

El parrillero de Temperley acusado de matar a Adrián Caro declaró en indagatoria y sostuvo la versión de que se habría resistido a un presunto intento de robo de la víctima y que se le “escapó el tiro”.
Se trata de un hombre de 43 años identificado como Hernán Loza, conocido en el barrio con el alias de “el Gordo Hernán” o “el Gordo Loza” que tiene antecedentes por violencia de género y que se entregó el miércoles pasado en la fiscalía luego de fugarse de la escena del crimen ocurrido durante la madrugada del 9 de mayo.
Fuentes judiciales informaron a Política del Sur que relató que el fallecido “estaba armado y que primero le quiso robar a un delivery y después le quiso robar a él”. Sin embargo, aseguró que la muerte fue por un accidente.
El fiscal Lorenzo Latorre a cargo de la causa habría desestimado esta teoría debido a que no incautaron ningún arma en poder de Caro.
Según precisaron a este medio, el arma homicida no pudo ser incautada debido a que de acuerdo a la versión del acusado, la habría abandonado en el escenario del asesinato. “Dio a entender que alguien la habría tomado”, indicaron.
Los investigadores no descartan que haya ocurrido una discusión previa entre las partes que podría haber desencadenado en la tragedia
El caso está a cargo de la UFI 3 de Lomas de Zamora que caratuló el caso por el delito de “homicidio agravado por el empleo de arma de guerra”.
El hecho ocurrió el lunes a la madrugada en avenida República Argentina y Tarija, en el barrio San José. De acuerdo al relato del presunto asesino, estaba a punto de cerrar su negocio cuando pasó todo.
La víctima tenía 21 años y era padre de tres nenes que se quedaron sin su papá. Antes de morir había identificado “al parrillero” del barrio como el autor del disparo que lo provocaría la muerte.