Por: Federico Cedarri

La interna amarilla continúa destellando chispazos que trasuntan los desencuentros que se han hecho cada vez profundos entre los halcones moderados que representarían los partidarios del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y los halcones radicalizados que se personificarían en las figuras del ex presidente Mauricio Macri y su ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Aunque no hay una delimitación aproximada de los porotos que ostenta cada espacio, sino solo aproximaciones, por el momento Macri se muestra con actores más cercanos al pensamiento bullrista aunque prefiere mantenerse equidistante jugando un rol de componedor y charlando con todos los sectores aunque disimula poco sus simpatías con la Piba.

Bullrich continúa con el proceso de engorde de su espacio y en las útimas semanas reclutó al senador provincial peronista republicano, Joaquín de la Torre, mediante puentes que le facilitó el mismísimo Macri que también desarrolló un gesto simbólico con el ex funcionario vidalista: lo invitó a ser el primer disertante en la escuela de dirigentes que puso a rodar el ex presidente.

El sanmiguelense no oculta sus ambiciones de convertirse en único candidato a gobernador de ese espacio y actúa en consecuencia, comenzó a trajinar el conurbano bonaerense y hasta se muestra en yunta con el hasta hoy postulante oficial del bullrismo al principal sillón bonaerense: el intendente de Capitán Sarmiento Javier Iguacel.

La Piba cerró a alguien que no oculta sus ambiciones de ser gobernador, el ex titular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó que ha reconstruido el vínculo con Macri y el ala dura del PRO.

La escalada es tal que un hecho particular marca la pauta del enfrentamiento: la ex diputada provincial macrista, Andrea Bosco, que formaba parte de la tropa del alcalde de Pergamino Javier Martinez, alineado con el larretismo, fue eyectada del área de cultura del municipio por haber concurrido a una reunión que llevó a  cabo Cristian Ritondo con referentes de la Segunda Sección electoral.

El ex ministro de Seguridad bonaerense aparece a todas luces como el comodín de ese núcleo duro, ya que si bien fue acicateado por Macri para lanzarse a la travesía bonaerense también se mostró públicamente con Bullrich y puso a disposición sus equipos para trabajar mancomunadamente en un programa de gobierno para la provincia.

Sin embargo, ha trascendido que el presidente del bloque nacional del PRO habría concurrido a esa reunión con la Piba por consejo de Mauricio Macri y con la única intención de poner en un brete al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

El alcalde porteño parece hacer caso omiso a las actividades del otro polo de poder dentro del PRO e intensifica sus bajadas al conurbano buscando apuntalar a Santilli.

Los sondeos que manejan le dan una clara ventaja sobre Patricia Bullrich en territorio bonaerense pero muestran un escenario más parejo entre el Colo y Ritondo.

Rodríguez Larreta sabe que la madre de todas las batallas y el epicentro de su futuro político radica en un buen resultado en la provincia de Buenos Aires, es por esto que teje pacientemente una red de contención para Santilli con los alcaldes amarillos de los principales distritos bonaerenses y siente como propio en ese armado al intendente de Tres de Febrero,  Diego Valenzuela.

“No hay nación sin provincia”, repite como un mantra ante PDS un legislador provincial que responde al larretismo, poniendo en evidencia la importancia supina que el espacio le da al territorio bonaerense.

“Si Horario es presidente no podría gobernar en paz con la provincia de Buenos Aires en manos del kirchnerismo”, cerró aquel legislador como pretextando el duro trajín del presidenciable porteño en el Gran Buenos Aires.

El factor Vidal

Si bien Cristian Ritondo parece vascular entre Patricia Bullrich y Mauricio Macri, en realidad se reporta ante la ex gobernadora María Eugenia Vidal a quién reconoce como su referente nacional.

El ex titular de Seguridad bonaerense asegura a quién lo quiera escuchar que él representa el punto de apoyo bonaerense de una hipotética candidatura presidencial de la ex mandataria.

Si bien Vidal coqueteó con una postulación a la Casa Rosada parece haber cedido en esa apetencia y estaría más enfocada hacia una eventual disputa por la comandancia del gobierno porteño.

En ese menester habría dejado en libertad de acción a los legisladores sin tierra que le respondían en la Legislatura bonaerense que sin desfigurarse un ápice se volcaron abiertamente hacia el armado de Patricia Bullrich.

La ex gobernadora estaría decidida a ser el reaseguro del PRO en la meca porteña en caso de que los números no le sonrían al candidato del larretismo, el primo Jorge Macri, en la dura puja que deberá entablar con el radical evolucionista, Martín Lousteau.

Quién apoyaría con fuerza la aventura de Vidal en territorio de CABA no sería otro que el ex presidente Mauricio Macri convertido en una especie de oráculo de la fuerza amarilla.