"Crucifijo, cinta roja, ristra de ajo, nadie puede...." (...) "Y dijo, brujería... hice brujería; pinché su muñeco...", decía aquella canción recordada de Los Típitos. Y, será cosa de mandinga, el Cele se sacó de encima una tremenda racha que lo acompañaba desde el 3 de diciembre de 2013. Aquella vez, por la B Metro, perdía 1-0 ante Almagro en Villa Raffo y lo dio vuelta con goles de Luis López y Fernando Brandán, con la conducción técnica de Aníbal Biggeri. El dato lo brinda el historiador Daniel Remolina y certifica que fue esa la última vez que Temperley pudo revertir un marcador adverso en condición de visitante. 

Bianco logró romperla con el 2-1 en Villa Soldati ante Deportivo Riestra y consiguió otra más importante para el presente: es la primera vez en la temporada que el Gasolero logra hilvanar dos triunfos en serie. 

El equipo repitió las formas del buen triunfo ante Güemes aunque le costó hacerle daño al rival y empezó 1-0 abajo con una contra letal de Riestra que convirtió en gol Gustavo Fernández con excelsa definición a los 26 minutos del primer tiempo. El Cele había insinuado con desbordes de Agustín Paz por derecha (el mejor del equipo del Chaucha) pero sin encontrar el destinatario dentro del área. Y sin jugar bien, cuando parecía que el local podía liquidarlo, un disparo desde media distancia de Rosales encontró desvío en un defensor y "Toto" Reinhart logró el 1-1 en la agonía de la primera mitad. 

En el inicio del segundo tiempo se vio lo mejor del equipo de Bianco: apareció con más claridad Allione, estuvo aún más picante Paz con sus desbordes y de tanto insistir tuvo su premio: a los 14 Franco Toloza mandó a la red un centro de Paz que encontró desvío en Reinhart y la empujó casi sobre la línea de cabeza para el 2-1 que sería definitivo. 

💥⚽ Centro de Paz, anticipo de Reinhart y cabezazo de Toloza...

El gol para dar vuelta el resultado y volver a sumar de a tres, en cuatro fotos 📸😉 pic.twitter.com/8s5bwU1Qxq

— Club A. Temperley (@TemperleyOK) May 23, 2022

En los dos goles, el Cele contó con desvíos previos. La diosa fortuna, esta vez, acompañó el sacrificado y solvente rendimiento del equipo. Así, la entrega del equipo -que supo defender el resultado con y sin la pelota- no fue en vano y sirvió para cosechar tres puntos clave para seguir escapándose de la zona baja de la tabla. Y rompió dos rachas malditas: una del torneo actual y otra que llevaba más de 8 años.

El optimista Bianco, una vez más, logró dibujar sonrisas en un plantel que se exige cada vez más y que empieza a olvidarse, de a poco, de sus peores rachas.