Por: Federico Cedarri

Si bien el oficialista Frente de Todos continúa encaramado en la idea de suspender las PASO en todo el territorio nacional, fundamentalmente para evitar que Juntos por el Cambio disponga de una herramienta institucional para dirimir sus deferencias, una hipotética resolución en ese sentido podría acarrearle algunas consecuencias al peronismo en el ámbito bonaerense.

Hay distritos donde las disputas intestinas del peronismo no consiguen ser restañadas y apunta a una difícil resolución sin la instancia de una interna que amaine los ánimos.

Unos de los lugares donde las peleas intestinas se desenvuelven con crudeza es en La Plata, donde el peronismo no tiene el gobierno local pero aún así no logra unificar una oferta electoral que entusiasme a todas las vertientes.

Continúa sin sanearse el enfrentamiento entre el kirchnerismo duro que se agrupa tras la figura de la ex decana de Periodismo y actual presidenta del Instituto Cultural bonaerense, Florencia Saintout, y el albertismo que se reúne en torno a la diputada nacional, Victoria Tolosa Paz.

También la perla del Atlántico, Mar del Plata, sufre los avatares de una fuerte división peronista que surgió de la interna de marzo, cuando el ravertismo enfrentó al director de Correo Argentino, Rodolfo “Manino” Iriart, lo que derivó en el corrimiento de su esposa, Débora Indarte, de la estructura del bloque del Frente de Todos en la Cámara Baja provincial y la consumación de unibloque denominado de forma paradojal Unidad para la Victoria.

En el Gran Buenos Aires también hay escaramuzas, de hecho el Movimiento Evita plantea dar batalla en distritos populosos como La Matanza de la mano de la primera dama del espacio, Patricia Cubría, compañera de vida del jefe del agrupamiento, Emilio Persico, que ya empezó a jugar fuerte la interna en los paredones del distrito contra el intendente local, Fernando Espinoza.

Pero quizás el caso más emblemático es Hurlingham, porque allí cuando Juan Zabaleta recaló en el Ministerio de Desarrollo Social nacional, la intendencia quedó a merced del camporista, Damián Selci, que desguazo el gabinete del entonces jefe comunal y moldeó a su gusto y piaceré la nueva composición.

Zabaleta, otrora uno de los armadores de la fallida experiencia del albertismo, hoy desea volver al pago pero debería librar una batalla interna con el actual intendente que tiene a su disposición no solamente la estructura de La Cámpora sino también el apoyo de Cristina Kirchner.

Si bien Juntos por el Cambio aparecería en la antesala como el principal perjudicado en caso de que no se celebren las primarias, en el peronismo asoman algunos conflictos que necesitarían de tal herramienta para evitar trastornos posteriores.

La decisión de la dirigencia del Frente de Todos bonaerense en relación con la eventual  suspensión de las PASO aparece encorsetada a lo que discurra en el ámbito nacional.

Si bien los bloques parlamentarios provinciales de Juntos expresaron su manifiesta oposición a tal arremetida oficialista, algunos intendentes del palo no son tan concluyentes en su negativa y abren la puerta a un posible entendimiento.

En tanto, el peronismo enfrenta un escenario de escalada inflacionaria que erosiona sistemáticamente los salarios y esa cuestión afije de sobremanera a la dirigencia provincial y la preocupación fue expuesta crudamente por el titular del partido, Máximo Kirchner, durante una comida con los alcaldes del conurbano, que por otra parte son sus impulsores a la máxima conducción justicialista.

También ha trascendido de círculos oficialistas que hay cierto malestar con el manejo que el santacruceño está llevando adelante en el partido: “No abrió el juego a los intendentes”, le espetó a PDS un legislador provincial.

Especulaciones que no hacen más que azuzar el fuego interno.

Kicillof aparece consolidado en is intentona de reelección

Ante un panorama complejo y desolador en lo que respecta a los resultados que emergen de los sondeos de opinión en lo concerniente a la imagen del gobierno nacional de Alberto Fernández, en la provincia de Buenos Aires las encuestas concluyen que el gobernador Axel Kicillof cosecha una adhesión que ronda el 35%.

Más allá de esta cuestión, los alcaldes del conurbano siguen abroquelados y defienden sus propios intereses, denotan su molestia con el escenario económico  y sacan a relucir su pericia contenedora de presiones sociales.

También revalorizan sus pergaminos por el esfuerzo suscitado luego de las PASO 2021 cuando se pusieron al hombro la campaña y arribaron palo a palo  con Diego Santilli al disco en las generales.

Aquellos intendentes no habrían guardado en el cajón el sueño de que uno de los suyos encabece la oferta para la gobernación, y la ilusión se sustenta  en base a los rumores que señalan que si Sergio Massa, por sugerencia de sus propios partidarios del Frente Renovador, desiste de la pelea en el 2023 y posterga sus aspiraciones hacia el 2027  algunos fantasean con la figura de Axel Kicillof como candidato presidencial.

Si bien desde el Palacio de calle 6 le bajan el pulgar definitivamente a esa posibilidad y argumentan que el mandatario solo apunta a la reelección provincial, se sabe que la decisión final la tendrá la lapicera de Cristina Kirchner y en todo caso es redundante mencionar que el gobernador bonaerense en un fiel soldado de la Vicepresidenta.