miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº1967

Gremiales | 17 jun 2022

ANALISIS

Gremios combativos se acercan a La Cámpora: ¿Máximo Kirchner va por la cabeza de la CGT?

Crecen los cuestionamientos a la conducción de la central obrera por la actitud que tiene en medio de la crisis. La idea de un paro nacional gana terreno entre los dirigentes más cercanos al kirchnerismo. El ejemplo de la UOM: Antonio Caló denunció “golpe” y su sucesor se volvió vocero de los reclamos K.


Por: Diego Lanese

El flamante Consejo del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires fue leído por algunos analistas como un llamado a la unidad, ya que Máximo Kirchner convocó a referentes de todos los espacios del Frente de Todos. Esa lectura puede verse distorsionada si se acerca la lupa, y se ve, por ejemplo, que pasa con los dirigentes gremiales convocados a esta estructura, que se formalizó luego de la aparición de un “peso pesado” de la CGT con críticas al líder de La Cámpora. Para esta etapa del PJ, el hijo de la vicepresidenta llamó a Omar Plaini, Abel Furlán, Vanesa Siley, Walter Correa y Esteban Sancio, además de referentes de intendentes, ministros nacionales, dirigentes peronistas y otros espacios. Más allá de la discusión sobre la presencia de albertistas, hay un actor que falta de manera notable: la CGT. Es que los dirigentes gremiales están vinculados claramente al moyanismo o los aliados del kirchnerismo, como la Corriente Federal. De “gordos” e “independientes”, por ejemplo, nada.

 

No es nuevo el malestar de una parte del Gobierno con la dirigencia tradicional de la CGT, a quien acusan de haber sido dialoguista en la presidencia de Mauricio Macri. En tiempos del gobierno del Frente de Todos, son sindicados como uno de los espacios que le ofreció luego de la derrota del 2021 al presidente Alberto Fernández romper con Cristina Fernández de Kirchner. Desde ese momento, el diputado nacional comenzó a criticar a través de algunos voceros mediáticos a la dirigencia sindical, en especial la figura de Héctor Daer, ex diputado de Sergio Massa y amigo personal de primer mandatario. Ni la inclusión de Pablo Moyano al triunvirato de conducción calmó las aguas, y hoy la conducción –que por sus gremios masivos tiene la mayoría de afiliados para cualquier movimiento que se busque –y el sector combativo sólo comparten sede eventualmente ya que sus agendas son muy distintas.

 

Pero un dato alerta a muchos dirigentes. En su vuelta al plano público luego de su sorpresiva salida al frente de la UOM, Antonio Caló le apuntó directamente a La Cámpora por su remoción. El dirigente afirmó que lo sucedido en el gremio metalúrgico fue “un golpe”, y lo vinculó a la relación de Furlán con Máximo Kirchner. En declaraciones periodísticas, fue muy elogioso con Matías Kulfas, uno de los “tres mosqueteros” del albertismo más criticado por el kirchnerismo que salió del gobierno por el escándalo de los off del gasoducto. “Esperemos que después de esta medida por la que se tuvo que ir (Matías) Kulfas, que era un flor de ministro, se termine esta interna”, sostuvo. Y si bien indicó que a la vicepresidenta “la respeto” y “es buena política”, dejó en claro que el malestar es con su hijo. Caló se mantuvo en 2011 en la fracción Alsina de la CGT cuando Hugo Moyano rompió con el gobierno nacional, y fue un fuerte interlocutor de las políticas oficiales. Algunos además recuerdan que a su sucesor lo presentó él como candidato a diputado nacional.

Para volver al ruedo, Caló eligió una actividad muy cercana a los sentimientos del peronismo: homenajeará a las víctimas del bombardeo de Plaza de Mayo de 1955. La respuesta a sus dichos y su acto fue un raid del propio Furlán criticando la falta de propuestas de la CGT y la necesidad del llamado a un paro nacional. El flamante titular de la UOM sostuvo que “el movimiento obrero no puede ser un espectador de lujo viendo como nos despojan nuestro poder adquisitivo y nuestro salario que, en definitiva, es nuestra dignidad”. Además, fue más allá y habló de “recuperar la representatividad”, una forma de bajarle el precio a las actuales autoridades de la CGT.

 

La idea de una protesta, que Pablo Moyano aclara es "contra los empresarios y los formadores de precios”, resuena todo el tiempo entre los dirigentes de su espacio, que buscan consensos en la central obrera. Para eso, buscan sumar a sectores clasistas y movimientos sociales, y apuntan a otra actitud de la clase dirigente, que parece cómoda en su rol, como quedó demostrado en Suiza, en la cumbre de la OIT, donde repartieron elogios con Claudio Moroni, otro ministro apuntado por los sectores kirchneristas. Sobre el paro, Daer fue contundente: "No hay ninguna posibilidad". 

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