Por: Diego Lanese

La puja del Gobierno nacional con los grandes empresarios por la suba de precios, en especial de alimentos, es el tema fundamental de la agenda de estos días, sobre todo cuando el flamante secretario de Comercio Interior Roberto Feletti anunció el congelamiento de unos 1.400 productos. Para garantizar su cumplimiento, el funcionario y la Casa Rosada pidieron el apoyo de diversos sectores, como intendentes y movimientos sociales. En cuanto a los gremios, hubo respaldo a la política, como hicieron varios dirigentes de la CGT, pero no hubo un llamado formal a sumarse a los controles. Por eso, desde la CTA de los Trabajadores pidieron que los convoque, y afirmaron que las grandes empresas tuvieron en pandemia una suba considerable de su rentabilidad.

El pedido de la CTA que lidera Hugo Yasky se hizo a través de declaraciones públicas del también diputado nacional, que reclamó ser parte de las políticas de control. Pero hasta ahora, ese ofrecimiento no fue respondido. “No tuvimos un llamado formal a sumarnos al programa ni a los controles”, le dijo a Política del Sur una fuente de la central obrera, que aseguran que se necesita “más firmeza con los formadores de precios”. En este sentido, la dirigencia viene pidiendo que se apliquen sanciones a las grandes empresas que monopolizan algunos productos, y que no acatan los congelamientos u otras políticas. “Es hora de jugar el partido en serio”, se quejaron.

Como argumento, remarcaron que incluso en pandemia las grandes empresas del país tuvieron ganancias por encima de los últimos años del macrismo, lo que marca la posibilidad de sostener medidas como el congelamiento. Lo hicieron a través de un trabajo de su centro CIFRA, que analizó los ingresos de algunas de estas firmas. El informe subrayó que “como consecuencia de ello los oligopolios registraron una recomposición significativa de sus niveles de rentabilidad”. Como ejemplo, CIFRA citó a Ternium Argentina, que declaró “utilidades netas por el 40,1 por ciento de las ventas en el primer semestre de 2021 cuando en el mismo período del año anterior había registrado pérdidas contables (-1,5 por ciento)”.

Además, el centro describió el caso de Aluar, que pasó “del -6,7 al 8,8 por ciento de utilidades sobre ventas en los respectivos períodos mencionados”. “Molinos Río de la Plata, después de un buen primer semestre en 2020 (2,9 por ciento), aumentó su rentabilidad a 3,6 por ciento sobre ventas en el mismo período de este año”, adelantó el reporte, al que tuvo acceso Política del Sur. Para la entidad, “no se trata de casos aislados ya que el excedente de explotación del conjunto del sector privado aumentó del 48,2 al 53,1 por ciento entre el primer semestre de 2020 y 2021. Estas son las causas del endurecimiento de la política de control de precios del gobierno”.