jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Provincia | 6 mar 2023

INTENDENTES CON MIEDO

La “Y” contra la “I” desnuda los débiles liderazgos en el PRO bonaerense

Los alcaldes amarillos no quieren internas. Temen la venganza de los perdedores. Muchos de adentro se le animan. Tampoco ordenan Santilli, Ritondo y Grindetti. El tono virulento que toma la pelea alarma a todo Juntos.


Por: Ricardo Carossino

Luego de varios años de construcción de poder a cargo del PRO en la Provincia de Buenos Aires, a partir del triunfo de 2015 y a ocho años de aquella avanzada amarilla a caballo de tres slogans que quedaron rengos (unidad de los argentinos, pobreza cero y derrota del narcotráfico) lo que queda luego de tanto tiempo es una confusión interna que más que una “gran oferta dirigencial”, lo que arroja es la carencia de una figura en la Provincia que ordene, aglutine y sume.

La división interna es algo a lo que los amarillos no están acostumbrados. Mauricio Macri cerró siempre por arriba o por abajo los liderazgos en todas las categorías para mostrar un orden atado con alambre que, ahora, ante la evidente falta de alguien que asegure un triunfo en la Nación, sale a la luz.

Hay malestar en el PRO por esta situación que se viene alimentando desde hace cuatro años, sobre todo en distritos donde los macristas perdieron en 2019 como Morón y Quilmes, pero que también se deja entrever en municipios consolidados, como Lanús, La Plata, Tres de Febrero y hasta Vicente López, todo por una paridad nivelada para abajo, en la disputa de las dos cabezas: Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.

Política del Sur habló con una fuente del PRO de Morón, que dijo algo que muchos saben, pero que todos callan. “El pelado (Larreta) armó todo el quilombo en 2021 cuando impuso a (el diputado nacional, Diego) Santilli y rompió el Grupo Dorrego. Desde ahí, los intendentes están enfrentados entre sí y peligra la unidad en la Provincia”.

¿A qué se refiere con que peligra la unidad? No habla sobre que algún amarillo vaya a romper. Eso no va a suceder, pero aclaró: “Ojo que no pase lo mismo que con La Cámpora y Scioli en 2015”. El dirigente moronense se refería al rumor aún no desmentido, de que los cristinistas jugaron para atrás para no consolidar un liderazgo que no fuera el de Cristina (Fernández de Kirchner)”.

Esto es algo común desde la implementación de las PASO. Muchos municipios saben de las traiciones de los derrotados luego de las primarias, ya sea en Juntos como en el Frente de Todos. Como ejemplo vale mencionar a Hurlingham, donde avivan el mismo temor en el peronismo: “Puede pasar, por el nivel de virulencia, que el que pierda las PASO, termine jugando para Lucas (Delfino, del PRO) con tal de que no gane (el ex intendente interino, Damian) Selci ni Juanchi (el actual intendente, Juan Zabaleta)”, confesó a este medio un ex concejal del peronismo de ese municipio.

Entre los amarillos pasa lo mismo. El tono que va tomando la interna entre Bullrich y Larreta genera desconfianzas de este estilo. Y de esto se habló en la cumbre de intendentes del PRO en La Plata, según pudo saber PDSur, en medio de la discusión de la “Y” y la “I”, algo que a simple vista parece semántico, pero no lo es.

“Si hubiera un liderazgo fuerte en la Provincia, no se estaría discutiendo si los intendentes van enganchados a los candidatos a gobernador y Presidente o si se abre el juego en todas las categorías”, analizó el vocero de un intendente de la Primera, pero bajó el tono de la advertencia y confió en el jefe sin corona: “Macri sabe a qué juega, tiene experiencia y si tensiona, lo hace para sostener poder”.

Pero lo cierto es que Macri no termina de ordenar y parece avalar candidatos con perfiles de “halcón”, para diezmar a las “palomas”. Bullrich y María Eugenia Vidal liman el liderazgo del jefe de Gobierno porteño y por ende hacia la Provincia pasa lo mismo con Santilli.

Hoy el hombre de Larreta está fuertemente condicionado por todos los competidores que la presidenta del PRO y la ex gobernadora le pusieron a rodearlo: Néstor Grindetti, Cristian Ritondo, Javier Iguacel, Joaquín de la Torre, Emilio Monzó y del otro lado de la moneda, los radicales Maximiliano Abad, Martín Tetaz y Gustavo Posse. Claramente es Santilli contra todos.

De todas maneras, la arriesgada jugada de Bullrich y Vidal puede salir mal, avisan en los municipios donde se preocupan por perder no solo sus liderazgos, sino el gobierno. Los jefes comunales del PRO parecían seguros de haber alambrado sus territorios, pero ahora se despiertan de una larga siesta, como les pasó a Ramiro Tagliaferro en Morón y a Martiniano Molina en Quilmes, y ven asombrados que no todo lo que relucía era oro.

Esto abre la discusión de la ingeniería “Y”, que piden los intendentes para ir pegados a las dos o tres cabezas, y con esto anticipan que habrá PASO nacional en el PRO. Sin embargo, Larreta y Bullrich estarían rechazando esta propuesta y querrían pelea en todas las categorías con la “I” (un intendente, un gobernador y un presidente): muchas listas.

En declaraciones a El Termómetro, el diputado nacional de Juntos, Sebastián García De Luca, opinó: “La sociedad va a tener que definir que liderazgo quiere dentro de Juntos por el Cambio”, pero a PDSur, advierten los larretistas que la lucha interna con los partidarios de Bullrich sería “un desastre” y no aseguran una contienda “civilizada”.

Un ejemplo del tono inicial del enfrentamiento se vio en las declaraciones hechas a Política del Sur por la concejala del PRO de Lanús, Laura Lavandeira al criticar al jefe de Gobierno del CABA. Sostuvo que Larreta “trata de hacer cosas que terminan siendo una peor que la otra, como empezar una campaña en el sur, al lado de un faro. Vos seguís el faro y te estrellás contra las piedras, está tratando de generar una empatía y no llega”.

Santilli, desde la cumbre de La Plata, pidió bajar el tono: “A mí me tocó competir con un candidato muy importante en el 2021, que era Facundo Manes, que tenía al radicalismo apoyándolo, y fue una competencia muy sana y constructiva. Es en ese marco donde tenemos que enfocar nuestra campaña”, dijo escapando al estilo “grieta” y concluyó: “Puede haber fórmulas verticales o mixtas, pero todavía falta para esas definiciones”.

Hoy en los municipios, en rigor, si bien los intendentes amarillos siguen sosteniendo el poder, temen que le aparezcan competidores internos que terminen limando la tranquilidad y que la venganza de los perdedores les quite el poco margen que aún conservan luego de dos mandatos que desgastaron sus figuras.

Hablando en criollo, son intendentes, manejan caja, tienen territorio, aprendieron a gobernar a lo peronista, pero no quieren competir para adentro y muchos se le animan y esto es consecuencia de liderazgos que no terminaron de asentarse.

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