martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº1966

Provincia | 22 sep 2022

Acelera estrategia

El peronismo buscaría derogar las PASO en la provincia

El Frente de Todos se muestra convencido de llegar al número para aprobar la supresión de las internas obligatorias en el Parlamento provincial. Apuesta por una disgregación en la oposición si es que el oficialismo logra la suspensión de la norma en el Congreso Nacional.


Por: Federico Cedarri

Todo indica que la próxima disputa, más allá de la negociación por el Presupuesto, que tendrá lugar entre las principales fuerzas políticas de la provincia de Buenos Aires será por la supresión o no de las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias (PASO).

El peronismo sostiene en discusiones privadas que una hipotética iniciativa en ese sentido presentada por el gobernador Axel Kicillof podría salir airosa en el ámbito del Parlamento  bonaerense.

Entiende que si el Frente de Todos consiguiera la suspensión de las PASO en el Congreso Nacional y se replica como efecto cascada en casi todas las provincias argentinas, se le tornaría excesivamente complejo a la oposición juntista mantener su resistencia.

Aparte de ello, han salido a la luz sondeos de opinión a los que han tenido acceso tanto las principales espadas del peronismo como de Juntos que sostienen que la gente no vería con malos ojos la posibilidad de una eliminación de las primarias, particularmente porque el agobio que los envuelve debido a la delicada situación económica los desanima de sobremanera para concurrir a votar en tantos turnos: serían tres ocasiones en las que habría que concurrir a las urnas si hubiera ballotage.

Esta desaprensión que invade a una mayoría de la población, que se refleja en un importante caudal de ausentismo respecto a la general, es el principal punto del que se agarra el Frente de Todos para acelerar con fuerza hacia una hipotética suspensión.

En rigor, el peronismo no necesita de las PASO por dos motivos puntuales: evitaría el costo de tener que exponerse a una hipotética derrota tomando en cuenta la compleja ecuación económica que podría condicionarlo severamente de cara a los comicios de octubre, y por otra parte, la fuerza de gobierno no precisa un reordenamiento de sus disidencias.

Respecto a este último punto, la vicepresidenta Cristina Kirchner sostiene incólume su liderazgo y se descuenta que volverá a ejercer su poder con la lapicera en lo que refiere a la confección de las listas en la provincia, además de condicionar con su aprobación o no la oferta del oficialismo a nivel nacional.

Cabe consignar que el Frente de Todos no cuenta en la provincia de Buenos Aires con mayoría legislativa para avanzar en la supresión de las primarias, pero sostiene férreamente que si se aprobara la eliminación de las mismas en el escenario nacional podrían alcanzar el número necesario para derogarlas debido a que Juntos no podría mantenerse abroquelado ante la presión social.

El oficialismo necesita un voto en el Senado y tres en Diputados para lograr el objetivo, y Juntos amenaza con un estado de paralización de la actividad parlamentaria fundamentado en no prestar quórum en la Cámara Alta. “¿Hasta dónde pueden sostener esa estrategia?”, se preguntó ante PDS un diputado provincial oficialista.

Desde la misma bancada opositora se muestran con dudas, sobre todo en Diputados, si serán capaces de resistir el pressing al que puede someterlos el oficialismo con la complicidad de una opinión pública hastiada de tantos episodios electorales en el término de pocos meses.

En el Senado bonaerense los legisladores de Juntos se mantienen orgánicos debido a que el PRO, que lleva delante el comando del bloque, no solo es quién tiene mayor propensión a defender las PASO como instrumento para sanear sus problemas intestinos sino porque además sus legisladores son mayoría en el espacio y saldrían airosos en cualquier votación corporativa.

En Diputados el panorama dista de ser el ideal para la oposición

En la Cámara Baja el oficialismo sabe que el juntismo tiene problemas para homogenizar a sus diputados, debido a que el bloque es presidido por el radicalismo que en ocasiones mantiene actitudes discordantes con sus socios amarillos.

Hoy el oficialismo se granjea, aparte de sus 42 diputados, el apoyo de la albertista Débora Indarte y del pan peronista del bloque 17 de noviembre, Fabio Britos, y aspira a contar con la abstención al menos de los dos legisladores de izquierda, que si bien no han tomado posición al respecto los antecedentes inmediatos reflejan que han necesitado de internas para ordenar la proliferación de candidaturas.

Del otro lado de espectro encontramos la heterogénea bancada de Juntos de 41 legisladores que podría arrimar el voto de los tres diputados libertarios de José Luis Espert, pero que se abre un interrogante sobre el rol que desempeñarán los possistas de Espacio Abierto que quizás tomen una determinación amparados en la negociación que lleve adelante con las espadas del bloque opositor el alcalde de San Isidro.

Diputados del peronismo especulan además con que algunos legisladores centenarios a quién no les interesaría tanto discernir disputas en las PASO, simplemente porque no logran consolidar una oferta a la gobernación propia, también podrían manifestar su acuerdo con la suspensión de las internas ausentándose a la hora de la votación o simplemente absteniéndose.

Este último escenario, que mostraría un radicalismo permeable al discurso de suspender las PASO porque obligaría al PRO a negociar fórmulas en conjunto es al que le pone más fichas por estos días el oficialista Frente de Todos.

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