Por: Federico Cedarri

Un rumor comenzó a sacudir la modorra del escenario político de la provincia de Buenos Aires y tiene al oficialismo como principal protagonista en rededor del trascendido que contemplaría la posibilidad concreta de que en el 2023 pueda ocurrir un hecho inédito en la provincia de Buenos Aires: votar separados de las elecciones presidenciales.

Y esta idea que al parecer podría interpretarse como un globo de ensayo para evaluar repercusiones, tiene un trasfondo más complejo que comenzó a esbozarse cuando el diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, renunció a la presidencia del bloque oficialista.

Si bien en la provincia de Buenos Aires esta dimisión hasta el momento no hizo crujir la solida alianza entre la otrora agrupación juvenil y la liga de los intendentes del conurbano, sí hizo ruido un sentimiento que Kirchner dejo implícito en la carta donde dejo manifiesta sus impresiones por el acuerdo con el FMI: deja traslucir que si se cumplieran las metas que exige el organismo de crédito sería harto difícil retener la Presidencia de la República más allá de 2023.

También desde el kirchnerismo habría comenzado a pergeñarse la estrategia concreta de jugarse el todo por el todo y asegurarse en el año electoral los resortes de poder de la provincia de Buenos Aires,  ajenos a la suerte que pueda caberle al Frente de Todos  a nivel nacional.

Creen que separando la fecha de elecciones se darán dos fenómenos que pueden favorecer al frente oficialista: Juntos deberían hacer frente a la elección con sus armas provinciales sin tener el arrastre de una boleta fuerte a nivel nacional, mientras que en el oficialismo bonaerense razonan que el escenario para ellos se vuelve complejo debido a que el gobierno nacional tiraría hacia abajo las opciones provinciales.

Un legislador del interior bonaerense admitió ante PDS que las charlas por el adelantamiento existen: “Algo se ha hablado pero es todavía muy prematuro”, soltó escuetamente ante la consulta.

También el mismo diputado explicó que debe contemplarse acuerdos parlamentarios para llevar a cabo este anhelo que por estas horas desvelaría al peronismo: “Primero hay que tratar el desenganche de las PASO nacional  lo cual es imposible sin consenso con la oposición porque se necesitan los dos tercios de ambas Cámaras”, repasó.

“Si la oposición se empaca y no quiere será solo un globo de ensayo”, sintetiza.

El negativo efecto arrastre de la boleta nacional sería hoy la principal preocupación que emerge en las usinas oficialistas, si bien los alcaldes del interior no vieron con buenos ojos la renuncia de Máximo Kirchner, si estarían contemplando con un velo de seriedad la posibilidad del adelantamiento: los intendentes peronistas temen que una tira nacional anémica los empuje a una derrota que no se les pasa por la cabeza, el espíritu de supervivencia los envuelve y harán lo enteramente necesario para preservar sus territorios.

Si bien desde el oficialismo confirmaron ante PDS la existencia de aprestos en esa dirección, todavía informales por cierto, también dejan entrever que falta demasiado tiempo para dar lugar a la  oficialización de este tipo de conjeturas.

El fallido intento de Vidal en 2019

Cuando amanecía el último año de gobierno de la ex mandataria, tanto el entonces oficialismo de Cambiemos con sus aliados del massismo conformaron una mesa de análisis integrada por legisladores provinciales para analizar una reforma electoral y que inclusive tuvo un primer y único encuentro donde el tema de un hipotético adelantamiento se tocó en forma subliminal.

Desde el vidalismo se mostraban preocupados por la suerte que podría correr la entonces gobernadora ante la negatividad que representaba la imagen de un Mauricio Macri erosionado por el devastador ajuste al que se comprometió con  el FMI.

Tres años después, los escenarios se repiten pero el intercambio de actores lo hace peculiar, la diferencia radica en que Cambimeos corría a contrarreloj y se le agotaba el tiempo electoral, a diferencia del actual Frente de Todo que tiene por delante casi dos años de mandato.

Lo concreto es que desde el peronismo no disimulan la veracidad de los rumores que se han echado a correr, y de hecho más allá de que nadie oficialmente se haga cargo de los mismos, el tema se estaría conversando subterráneamente entre la entente que conforman legisladores, intendentes y funcionarios provinciales.

Si bien descuentan que la pelota está en el campo de Juntos y que se necesita un acuerdo consensuado con la principal fuerza opositora, cada vez cobra más interés en varios intendentes la ida de avanzar en un pacto que permita un hipotético adelantamiento.

Los alcaldes peronistas del interior son los que más preocupación emanan, saben que en un escenario de votación fluctuante podrían ser arrasados por una boleta nacional de Juntos potente.

El tema está instalado y los actores provinciales preparan los libretos para afrontar una discusión que parece recién tomaría real impulso en la segunda mitad del presente año.