viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Provincia | 14 mar 2023

ALBERTO VS. CRISTINA

Altas temperaturas en Avellaneda: la unidad peronista sufrió un duro golpe de calor

Criticaron falta de empatía de la dirigencia por la temperatura. Porqué hubo pocos intendentes. Gremios y Cámpora están obligados a subir a CFK al ring. ¿Por qué Massa no mandó algún embajador? Críticas a Máximo: “Todavía no tiene pergaminos para bajar línea”.


Por: Ricardo Carossino

Con la clara y firme intención de no perder un lugar en la conformación de las listas 2023, el universo kirchnerista se dio cita en la tierra del intendente Jorge Ferraresi para reinstalar la imagen de la vicepresidenta Cristina Fernández como candidata a Presidenta, sin aclarar si su hijo Máximo Kirchner, que preside el PJ bonaerense, sabe o no, cuál es la decisión final de su madre (cuestiones de diálogo intrafamiliar).

El titular del PJ, acompañado en el palco por los más leales (por el momento), dirigió sus dardos contra el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, y sus acólitos: “Parece mentira que haya compañeros que están más interesados en ganarle a Cristina que en sacar el país adelante”, dijo entre aplausos, para sostener: “Nuestro país no puede estar de remate, hay que cuidarlo. No puede ser que la dirigencia argentina piense que se debe cuidar los zapatos andando de rodillas”, en referencia al tango “Qué me va a hablar de amor”.

Quizás esta sea una de las razones por las que muchos intendentes del conurbano bonaerense no fueron de la partida. En el palco, los Municipios estuvieron representados por el hombre fuerte de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, su vecino de Brown, Mariano Cascallares, el anfitrión de Avellaneda, los ultrakirchneristas Mario Secco y Mayra Mendoza, el mandamás de La Matanza, Fernando Espinoza, el jefe de Morón, Martín Sabbatella, los jefes comunales de Cañuelas, Florencio Varela y Merlo, Marisa Fassi, Andrés Watson y Karina Menéndez, Leonardo Nardini de Malvinas, Alberto Descalzo (Ituzaingó), Gastón Granados (Ezeiza) y Pablo Zurro (Pehuajó).

“Faltaron muchos intendentes”, dijo a Política del Sur una fuente presente en el palco. Ante la obvia repregunta de este medio sobre cual pudo haber sido el motivo de las ausencias, este dirigente reflexionó: “¿Habrá sido el calor? ¿Habrá sido porque no lo quieren a Axel? ¿Pensarán que CFK es piantavotos en sus distritos?”.

Según una fuente cercana al intendente de Avellaneda que miró de abajo con su agrupación, hubo malestares en lo que los líderes del kirchnerismo dicen más cuidar: la militancia.

En diálogo con PDSur, este dirigente criticó cierta “falta de empatía” con mucha gente que sufrió las altas temperaturas y hasta se preguntaron si había necesidad de exponer a gente grande y hasta chicos a ese calor: “Se podría haber pasado a otra fecha, no iba a cambiar nada”, dijo y acusó muy molesto que “faltó agua para la gente”.

Otra de los gestos que molestó a muchos, fue el mensaje público que Máximo le lanzó al gobernador Kicillof, parado junto a él, cuando pidió cargos. En ese sentido el titular del PJ (que según el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, no se sabe de qué trabaja), disparó: “No hay que bajar al territorio, señor gobernador, hay que subir a la militancia a los lugares".

Esto recordó al reto público de Néstor Kirchner a Daniel Scioli, cuando le exigió que contara quien le “ataba las manos” para combatir el delito. Máximo Kirchner siempre estuvo enojado con Kicillof por el reparto de cargos cuando asumió en la gobernación y sobre todo por la segunda omisión en la reestructuración que permitió la entrada de Martín Insaurralde -un aliado del diputado- como jefe de Gabinete.

La otra pata faltante en ese acto fue el ministro de Economía, Sergio Massa, que tampoco dejó ir a nadie. No hubo un solo embajador del Frente Renovador.

Política del Sur habló con una fuente de prensa de ese espacio de la Primera Sección electoral y explicó que “Sergio quiere quedar afuera de la pelea entre Alberto (Fernández) y Máximo”.

Según este dirigente del oeste de conurbano, el líder del FR se quiere parar encima de la grieta interna y seguir cultivando su perfil moderado. En este espacio, precisamente, vieron como “vergonzoso” que el hijo de la vicepresidenta “le manguee puestos a Axel públicamente. Eso no gusta en el massismo”.

Por fuera de la grieta, lo que se habló puntualmente, según contó a este diario web una fuente presente del gobierno bonaerense, fue de sostener el relato de la candidatura de Cristina para que La Cámpora y los gremios no alineados a la CGT no pierdan fuerza para negociar lugares en las listas y de lo que consideran tanto o más importante en la Provincia de Buenos Aires: la renovación de las cámaras. “Tema prioritario”, resaltó este dirigente del Ejecutivo provincial.

Por último, también hablaron de Juntos, y de cómo lo ven de cara a las elecciones de este año. Según coincidieron muchos, el macrismo está en problemas si no acuerda bien con la UCR y si no deja conformes a los intendentes radicales, porque le podrían hacer perder la Provincia, y eso perjudicaría mucho una eventual gestión nacional amarilla para gobernar, si es que ganan, aclararon, ya que a pesar de las peleas y los encontronazos, opinan que Juntos por el Cambio aún no se asegura un triunfo y quizás por error de ellos, el Frente de Todos se lleve una sorpresa positiva e inesperada.

La fuente consultada oyó en medio del palco a un importante dirigente decir al oído a otro: “Este pibe (por Máximo) debe pensar que estamos acá por él”. Ambos dirigentes sonrieron. Muchos están porque es el hijo de la líder más popular del peronismo en este momento, y no por muchas razones más. Un viejo militante del PJ de Avellaneda fue muy claro al expresar que Máximo no tiene ningún pergamino todavía como para bajar línea, salvo “al piberío”, concluyó (portación de apellido, como le dicen).

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