen latente la posibilidad de ganar, el inconveniente radica en el margen de una posible victoria en la incidencia sobre el mapa provincial: el peronismo en las elecciones de 2021 obtuvo en la Tercera Sección el 45% de los votos y en el 2019 estuvo cerca del 65%.

Ese diferencial, está compuesto por desencantados que pueden fugar hacia la izquierda o a opciones como los libertarios con Javier Milei a la cabeza, sobre todo en los segmentos de jóvenes.

En resumen, ante un resultado que descuentan desventajoso en el interior, no tienen las garantías suficientes de contrarrestarlo en el conurbano.

“Hoy el oficialismo está en desbande ya que tampoco puede erigirse como quien ordena socialmente desde el poder”, explica a PDS un consultor experto en tomar el pulso social en el conurbano.

Tampoco los alcaldes detentan mucho entusiasmo por el augurio de alguna futura movida de Cristina Kirchner que revolucione el tablero político, sostienen en privado que la Vicepresidenta se encontraría tan agobiada y confundida como ellos ante el avance de la inflación y los indicadores sociales deficitarios.

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