Fin de año es una época en la que “aumentan mucho las consultas” aseguró la licenciada en Psicología, Úrsula Anrriquez, que en diálogo con Política del Sur también analizó el fenómeno del Mundial de fútbol y los festejos que genera en la población.

“Los motivos son muy variados pero es como un desgaste de todo el año que impacta en las Fiestas, donde hay que compartir en familia y ahí aparecen las carencias o los conflictos”, consideró la especialista sobre el incremento de las consultas.

“Este año fue muy pesado para muchos y esta cuestión del Mundial, que fuimos avanzando en etapas, genera en la gente la posibilidad de exteriorizar. Todo este festejo es la excusa de algo a lo que nosotros nos permitimos poder disfrutar después de tantos momentos difíciles”, aseveró. 

Anrriquez evaluó que “los conflictos económicos, situaciones de violencia, diferentes circunstancias que atraviesan los argentinos y esta excusa de poder festejar, se da como un exceso, eso es lo que llama la atención, esa necesidad de celebrar algo”. “Estoy al lado de una persona que quizá nunca me imaginé que me iba a abrazar o saludar por el mismo contexto social. Desaparecen las diferencias, nos unimos como país y como sociedad con el triunfo de un partido de fútbol en el Mundial”, analizó.

En esta línea aseguró: “Los argentinos siempre necesitamos tener una pasión y un poco, también, responsabilizar en quien depositamos nuestras esperanzas. Es como la religión, reposar sobre algo nuestras ilusiones”.

 

 

 

 

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“Si bien Messi hace cosas que no realiza cualquier jugador profesional, es esa admiración y ese orgullo que necesitamos de poder representarnos con algo para expresar nuestro lado positivo, poder exteriorizar la alegría”, añadió.

"Dibu" Martínez, el jugador que normalizó la terapia

Anrriquez, por otra parte, valoró que el arquero y figura del seleccionado, Emiliano “Dibu” Martínez, realice terapia y lo hable con naturalidad en las entrevistas. “Poder acceder a conocernos, a pensarnos y a mejorarnos, habla de una fortaleza psíquica y no tanto de debilidad”, resaltó.

“Hay que romper ese paradigma de que si voy al psicólogo estoy mal o estoy loco o es una debilidad porque estoy pidiendo ayuda, al contrario tiene que ver con que uno tiene esa fortaleza psíquica para poder repensarse, eso no lo puede hacer cualquiera”, apuntó.

“Es un ejemplo para la sociedad de que si hacés terapia te puede ir bien, no tengas miedo de hacerlo”, remarcó y sentenció: “No está bueno la dependencia de llamar al psicólogo a cada rato, sino entenderlo como un recurso y utilizarlo como tal con el encuadre adecuado”.