Por: Federico Cedarri

La temporada estival parece no atemperar el ánimo de la clase política doméstica bonaerense que continúan con los aprontes con la mira puesta en el año 2023, donde ambas fuerzas mayoritarias prodigan movimiento tácticos rayanos con la lógica ajedrecista, con la  intención de sacar el mayor rédito que los posicione hacia la meta final: el cetro de calle 6.

Mientras que en el oficialismo se atemperaron los ánimos luego de la jornadas de debate por el Presupuesto y la reelección de los intendentes, en la oposición da la sensación que el traspié sufrido principalmente en la bancada del PRO en torno a la divisoria que causó la votación que posibilita un nuevo turno a  los alcaldes, ha generado en la tropa amarilla una robustez de la alianza del larretismo con los intendentes, mientras que los sin tierra acentuaron los vínculos con María Eugenia Vidal y el ex presidente Macri.

De hecho, un grupo de referentes encabezados por el diputado Alex Campbell visitó a Macri en el sur del país y llamó a la construcción de un espacio alternativo al kichnerismo pero que contenga en su seno la esencia de pureza del PRO con mayor  ligazón hacia los sectores liberales.

Si bien ese grupo de legisladores sigue reportando a Vidal, sienten que la situación acaecida con la implicación de su ex ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, en una hipotética mesa judicial para armar causas contra opositores, la esmeriló ciertamente y al parecer puso fin a la intención primaria de la ex mandataria de postularse a la presidencia en el 2023, intención que habría blanqueado ante empresarios amigos.

Con todo, quién apretó el acelerador fue Horacio Rodríguez Larreta que trata de unificar un agenda de recorridas por la provincia y en especial por el Gran Buenos Aires.

En ese menester, reunió días atrás a los potenciales candidatos a gobernador que el espacio tendría en el distrito bonaerense: su alfil en las legislativas Diego Santilli, su ahora miembro del gabinete porteño pero que no renuncia a la pelea en la provincia, Jorge Macri y el jefe de la bancada del PRO en el Congreso, Cristian Ritondo.

No es secreto para nadie que los tres mosqueteros son potenciales candidatos al premio mayor, y según pudo saber PDS planearon una convivencia civilizada si agresiones apresuradas y con la idea de que la definición se dará recién en los primeros meses del 2023, por lo que con la presunción de que queda mucha agua por correr abajo del puente trazarán una agenda de temas comunes y acompañaran en forma alternativa a Larreta por toda la provincia, también como una forma de cimentar la apetencia presidencialista del porteño.

Hay algunos intendentes que ya esbozan sus preferencias, para el caso el alcalde de Mar del plata, Guillermo Montenegro, no disimula su apoyo preliminar a Diego Santilli a quién invita cada vez más seguido a recorrer la ciudad feliz de su mano.

El Colo retribuyó el gesto pulseando durante diciembre por la designación de Alejandro Rabinovich, ex secretario de gobierno de Montenegro, como autoridad del bloque de Juntos en el Senado para el clave 2023.

También habrá que prestar atención al movimiento que efectuaron recientemente Néstor Grindetti y Julio Garro, que  consideran que deben ser reconocidas sus credenciales por el aporte que han comprometido en el triunfo en la legislativa y quieren de alguna manera una recompensa por aquella tarea.

Se juntaron recientemente en La Plata y con la excusa de analizar cuestiones de agenda común de sus municipios, Lanús y La Plata, mostraron los dientes y dejaron entrever que jugarán fuerte para no quedar fuera de la discusión hacia el 2023.

Intentarán sumar peronistas e independientes a lo largo de la provincia en una especia de remake de Hacemos, espacio que Grindetti prohijó en el conurbano sumando heridos del oficialismo y a los cuales les dio lugares importantes en la confección de las listas amarillas que lidiaron la interna contra Facundo Manes.

La incorporación de Monzó al larretismo sumó un nuevo condimento al tablero político

En un juagada relámpago Larreta cerró un acuerdo rápido con quién había sido una de los estrategas de la campaña del radicalismo en la interna contra su propio candidato: Emilio Monzó.

El tejedorense, según manifiestaba su tropa propia insistentemente tenía como objetivo la presidencia de la Nación para el 2023, pero este esquema de acuerdo con el jefe porteño parece dar crédito a los rumores que circulan en el espectro político y que sostienen que finalmente Emilio Monzó podía ser uno más de los candidatos que auspicie Larreta en la interna de 2023  a la gobernación, todos bajo el paraguas de su candidatura presidencial.

Sin embargo, el ex titular de la Cámara Baja cuenta con el aditamento de que puede sumar extrapartidarios que provengan del peronismo, al margen de su consabida buena recepción con los sectores radicales y los ligados al GEN de Margarita Stolbizer.

Lo concreto es que Monzó revalida su juego político con esta jugada en la que se sumó oficialmente al proyecto larretista y en cierta manera genera un reacomodamiento de las piezas dentro del espacio amarillo.