La decisión de la CGT de mantener el estado de “alerta y movilización” pero no llamar a un paro de actividad cayó mal en varios sectores internos de la central obrera, que el viernes pasado, cuando se conoció el atentado a Cristina Fernández de Kirchner pidió movilizar a la Corte Suprema de Justicia. El moyanismo, con minoría de votos en la central, bajó la moción de huelga y finalmente la reunión de conducción fue suspendida con ratificación del estado de alerta.
Además, en la Corriente Federal de los Trabajadores, que avalaba el pedido de paro, la noticia cayó muy mal. El enojo se percibió en el entorno del bancario Sergio Palazzo, uno de los dirigentes gremiales más cercanos a la vicepresidenta y quien hasta último momento intentó, sin resultado favorable, que la CGT tomará una medida gremial con alineamiento político.
Según trascendió, tras la caída del encuentro pautado para las 16 horas de ayer, el propio Palazzo envió un mensaje al grupo de Whatsapp interno de la CGT, en alto tono, disconforme con la decisión. Después de eso, abandonó el grupo. La situación expone al titular de La Bancaria, de buena cosecha en materia política, pero sin capacidad para para traccionar al movimiento obrero y dirigir al resto de los sectores a una medida de semejante envergadura.
A partir de la suspensión, Palazzo tampoco contó con el armado y una plataforma acorde para avanzar en una convocatoria propia y concretar la protesta, que quedó en stand by y en manos de la CGT. El poder de fuego del bancario quedó reducido, y los cruces con sus colegas siguen en aumento, a sabiendas de los recientes hechos públicos que marcaron diferencias con otros referentes de la Corriente Federal del Trabajo, el armado sindical cercano al kirchnerismo incorporado recientemente a las filas de la reunificada CGT.
El último 17 de agosto se registró una ratificó las disputas internas en la Corriente. Lo llamativo fue la postura de Palazzo, máximo referente del espacio, quien decidió movilizar en soledad junto a una columna modesta de La Bancaria. Por separado lo hicieron el resto de los gremios que integran el mosaico. Restará evaluar en los próximos días las consecuencias y la continuidad de las conversaciones en el ámbito cegetista ante la necesidad en encausar el discurso de la central hacia un sendero que garantice la unidad en la concepción -al menos- y en la acción.
Sasia pidió debate interno
En tanto, Sergio Sasia, el titular de la Unión Ferroviaria y de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), pidió “debate interno” en la CGT y le dejó un mensaje a sus pares de la central obrera en este contexto: “Tenemos que intentar estar a la altura de la circunstancias con todo lo que está pasando en el país”.
“Lo que nos está faltando es el debate interno. No tienen que ocurrir casos como los que ocurrieron la semana pasada para que nos juntemos a debatir», remarcó Sasia en declaraciones radiales. Para el dirigente, “el debate se tiene que dar por todos los temas que son importantes para argentina y que el Movimiento obrero tiene que participar”.
El ferroviario explicó que “la unidad falta sellarla. Nosotros hicimos una lista de unidad pero hay que sellarla justamente con el debate, con la construcción, con la agenda”. Y definió: “La agenda de la CGT no tiene que empezar o terminar en si hacemos o no un paro o una movilización”. Respecto del ataque que sufriera la Vicepresidenta el jueves por la noche, Sasia sostuvo que desde la CGT “queremos esclarecimiento cuanto antes y que actúe la justicia para que se sepa cuanto antes lo que pasó”.
Además, Sasia dejó un fuerte mensaje para la dirigencia cegetista: "Tenemos que intentar estar a la altura de las circunstancias con todo lo que está pasando en el país. Tenemos que ser uno de los actores convocantes a la unidad nacional”. “Se ve que no hay lineamiento de unidad real. Nosotros tenemos que ser capaces de priorizar los temas que hacen a la vida cotidiana de los trabajadores y trabajadoras por sobre los egos”, concluyó.
Más Noticias