Por: Federico Cedarri

El peronismo de la provincia de Buenos Aires parece haber asumido la imperiosa e imprescindible necesidad de garantizar la cohesión social como única requisitoria para contar con chances fehacientes de retener el poder en territorio bonaerense.

La escalada inflacionaria viene erosionando paulatinamente los salarios de la clase media representada por obreros industriales sindicalizados y empleados estatales, a lo que debe agregarse la escasez de las changas que representa un indicativo de la desesperante situación imperante en los sectores más marginales.

Esta cuestión central de relativa disgregación del cuadro social comienza a acrecentar la preocupación dentro del frente oficialista debido a que ese reducto social representa fundamentalmente la base de su sustentación electoral.

Ante este contexto, el gobernador bonaerense Axel Kicillof le habría arrancado al ministro de Economía nacional, Sergio Massa, la promesa de que los recursos que la provincia recibe discrecionalmente por fuera de la pauta coparticipable se mantendrían sin alteraciones  dejando en claro la importancia que le asigna el Frente de Todos y la vicepresidenta Cristina Kirchner al mayor distrito del país.

El mandatario bonaerense teme que un ajuste de magnitudes importantes pueda morigerar la actividad económica y esa circunstancia en un año electoral podría horadar una de los principales latiguillos dialécticos del kirchnerismo que se ufana de propender políticas de fomento de la demanda interna.

El mandatario debió ceder ante la fuerte presión gremial y activó la revisión salarial de docentes y estatales por lo que deberá readecuar la paritaria del 60% que había acordado hace menos de dos meses.

El objetivo central del Frente de Todos bonaerense sería el de llegar al mundial de fútbol, programado para fines del presente año, con las variantes macro relativamente controladas y con una inflación que desacelere su ritmo.

Cerca de Kicillof revisan encuestas que lo siguen posicionando como el candidato más votado para el 2023: “Axel está bien ponderado en la provincia pese al actual panorama de incertidumbre económica”, destacó ante PDS un diputado provincial peronista.

De igual modo comenzó a sobrevolar nuevamente el rumor de un posible adelantamiento de las elecciones en la provincia que podría anunciarse luego del verano como una forma de contrarrestar el posible impacto negativo de una situación económica que no logre estabilizarse: “No hay nada concreto, es solo un trascendido que no viene del FDT”, aclara presuroso el mismo legislador ante la inquietud de este portal.

Si existiese alguna intención del oficialismo en ese sentido debería ser consensuada con una oposición juntista que contrariamente estaría menos permeable a avalar un adelantamiento ya que prefiere que el efecto arrastre de los candidatos nacionales se derramen sobre los postulantes provinciales.

En rigor, el Frente de Todos necesitaría contar con el favor de los legisladores opositores para avanzar en una modificación de las elecciones internas que se encuentran legalmente enganchadas con las nacionales.

Para ese propósito, el oficialismo necesitaría contar indefectiblemente en la Cámara Baja con 46 apoyos para imponer su voluntad: hoy sumando al bloque del FDT a la albertista Débora Indarte y al pan peronista Fabio Britos se arrimaría a los 44 votos.

La discusión por las listas en el peronismo

Si bien todavía falta un tramo considerable de tiempo para la definición de la confección de las listas, solo se tiene la certidumbre de que Axel Kicillof parece encaminarse sin impedimentos como candidato unívoco del FDT para intentar revalidar los pergaminos montado a su caballito de batalla: el plan de infraestructura Seis por Seis.

El mandatario ha diagramado una hoja de ruta de bajadas recurrentes al interior bonaerense consciente de la necesidad de mejorar los números en los reductos opositores donde deberá remontar una dura cuesta para llegar con chances concretas a su aspiración reeleccionista.

También es cierto que La Cámpora no llegaría tan fortalecida para el manejo de la lapicera ante un escenario de cierta debilidad política producto de las desavenencias que han envuelto al gobierno de Alberto Fernández.

“Esta vez los intendentes y legisladores del interior impondremos condiciones", sentenció ante PDS otro legislador a quién todavía le perdura su molestia por los desplazamientos a las peticiones de los intendentes durante el armado de listas en las elecciones de medio término.

En esta ocasión, el peronismo necesitará de una galvanización de todas las tendencias integrantes del frente oficialista, por lo que La Cámpora deberá mostrar un criterio de amplitud para conformar una oferta electoral en las distintas regiones de la provincia que logre contener a todos los actores políticos.

Los referentes del interior provincial entienden que esta vez los intendentes deberán ejercer un poder decisor importante en los armados de las tiras en las secciones electorales, mientras que La Cámpora y los alcaldes del conurbano, que mantienen una sociedad política estratégica, tendrían la potestad absoluta en la confección de las listas de la Primera y Tercera Sección Electoral.

Por ahora son todos aprontes que preanuncian nuevos capítulos que se desenvolverán en el transcurrir de un tiempo económico acuciante que amenaza cualquier conjetura previa.