viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº1941

Provincia | 22 jul 2022

AMENAZAS DE GRABOIS Y TEMOR POLÍTICO

El miedo no es zonzo: intendentes del PRO no saben cómo actuar ante la tensión social

Valenzuela, Montenegro, Petreca y Garro (además de Grindetti y Jorge Macri) no tienen la experiencia para afrontar saqueos. “Tienen miedo”, contó a este medio una fuente cercana a uno de los ministros de Kicillof. Criticaron al gobernador pero pidieron un manual de instrucciones.


Por: Ricardo Carossino

Los títulos rimbombantes de los medios macristas que juegan su rol político habrían dado cuenta de una situación que consideraron “grave” para el gobernador bonaerense Axel Kicillof.

Según los periodistas de los diarios anti K, “los intendentes del PRO le pasaron factura” al gobernador y dan a entender en un lenguaje pretendidamente elitista que lo apretaron políticamente.

Antes de que Política del Sur cuente que pasó realmente en la reunión, vale mencionar por si algún distraído no se percató, que “los intendentes del PRO” fueron sólo cuatro. Apenas un póker diluido por la preocupación de la realidad económica, pero lejos de haber sido una demanda fuerte, fue otra cosa.

Este medio pudo conversar con una fuente allegada a unos de los representantes presentes del oficialismo quien contó que, si bien hubo un reclamo de recursos, en verdad, estos intendentes mostraron otra cara, no tan difundida por los medios.

A diferencia de los intendentes del PRO, que salieron de la reunión mostrando falsos dientes, los intendentes radicales del interior que horas antes tuvieron el mismo encuentro con el gobernador, expresaron su beneplácito por haber sido recibidos.

Con el mismo fin, Kicillof había recibido a los intendentes radicales de Saladillo, José Luis Salomón; de Trenque Lauquen, Miguel Ángel Fernández; de Suipacha, Alejandro Federico; y de Rauch, Maximiliano Suescún para abordar aspectos vinculados a la producción, las obras impulsadas a través del Fondo de Infraestructura Municipal, el programa Escuelas a la Obra y el plan de caminos rurales.

Precisamente en diálogo con Política del Sur radio, Miguel Fernández, aseguró que la reunión con el gobernador Axel Kicillof fue “buena” y que no se “quedaron en cosas”, sino que avanzaron en planes de trabajo conjunto.

Un tono distinto fue el de Diego Valenzuela de Tres de Febrero, de Guillermo Montenegro de Mar del Plata, Julio Garro de La Plata y Pablo Petreca de Junín, ya que de manera menos elegante plantearon una fuerte crítica política que no fue tal en el “face to face”.

Un prepotente Julio Garro afirmó que “más que nada, la reunión se focalizó en la transversalidad de esta crisis, que es lo que más preocupa”, al tiempo que añadió: “Estamos en una crisis tremenda donde la gente no llega a fin de mes, donde las obras se paralizan porque el dinero lógicamente ya no va alcanzando”, sentenció el jefe comunal.

Quien primero bajó el tono que encendieron los medios macristas, fue la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez quien explicó: “Fue una reunión de trabajo como las que venimos manteniendo periódicamente con los intendentes de la oposición. Ocurren semanalmente y en este caso lo importante era que se pedía la participación del gobernador, y por supuesto que los atendió”.

Según pudo averiguar Política del Sur, el encuentro se enmarcó, esta vez, en otro enfoque muy diferente del que dejaron trascender tanto el oficialismo como la oposición.

A diferencia de los intendentes radicales, sus pares “amarillos”, fueron a la gobernación a pedir seguridad, pero no por los delitos en sus Municipios, sino por la encendida retórica que horas antes había exhibido el líder del Frente Patria Grande, el abogado Juan Grabois.

Las declaraciones de Grabois del pasado miércoles 20 de julio (día del amigo) no pasaron desapercibidas. El referente social aseguró que “estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle” y luego aclaró que prefiere “hablar ahora y no lamentarme cuando empiecen los saqueos”.

Esto fue (inconfesablemente prohibido decir) lo que asustó y mucho a los cuatro jinetes del apocalipsis PRO que fueron a mostrar su temor político en la mesa del gobernador. “Tienen miedo”, contó a PDSur esta fuente de la gobernación.

Y tienen miedo no porque sean cobardes, sino porque carecen de experiencia en situaciones de extrema tensión social. No están preparados para saber que hacer ante una explosión de descontento por parte de las organizaciones sociales.

Como se sabe, la ex ministra de Desarrollo Social del Nación en época amarillas, Carolina Stanley, entregó el manejo de los planes sociales a “los Cayetanos”, no sólo para no tener que atenderlos cada semana, sino para no gobernar con la espada de Damocles sobre su cabeza.

Pero ahora, la cuestión es distinta. El peronismo sabe cómo tratar con las orgas piqueteras, las conoce, las inventó, las padeció, la controló y las compró. Aunque ahora las tensiones políticas internas por el problema macro hizo explotar la situación.

Los términos “sangre” y “saqueos”, hicieron temblar las piernas de Montenegro, Valenzuela, Garro y Petreca, pero también de Néstor Grindetti y de la leve intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, aunque los últimos no fueron al encuentro.

A diferencia de los experimentados correligionarios que vivieron el estallido histórico del 2001, estos intendentes llegados por afuera de la militancia y la construcción de poder, no tienen “el saber” necesario y mucho menos el conocimiento territorial para manejarse ante una tensión que se parece mucho a una amenaza por parte de Grabois.

Nadie se imaginaría (más allá de las simpatías o antipatías que despierten) a Emilio Pérsico, Fernando Chino Navarro, Juan Zabaleta, al mismo Axel Kicillof, o a Sergio Berni, temblar ante los gritos impostados de Grabois, pero en el caso de estos prolijos jefes comunales de la clase media, la situación cambia considerablemente.

Y esto es lo que estos intendentes le plantearon a Kicillof, su temor ante un estallido en sus municipios y medio en broma y medio en serio, terminaron pidiendo una suerte de manual de instrucciones en caso de reclamos violentos en las calles.

El gobernador les transmitió tranquilidad y les aseguró que él y su gente los van a proteger. Desde luego, esto nunca transcendió en ninguno de los medios, pero lo positivo, es que, desde el ejecutivo bonaerense, si bien no magnificaron las amenazas de Grabois, tampoco le sacaron peso a un dirigente que junto a los demás piqueteros tiene un fuerte poder de daño que se ha convertido en el “cuco” de estos alcaldes de estilo "petit bourgeois".

 

 

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