La Justicia de Lomas de Zamora juzgará a la pareja de motochorros detenida por el crimen de Fernando Marino, el repartidor de Mercado Libre asesinado el 27 de julio de 2020 durante un intento de robo en Adrogué.

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Fuentes judiciales informaron a Política del Sur que el fiscal Gerardo Mohoraz solicitó la elevación a juicio y solo falta la confirmación del juez de Garantías Gabriel Vitale para sortear el tribunal que estará cargo y la fecha de inicio del debate.

Los acusados, Mauro Sebastián García y Johanna Anabella Quevedo, están detenidos imputados por “homicidio calificado criminis causa, robo calificado por el empleo de arma de fuego y tenencia ilegal de arma de guerra”, delitos por los que podrían recibir la pena de prisión perpetua.

Ambos fueron capturados durante una serie de allanamientos realizados el 29 de julio del año pasado, dos días después del asesinato de Marino. En los mismos también fueron secuestradas una pistola Browning calibre 9 milímetros cargada y con la numeración suprimida y dos motos azules, una Honda 300 y otra Brava Altino 150, mientras que la moto utilizada en el hecho había sido hallada quemada en Malvinas Argentinas.

Según indicaron las fuentes a este medio, el chaleco incautado era similar al que portaba uno de los dos “motochorros” que quedaron registrados en una cámara de seguridad. Además, el vehiculo incautado tenía pedido de captura desde diciembre de 2019.

Los acusados cayeron por un testigo que los delató

De acuerdo a lo informado a este medio, los imputados fueron señalados por un testigo, por lo que los investigadores comenzaron a realizar un seguimiento de sus cuentas de Facebook. Según la acusación, el 27 de julio de 2020, los dos imputados en una moto interceptaron con fines de robo a Marino, un repartidor de Mercado Libre, en Italia, entre Rosales y General Paz, en Adrogué.

Los delincuentes le dispararon a la víctima, que conducía una Renault Kangoo, cuando se movilizaba a baja velocidad, ya que estaba buscando un domicilio en proximidades de la calle Italia y Bouchard, donde aparentemente tenía que entregar un producto.

En esas circunstancias, se le pusieron a la par y lo amenazaron con armas, con intenciones de robo. Se cree que en ese momento, Marino realizó una maniobra brusca ante el susto por la amenaza y uno de los delincuentes le disparó. La víctima fue trasladada en un móvil policial al hospital Lucio Meléndez, donde finalmente falleció como consecuencia del disparo.