Por: Federico Cedarri

El lanzamiento formal del alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta a través de las redes sociales no hizo más que profundizar los aspectos salientes con lo que se caracteriza ante la sociedad.

El jefe de Gobierno volvió a enrostrar su perfil dialoguista y antigrieta con un subliminal mensaje al ex presidente Mauricio Macri, al sostener que son unos impiadosos los que se alimentan de la fractura ideológica que envuelve a una porción importante de la sociedad.

Larreta prefiere mostrarse como hacedor, responsable de un equipo en el que predomina la voluntad de trabajo por sobre los dogmas y el carisma, a sabiendas de que no ostenta esta última atribución.

El alcalde porteño entiende que el núcleo duro del PRO ya está concentrado en su adhesión a Patria Bullrich por lo que prefiere volcarse a ganar el favor de los sectores del centro que, según le dicen los consultores que le acercan sondeos periódicamente, son quienes se vuelven determinantes en la definición de una elección.

A partir de esa premisa es que busca ampliar la base de sustentación de Juntos por el Cambio buscando la incorporación de referentes ajenos a los extremos.

En privado, el Jefe de Gobierno entiende que si llega a la Rosada deberá enhebrar acuerdos con los gobernadores peronistas a sabiendas de las reformas estructurales que proyecta realizar si es que llega al sillón de Rivadavia.

“Horacio avizora consecuencias sociales en relación con las medidas de shock que habrá que tomar los primeros meses y razona que necesita para eso un pacto sustancial de respaldo en el Congreso y que con Juntos por el Cambo no alcanza”, explica a PDS un importante referente larrestista de la provincia.

El apuro del porteño por lanzarse a la arena electoral busca contrarrestar el crecimiento de la titular del PRO nacional en los sondeos.

En rigor, Larreta mantiene preeminencia en la provincia de Buenos Aires y sobre todo en el conurbano bonaerense pero no le estaría alcanzado para doblegar a la Piba en el total nacional.

Además hay otro factor que lo inquieta, los grupos de poder que habían mostrado cierta preeminencia por su candidatura han virado en su óptica y llevado adelante encuentros con Patricia Bullrich, a quien empiezan a considerar también como una opción factible de acceder a la presidencia.

Desconcierto en la provincia de Buenos Aires

La virulencia que se precipita entre los presidenciables del PRO comienza a preocupar severamente a los alcaldes amarillos que temen que se plantee una situación de disputa intestina en sus territorios.

En el último encuentro de intendentes que se llevó adelante en La Plata con la presencia de los candidatos a gobernador Diego Santilli, Cristian Ritondo, Néstor Grindetti y Javier Iguacel insistieron sobre la necesidad de brindar a la sociedad una imagen de mayor unidad y ubicarse al margen de los encontronazos de los presidenciables.

Los jefes comunales sugieren que en este turno electoral están ante el gran desafío de, no solo mantener los distritos que tienen en su poder, sino que además cuentan con chances de arrebatarle un cúmulo de intendencias al peronismo.

Sin embargo, el cariz que están tomando los enfrentamientos verbales entre Larreta y Bullrich los inquieta y temen que pueda conspirar contra aquel plan de extensión territorial.

También dejaron explicita la necesidad de evitar chicanas y rencillas entre los principales referentes del PRO.

Los alcaldes tratan de mantenerse al margen de la disputa nacional, solo un puñado dieron hasta el momento un apoyo resuelto a Santilli, entre los que se destacan el alcalde de Tres de Febrero Diego Valenzuela, el platense Julio Garro y el olavarriense Ezequiel Galli.

Los intendentes amarillos sostienen en sus tertulias periódicas que el objetivo prioritario pasa por preservar los espacios, base sustancial para embarcarse en la posibilidad de ampliar el espectro de poder de la fuerza: “Tenemos que ordenarnos desde abajo hacia arriba ahí está el secreto, desde el territorio hacia la cúpula”, explica sucintamente a PDS un legislador provincial del PRO.

Del mismo modo, se volvió a reclamar por enésima vez una unificación de criterios en cada distrito amarillo: lista única donde gobierne el PRO es la intención primordial.

Si bien entienden que es inviable la posibilidad de llegar a un acuerdo a nivel nacional instan a los candidatos a gobernador a agotar esfuerzos para intentar a arribar a un consenso que empodere a un solo candidato al sillón de Dardo Rocha: “Sin provincia no hay nación”, repiten como un mantra.

Ante la circunstancia inevitable de impedir un enfrentamiento ya lanzado entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich advierten que no están dispuestos a que se trasladen las tensiones internas a sus distritos, por lo que presionan fuertemente para que se explicite la metodología de Y: todos los candidatos del PRO sujetos a las papeletas de Pato y el Pelado en la PASO.