El médico clínico hepatólogo y presidente de la Red de Profesionales para el Estudio de Cannabis (REPROCANN), Nicolás Di Biase, remarcó que se tiene que poner énfasis en “la capacitación de las fuerzas de la seguridad, porque hay una legitimación a nivel nacional del uso de la planta pero mientras tanto hay un paradigma muy persecutorio del usuario”.

“Se siguen allanando las casas de los que cultivan. Queremos demostrar que esto no tiene que ver con el narcotráfico. Hay un gasto por parte del Estado en la persecución de cultivadores que no ofrecen un daño o peligro a la salud pública como plantea la ley de estupefacientes. Tenemos en las cárceles bastante personas que han cultivado, después se puede ver si hubo venta”, aseguró el especialista en contacto con Política del Sur.

Asimimo explicó que el el permiso individual de REPROCANN permite la tenencia de “hasta nueve plantas femeninas por año en un espacio de 6 metros cuadrados y el transporte de 40 gramos de flores secas o hasta 6 frascos de 30 mililitros de aceite”, mientras que “en la variante ONG, hay un límite de 150 personas en espacios de 9 a 18 metros cuadrados”.

También resaltó que esta autorización “permite realizar denuncia de robo de plantas ante la policía”.

Además sostuvo que “el programa depende del ministerio de Salud, que articula con la cartera de Seguridad cómo se va a regular y a monitorear los permisos, por lo que recomendó que los cultivadores "tengan todos los papeles en regla".

“Se ha desarrollado un mercado gris porque por un lado hay una ley que habilita el uso medicinal del cannabis y por otro lado se prohíbe la venta. Hay personas que con buena fe ofrece sus aceites y cogollos, y otros que venden aceites diluidos o que no tienen nada”, comentó.

Por otro lado, instó a que “hay que erradicar el adjetivo alucinógeno a lo que tiene que ver con cannabis sativa” y resaltó que los efectos de la falta tienen que ver con la “relajación, estimulación del sueño”. “Estamos en la construcción de un nuevo paradigma, hay que sacar 50 años de prohibicionismo y mala prensa que tuvo la planta”, recalcó.

“El grado de adictividad que tiene es muy bajo porque es un complejo plurimolecular, no es una sola molécula como la cocaína, LSD o éxtasis. Al ser más de 100 componentes en una planta la posibilidad de generar una dependencia física es muy baja, las son más del tipo social”, explicó.

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— Política del Sur (@PoliticaDelSur1) April 25, 2022

En cuanto al negocio que puede significar la producción a gran escala de marihuana y planteó que "lo que se pone en discusión es no volverlo como a la soja porque un cultivo excesivo termina por dañar la tierra, ay que respetar un tiempo de cultivo". “El cannabis va a generar una fuente de empleo en el país tanto a nivel nacional como de exportación”, vaticinó.

En cuanto al uso medicinal de la planta, blanqueó que “la idea es incorporarlo en el amplio degradé de herramientas terapéuticas que uno tiene como medico y no que haya especialistas canábicos”.