Muchas son las personas que recurren a préstamos bancarios para adquirir un auto 0 kilómetro y así poder cumplir un sueño anhelado por familias enteras. Sin embargo, no todos aquellos que confían en créditos tienen un final feliz, e incluso, en los casos más extremos, algunos deben recurrir a la Justicia, a causa de caer en maniobras fraudulentas.

Tal es el caso de Patricia Laura Cilleruelo, una comerciante de Lomas de Zamora que en el 2018 sacó un préstamo del banco para tener un Renault modelo Kwid que sigue pagando. No obstante, las cosas no salieron como esperaba: nunca recibió el vehículo y permanece sin respuestas, a pesar de los permanentes reclamos a la concesionaria.

"En marzo del 2018, me comuniqué telefónicamente con la concesionaria Renault Baires Rivadavia, la concesionaria oficial de Renault en Argentina", comenzó a contar la mujer de 44 años a Política del Sur. "Ellos me enviaron una factura preforma, en la cual tuve que depositar para señar el vehículo y hacer una seña en el banco, a sabiendas de que era un prendario UVA", siguió.

Hasta ese momento, todo parecía indicar que el trámite se desarrollaba de manera correcta y que era solo cuestión de horas para que Patricia obtuviera el auto que quería, pero esto finalmente nunca ocurrió. Solo sería el comienzo de una pesadilla que lleva casi cinco años.

"La plata se les acreditó de una semana a 10 días hábiles, muy rápido, pero cuando llamé para preguntar donde retiraría la unidad, la excusa que me puso un supuesto gerente, fue que el auto ya se había vendido por la demora en el pago", explicó la mujer de 46 años a este medio.

No obstante, esto no fue todo, porque a partir de entonces, Patricia padece las consecuencias de esa maniobra irregular. "Encima del banco me siguen cobrando la cuota, que se disparó por ser un crédito UVA, y hasta hace poco la póliza del seguro del auto", explicó.

"La concesionaria agarró todo el dinero junto. Hace casi cinco años que pago el crédito que me otorgó el banco. Primero pagué una reserva chiquita, luego el banco les giró el dinero, pero no la totalidad y tuve que pedir otro préstamo por fuera", aclaró. En total, el vehículo costaba 254 mil pesos.

Una vez judicializado el caso, Patricia obtuvo la oferta en conciliación obligatoria de recibir ese monto, que ya en ese entonces no alcanzaba a cubrir la deuda que ella tenía con el banco, cuyos intereses se habían elevado. Por lo tanto, el conflicto continúa, con cambio de por medio de la abogada que la representaba inicialmente.

La causa está en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, especializada en delitos vinculados a estafas, entre otras temáticas.