Por: Federico Cedarri

El radicalismo sigue imbuido en un ambiente que le es ciertamente empático con el transitar de su historia contemporánea: los procesos internos partidarios.

En la provincia de Buenos Aires alcanzó un trabajoso acuerdo tejido pacientemente entre la conducción abadista y los sectores de Martín Lousteau y Gustavo Posse con la intermediación de los hermanos Manes, Facundo y Gastón, que no podían admitir un revuelo intestino en el mayor distrito electoral del país que, por otra parte, constituye el apoyo más sostenido que puede alistar el neurocientífico en su carreta por la Casa Rosada.

En esa línea, el ahora diputado nacional se lleva todas las congratulaciones debido a que sacó chapa de estratega y buen articulador al lograr encarrilar un proceso que se vislumbraba complicado, moderó para que los dos contendientes de la interna del 2021 depusieran sus armas y aceptaran mansamente la bandera blanca que se corporizó con la repartija equilibrada de cargos en la conducción de Comité Provincia y con Posse obteniendo la estratégica Secretaría General para su alfil el diputado provincial, Walter Carusso.

El acuerdo entre el oficialismo radical y Evolución ya estaba predeterminado antes de la intervención de Manes, y deja de manifiesto el alejamiento de Martín Lousteau del centro de operaciones bonaerense para meterse de lleno en la política porteña: de hecho su presunto candidato a gobernador Martín Tetaz aminoró sus recorridas bonaerenses.

El tema espinoso a dilucidar para la entente radical vendrá luego de la interna del 13 de noviembre y el mundial de fútbol: qué hacer con la candidatura a gobernador del espacio frente al PRO en caso de convalidarse la continuidad de las PASO.

Si bien desde la conducción radical mencionan la posibilidad cada vez más concreta de que su titular Maximiliano Abad encabece la fórmula acompañado por un intendente que anhelan pueda ser Gustavo Posse, en el campamento del sanisidrense piensa longitudinalmente lo contrario: pregonan ser cabeza de lista con alguien de la conducción acompañándolos.

Desde los dos bandos admiten asimismo que no es una posibilidad descabellada integrarse a formulas híbridas con el PRO, aunque deslizan que serían más proclives a cerrar algún hipotético acuerdo con el sector larretista que encarna en la provincia Diego Santilli que con el macrismo duro que hoy también englosaría al bullrismo en la consideración radical.

El radicalismo saca cuentas y sabe que tiene una buena base de adherentes en el interior provincial y que en las grandes ciudades por el empuje de Facundo Manes podría equilibrar al PRO, pero descuentan que el inconveniente mayor radica en el conurbano bonaerense.

Si bien allí Evolución muestra un endeble armado en algunos distritos del sur del Gran Buenos Aires como Almirante Brown con el operador de Lousteau a la cabeza, el diputado provincial y ex rector Pablo Domenichini, a lo que puede agregarse Nazarena Mesías en Lanús, la zona norte es la de mayor preponderancia por el peso en San Isidro de Gustavo Posse y los reservorios de estructura radical en algunos distritos como Vicente López donde supo ser fuerte de la mano del Japonés García.

También pueden contemplarse tímidos armados en San Fernando del ex vicegobernador Daniel Salvador y su hijo Sebastián, hoy diputado nacional.

Por estas debilidades estructurales inherentes a la trayectoria radical es que la hipótesis de fórmulas cruzadas con el PRO no pierde preponderancia en las voluntades de los principales referentes correligionarios, aunque algo tienen en claro: seguirán contra viento y marea en Juntos por el Cambio en lo que concierne al territorio bonaerense.

Manes profundizará sus recorridas en la provincia y continúa en la búsqueda de nuevas alianzas

El presidencial radical concentrará sus esfuerzos durante el mundial de fútbol y hacia fin de año en caminar la provincia de Buenos Aires y centrará sus apariciones en el conurbano bonaerense y las grandes ciudades del interior.

La idea es llevar a pasear a su lado a los principales referentes del radicalismo como Maximiliano Abad y Gustavo Posse antes de que el partido dilucide como avanzar en la resolución de la espinosa cuestión de la composición de la fórmula bonaerense.

Manes no habla con el jujeño Gerardo Morales desde aquel desencuentro dialéctico que expusieron públicamente luego del cruce del neurocientífico con el macrismo, al tiempo que continúa explorando la búsqueda de acuerdos con distintos referentes peronistas ajenos a la prédica kirchnerista, específicamente el cordobés Juan Schiaretti.

No descarta Manes en su fuero íntimo la posibilidad de una ruptura de la coalición opositora como está concebida actualmente y solo rescata del PRO al sector moderado encarnado en el larretismo.

Es por eso que acentúa los contactos asiduos con el mandatario cordobés y no aparecería dificultoso que puedan conformar una fórmula presidencial para afrontar las PASO, pero en un Juntos por el Cambio depurado de macrismo con el consiguiente giro ideológico al centro popular como pregona el diputado nacional.