La investigación por el crimen de Uriel Bejarano, el joven de 17 años asesinado a puñaladas el 28 de diciembre pasado en el barrio Santa Catalina y cuyo cuerpo fue encontrado cerca de las vías del tren, sigue sin detenidos a pesar de que la víctima habría reconocido a los autores del hecho. Sin embargo, afirman que los testigos se niegan a declarar por temor a represalias.

"Toda la gente del barrio me dice que fueron Fabricio y Julieta, incluso mi hermano le llegó a decir a una testigo clave que lo vio cuando se desplomó, quiénes eran los asesinos, pero la Justicia necesita testigos del momento en que lo apuñalaron", contó a Política del Sur, Jesica, hermana del fallecido.

Según pudo reconstruir la familia, a Uriel lo persiguieron y lo mataron, la madrugada del 28 de diciembre último en Unión y las vías del Ferrocarril Roca, en el barrio de Santa Catalina, en Lomas de Zamora.

"La gente está muerta de miedo, está amenazada. Tiene que haber gente porque a mi hermano lo matan entre las 12 y las 13", apuntó la entrevistada.

Peritos de la Policía Científica habrían constatado que el cuerpo de Bejarano presentaba dos heridas de arma blanca a modo de "puntazos en el tórax que le habrían provocado la muerte". Además, también tenía heridas cortantes en las manos.

Mientras tanto, los investigadores esperan los resultados de las cámaras de seguridad para determinar quiénes fueron los participantes del ataque fatal y dar con ellos.

La causa se encuentra en la UFI 6 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, a cargo del fiscal Gerardo Morohaz, a la espera de obtener testimonios claves para avanzar en la investigación.