viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Policiales | 20 ene 2022

CASOS EMBLEMÁTICOS | NAHUEL IRAIZOS

Un homicidio por encargo, un joven asesinado y la sospecha vigente de un “crimen político” sin resolver

La víctima defendió a su padre de un presunto intento de asesinato de sicarios. Se enfrentó a tiros con los malvivientes pero un ex policía le disparó a la cabeza. Pese a que la Justicia desestimó las sospechas, el padre del joven siempre sostuvo que fue un asesinato por encargo por impulsar un proyecto para dividir Almirante Brown.


Por: Luis Giménez Ojeda

El 25 de agosto del 2004 se terminaba la agonía de un adolescente de 19 años que 11 días atrás había ingresado de urgencia al hospital Lucio Melendez de Adrogué a raíz de una herida de bala en la cabeza que recibió durante un episodio ocurrido en la maderera de Longchamps de su padre y cuyas dudas sobre el móvil del ataque permanecen vigentes hasta el día de hoy, a pesar del paso del tiempo.

“Fue un crimen político”, repetía infinidad de veces a los medios periodísticos de la época el padre de la víctima, Hugo Iraízos. Su único hijo varón, Nahuel Iraizos, había sido baleado el 14 de agosto por un ex integrante de la Policía Federal que actuó junto a otros dos cómplices, y que, según los testigos, le apuntó y disparó a matar al joven sin mediar palabra.

Sin embargo, el autor material del asesinato fue liberado tras cumplir dos terceras partes de su condena y las razones que motivaron la agresión nunca quedaron claras pese a que para la Justicia se trató de un homicidio efectuado por sicarios que en realidad tenían la orden de ejecutar al papá del fallecido.

No obstante, ¿qué razón podía motivar el asesinato de Hugo Iraizos? Para ello, es necesario conocer el trabajo del hombre, un comerciante dedicado a la venta de maderas de quebrachos pero a la vez activista político y uno de los principales militantes que por esos años impulsaron la división del partido de Almirante Brown, compuesto hasta ahora por 12 localidades.

Junto a otros referentes barriales, Iraizos padre pretendía que Ministro Rivadavia, Longchamps y Glew, que juntas representan casi la mitad del partido que comprenden, se separasen del municipio browniano para formar su propio distrito. Incluso el proyecto presentado en ese momento y archivado desde entonces en algún cajón de la legislatura bonaerense contemplaba el nombre del nuevo espacio: “Altos del Sur”, o “del Tránsito”, según lo que resolverán los vecinos entusiasmados con la idea, aunque del otro lado de la municipalidad esto no habría generado mucha gracia.

Fue el propio Iraizos quien reconocería durante varias entrevistas que los días previos a la fecha en la que cambió su vida para siempre, su familia había recibido varias amenazas con un mensaje claro detrás de las líneas telefónicas. “Siempre me decían que me dejara de joder con lo del nuevo distrito”, afirmaba. Pero eso no era todo y tanto él como el resto de sus seres queridos tuvieron que padecer también una serie de hechos delictivos que siempre vinculó al homicidio de su primogénito.

El primero de los episodios a los que hizo alusión la familia Iraizos se registró el 4 de agosto del 2004, cuando cuatro personas merodearon el comercio de su propiedad. Ellos llamaron a la comisaría y dos sospechosos fueron detenidos. Tres días después desvalijaron su casa de Chascomús y el último de los hechos que terminaron la seguidilla antes del crimen ocurrió el jueves 12. Esa noche robaron la maderera, de la que se llevaron las catorce máquinas con las que trabajaban los operarios. Para ese entonces, los damnificados no sabían que lo peor estaba por llegar.

 

El ataque perpetrado por un grupo de policías ¿sicarios?

El día de la tragedia, un hombre armado entró al negocio y sin pedir el dinero recaudado le apuntó a la cabeza al dueño, sin contar con que el hijo del comerciante reaccionaría para defender a su padre. Luego de un breve forcejeo, desarmó al malviviente, más tarde identificado como Irineo Rojas, un sicario que habría sido contratado por el autor intelectual del caso,cuyo nombre sigue siendo un misterio al día de hoy.

Armado con la 9 milímetros de Rojas, Nahuel Iraizos salió a la vereda a pedir ayuda y enfrentó a tiros a Víctor Hugo Sierra, miembro de la Policía Bonaerense y que se desempeñaba en el Comando de Patrullas de Lomas de Zamora, que hacía de “campana” en la puerta del negocio y terminó herido.

El joven de 19 años había actuado como un héroe, pero un tercer hombre que permanecía a media cuadra del sitio, sin dar voz de alto ni un disparo de advertencia, le efectuó un balazo en la cabeza que le provocó la muerte. Era Alejandro Etchechurry, un ex policía federal retirado conocido por el padre de la víctima por ser socio fundador del Club de Leones de Longchamps, una entidad enfrentada al Rotary Club, que adhiere a la idea del nuevo municipio y que era presidida por Iraizos padre.

 

Cambio de carátula y un fallo polémico de la Justicia

En primera instancia, el fiscal de la causa, Domingo Ferrari, descartó cualquier conexión política del asesinato y caratuló el hecho como intento de robo y homicidio. Además, desestimó que Etchechurry haya tenido algún trato con Rojas y Sierra, pero esta evaluación fue siempre rechazada por Hugo Iraizos, que sostenía que se trataba de una banda contratada para matarlo.

El juicio estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de Lomas de Zamora, que juzgó a los partícipes del hecho. Etchechurry fue condenado a 16 años de prisión por ser autor material del hecho caratulado como “homicidio simple”. Por su parte, Rojas fue penado por “robo en grado de tentativa y encubrimiento de homicidio" con 11 años y luego concedería arresto domiciliario. Sierra fue condenado a 5 años y medio de prisión por el delito de “tentativa de robo seguido de muerte”, pero murió luego del juicio oral y no llegó a cumplir su condena.

Años más tarde, se cambió la caratula del caso a “homicidio de Nahuel en complicidad e intento de asesinato hacia Hugo Iraizos”. Además, Rojas quedó señalado como el autor material, mientras que Etchecburry fue encontrado como partícipe primario, pero con eso no se terminaría la polémica.

Cuando la familia del joven asesinado esperaba que la condena quedara firme, recibieron la noticia de un fallo por lo menos inesperado que significó un duro revés. Etchecberry fue beneficiado con la libertad condicional tras haber cumplido las dos terceras partes de su condena, es decir, 10 de los 16 años que debía cumplir en la cárcel.

A la indignación se le sumó también el temor, debido a que el ex miembro de la Policía Federal estaría viviendo a 10 cuadras de la casa de las víctimas, a pesar de que, de acuerdo a la Justicia, habría tratado de asesinar al denunciante.

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