Los trabajadores gastan cada vez más en medicamentos, según informe de instituto de ATE
El trabajo de IDEP-Salud asegura que en 2022 aumentó el porcentaje de los ingresos que se destinan a este insumo, en un contexto donde su precio sigue subiendo pese a los acuerdos anunciados. Una entidad farmacéutica alerta que pese a esto cayó un 10 por ciento la dispensa.
Por: Diego Lanese
Desde hace tiempo, en las farmacias se viene detectando un fenómeno que suele aparecer en tiempos de crisis económica. Muchos pacientes piden fraccionar sus medicamentos cuando no son cubiertos por la seguridad social, y deben pagarlos de su bolsillo. O dejan algunos tratamientos adicionales, que no son absolutamente necesarios. “Pasó en la hiper de fines de los 80, y en el quiebre del 2001, y pasa ahora”, alertó un farmacéutico con años de experiencia, cuyo local está en el corazón del conurbano bonaerense, donde se nota este tipo de tendencias. Esto se refuerza con datos duros: en el país, en el último año, por el aumento del precio de los productos farmacéuticos bajó la venta, lo que impactó en el porcentaje del salario que usan los trabajadores. Así lo afirma el IDEP-Salud, instituto de análisis sanitario del gremio estatal ATE, que tiene un observatorio sobre la evolución del mercado de fármacos. Esto genera una verdadera “crisis de acceso”, que afecta a muchos asalariados y jubilados.
Un informe realizado por IDEP-Salud alertó sobre el impacto de la suba de los medicamentos en los salarios, en medio de la polémica por la suba de los precios de estos productos, que según varios reportes crecieron en 2022 por encima de la inflación promedio. Según la entidad, el porcentaje de los ingresos utilizados para la compra de tratamientos aumentó 5 por ciento, lo que marca el impacto del incremento de los valores. El trabajo, al que tuvo acceso Política del Sur, fue realizado por el Observatorio de Medicamentos como Bien Social y analizó la variación del precio de los medicamentos en 2022 en relación a la inflación general y el poder adquisitivo de los trabajadores. Para determinar el impacto, explicaron, “incorporamos al análisis el indicador RIPTE, que expresa la remuneración promedio que perciben los trabajadores en relación de dependencia, este indicador ha sido incluido en las nóminas de las empresas durante los últimos 13 meses y lo da a conocer la secretaría de Seguridad Social dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social”. “Notamos que, para el período analizado, la suba del desembolso que los trabajadores deben efectuar para la adquisición de un fármaco superó en un 13,5 por ciento el aumento promedio de su salario”, recalcaron.
Para llegar a esta conclusión, se hizo el siguiente cálculo: “Si tomamos como ejemplo el caso de una persona que en diciembre 2021 recibía como remuneración la suma de 102.589,87 pesos (según RIPTE), y suponemos que adquiere un medicamento cuyo valor coincide con el promedio de los precios de los fármacos más dispensados (860,37 pesos), la proporción de ese gasto supone un 0,84 por ciento de su ingreso”. En diciembre 2022, recalcó IDEP-Salud, ese mismo trabajador hipotético “recibió como salario 194.175,11 pesos, y el precio promedio de los productos farmacéuticos más dispensados se situó en 1.705,47 pesos, por lo que ahora el gasto para acceder a este medicamento representa el 0,88 por ciento de su ingreso, es decir, un 5 por ciento más que el año anterior”. “Tal y como hemos presentado en diversos trabajos, existe un desfasaje notorio entre la actualización salarial y la suba de precios de los medicamentos”, concluyó el trabajo.
En el tercer trimestre de 2022, la facturación total de la industria farmacéutica en la Argentina registró 245.096.900.000 de pesos, lo que representa un incremento de 60,4 por ciento en relación con el mismo trimestre de 2021. “La población necesita de ciertos fármacos para mantener su salud o controlar sus enfermedades, y por esta razón, su demanda es inelástica, obligando a los consumidores a adquirir estos bienes cualquiera sea su precio”, señalan desde el IDEP-Salud sobre las características de estos productos, cuyo mercado se denomina inelástico. Por eso, “el aumento del valor de venta al público de los fármacos por sobre la inflación y el ingreso de os trabajadores, evidencian una clara pérdida de poder adquisitivo que atenta contra el acceso a estos bienes esenciales por parte de buena parte de la población argentina”.
Esto se da en momentos que existe un convenio entre la Secretaría de Comercio y los laboratorios productores, para que el aumento de los tratamientos esté en torno del 3,5 por ciento en caso que el IPC sea mayor a 5, esa cifra será revisada, siempre con la premisa que en promedio los tratamientos estén un punto por debajo de la inflación. Esto rige desde el 2022, pero desde el Centro Profesional Farmacéutico (CEPROFAR) registraron “un cumpliendo parcialmente los acuerdos, la realidad” del convenio. En enero “hubo aumentos promedio de los medicamentos más usados que van del 4 al 5 por ciento”, pero hubo productos de venta libre que “aumentaron en enero entre un 7 y un 10 por ciento”.