martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº1966

Sociedad | 1 ago 2022

SEXUALIDAD

Sexo y alcohol: una pareja que no funciona

La sexóloga Silvina Lizarraga alerta que el abuso de bebidas alcohólicas puede terminar en un encuentro sexual frustrado, que trae sus consecuencias a futuro. Además, tomar de más no permite medir los riesgos de una situación.


Mucho se habla de la combinación de sexo y alcohol, una pareja que suele formarse los fines de semana en especial entre los jóvenes. Lo cierto es que un encuentro que lleva matizado con la bebida puede tener muchos finales, pero como advierte la sexóloga Silvina Lizarraga, si van de la mano “puede terminar en la ruina”.

“La realidad es que por más que muchas veces el alcohol es tomado como una “desinhibidor” para los encuentros sexuales, en exceso genera muchas cosas en el organismo de la mujer y del hombre, y puede terminar apareciendo dificultades, que una vez que aparecen se vuelve un trastorno para el resto de los encuentros”, destacó la especialista en su columna semanal en el programa radial de Política del Sur.

Cuando se toma para acercarse a alguien, estar menos tímidos, le puede funcionar a alguien, pero en definitiva “es una pareja que no funciona”. En primer lugar, Lizarraga aclaró que tiene efectos diferentes según el género. En general, lo que provoca es “que la respuesta sexual no sea la misma”.

“En el hombre el exceso provoca casi seguro una disfunción en la erección, o que no pueda eyacular”, dijo la especialista. En la mujer, agregó, “dispara el aumento de la testosterona, por lo tanto parecería que tiene más defeso, y lo confunde con estar preparada para un encuentro sexual, entonces muchas veces tiene falta de lubricación por el efecto del alcohol”.

A las mujeres, remarcó Lizarraga, también le cuesta llegar al orgasmo cuando tiene mucho alcohol en el organismo. “En un artículo que leí recientemente sobre este efecto diferenciado en hombres y mujeres respecto a las bebidas, donde se explicaba que las mujeres tuenen menos agua en el cuerpo, por eso la dilución del alcohol queda más concentrado, entonces dos personas que pesan lo mismo y tomaron igual tiene distinto efecto”, recalcó. Eso hace que muchas veces las mujeres tengan menos resistencia a la bebida.

Otro aspecto es que la persona que se siente desinhibida por el alcohol puede aumentar la impulsividad. “La persona se pone cargoso, exigente, muchas veces vimos los hombres llevando a una mujer del brazo, sin saber si realmente tiene mucho deseo, se pierde el control, sobre uno mismo”, recalcó la especialista.

Además, se corre el peligro de no dimensionar los riesgos que se toman. “Hace mucho tiempo que una paciente me contó que estando en un bar y había tomado bastante, y un chico le ofreció ir a su departamento.

Y fue, cuando recién lo había conocido. Paso la noche en ese lugar, ella se levantó y se encontró con un hombre, que le recriminó que haya un vaso de agua, y se tuvo que ir a su auto sola, caminando 35 cuadras. Esto pasa porque no tenemos dimensión de lo que hacemos”, relató Lizarraga.

También puede pasar que en ese estado, se decida no usar preservativo, porque uno no mide en ese momento las consecuencias. “el exceso no lleva a muy buen camino”, graficó Lizarraga.

Cuando un hombre no logra la erección por estar tomado, “va a torturarse con eso mucho tiempo”, alertó. Otro peligro es mezclar la bebida con la pastilla contra la disfunción eréctil, que puede ser peligrosa. “Como la erección no es firme, tomo la pastilla, que no funciona del todo por el alcohol, y entonces en el próximo encuentro tomo más dosis, y así se entra en un circuito que no mejora, todo lo contrario”, subrayó.

 

 

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