jueves 16 de mayo de 2024 - Edición Nº1989

Provincia | 9 mar 2023

Indicios peronistas

Cristina toma distancia de una candidatura presidencial

Pese al operativo clamor que desplegará La Cámpora, la Vicepresidenta no tendría intenciones de involucrarse en una postulación debido a la inconveniencia de atravesar un ballotage. Kicillof sin obstáculos para su candidatura a la reelección busca dar certidumbre respecto a la inseguridad en el conurbano de cara a la campaña.


Por: Federico Cedarri

Los principales actores de la escena oficialista se muestran encorsetados en sus reduccionistas posiciones lo que hace indescifrable los próximos movimientos en torno a definir la estrategia electoral con vista a la PASO de agosto.

Los gobernadores peronistas prefieren mantenerse al margen de cualquier rosca sobre la fórmula nacional y se concentran en la realidad de sus distritos, prioridad central de su subsistencia.

Se descarta que la situación económica, por ahora empinada para el oficialismo, condicionará irremediablemente el armado para la elección presidencial.

Alberto Fernández intentó dar una muestra de carácter hacia el interior del Frente de Todos en la inauguración de las sesiones ordinarias en el Congreso Nacional, pegándole con dureza a los miembros de la Corte Suprema nacional ante la indiferencia a su lado de la Vicepresidenta.

No conmovió al kirchnerismo tal diatriba contra los jueces, sino que al contrario continúa incólume la ofensiva para correrlo de la escena antes de mayo.

El albertismo comienza a dar indicios de exhalación en sus aspiraciones: son cada vez menos los apoyos que cosecha el Presidente, hoy reducido solamente a su reducto de confianza.

Tanto los popes de la CGT como los líderes del Movimiento Evita, que son funcionarios del Gobierno nacional, han desairado sus expectativas en la alicaída candidatura de Alberto.

Pese al operativo clamor montado por La Cámpora para el 11 de marzo en Avellaneda, que marca una analogía con el Luche y Vuelve de los años 70 en relación con Juan Domingo Perón, lo cierto es que la Vicepresidenta no tendría intenciones de embarcarse en una candidatura presidencial.

Cristina sabe que tiene dificultades supinas para superar un ballotage y también presiente que el apoyo del peronismo hacia una supuesta candidatura suya no es uniforme. Es por eso que el kirchnerismo opera para intentar colar al titular de Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, en la fórmula del oficialismo.

Axel Kicillof es de los más entusiastas en la tarea de buscar que Alberto Fernández suelte definiciones sobre su futuro político, de hecho el mandatario ya ha tomado distancia prudencial de cualquier aparición con Fernández: hizo mucho ruido su faltazo a la sesión del 1 de marzo en el Congreso Nacional donde tampoco se hizo presente el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.

El Gobernador ha despejado prolijamente los obstáculos en su marcha hacia la candidatura oficialista en la provincia de Buenos Aires. De a poco los alcaldes del conurbano en sociedad política con Máximo Kirchner comienzan a resignarse a la no concreción de la hipótesis de que el mandatario fuese conminado a sumergirse en la pelea nacional para que uno de ellos encabece la boleta en territorio bonaerense.

Si bien Kicillof no ignora la intención de Cristina de no dar la pelea por la presidencia intentará que acompañe en la boleta como candidata a senadora nacional, es por eso que será unos de los oradores junto a Máximo en el acto del 11de marzo en Avellaneda.

El Gobernador bonaerense sería partidario de mantener la fórmula de 2019 junto con la matancera Verónica Magario, debido en parte a que no querría ceder más espacio a la alianza de algunos intendentes del conurbano con Kirchner.

De hecho, desde la gobernación bonaerense prefieren desechar los rumores de que podría acompañarlo su ministra de Medio Ambiente, Daniela Vilar, integrante de La Cámpora con excelentes vínculos con el jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde.

La inseguridad en el centro de la campaña bonaerense

Luego del debate devenido por la dramática situación desencadenada por la presencia del narcotráfico en la ciudad de Rosario que ha tomado dimensión nacional, en territorio bonaerense comenzaron a alzarse algunas voces de alcaldes del conurbano que reclaman una solución integral contra la inseguridad.

Ya Cristina kirchner había advertido en el acto en La Plata en noviembre pasado sobre la situación de indefensión de vastas zonas del Gran Buenos Aires y deslizó la necesidad de volver a volcar fuerzas federales en el mapa del delito.

En ese menester, durante los últimos días Kicillof sacó de armario a su ministro de Seguridad, Sergio Berni, que había pasado al ostracismo, y lo habilitó para contrarrestar las declaraciones derrotistas de Aníbal Fernández sobre la batalla contra los narcos.

Envalentonado por la vuelta a la escena mediática, Berni sacó a relucir su clásica verborragia y pronosticó que él podría solucionar el inconveniente en 15 días.

Más allá del destello de optimismo, queda de manifiesto que la inseguridad ocupará un rol central y será uno de los ejes de la campaña que se viene.

Si bien los intendentes del conurbano mantienen rispideces con Berni, al que le objetan la inconveniencia de centralizar el manejo policial, se descuenta que volverán a la carga y peticionarán una mayor presencia de gendarmes y prefectos para acentuar la lucha contra el delito que hoy conjuntamente con la inflación marca la mayor preocupación de los bonaerenses.

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