Tras dos meses, este miércoles volvieron las clases presenciales a los colegios del conurbano bonaerense, en la zona sur de la región. La comunidad docente recibió a los chicos entre alegría del reencuentro y la incertidumbre por la venida de los meses más fríos y la cambiante curva de contagios.

En el caso de Lanús, la titular de Suteba local, Liliana Rossi, indicó a Política del Sur que que “no se volvió en todas las escuelas” del distrito porque en algunos establecimientos se “entregaron bolsones de alimentos para evitar acumulación de personas” y en otros casos porque los edificios “tienen problemas de gas y las estufas no funcionan”.

La dirigente gremial remarcó que “con menos de 10 grados, en colegios sin calefacción o sin conexión de gas se prevé la suspensión de las clases”, aunque aclaró que “se puede prender la estufa o aire acondicionado, pero tiene que haber una ventana al exterior abierta”.

“Desde Provincia se envió un fondo que se llama Covid-gas que es para la refacción y puesta en funcionamiento de artefactos para garantizar la calefacción en las escuelas”, sostuvo y destacó que “se distribuyeron más de 900 medidores de dióxido de carbono para definir cuando es necesario ventilar un ambiente”.

Por otro lado, explicó que se evalúa “un protocolo para pensar el tema del refrigerio, sobre todo en lugares más vulnerables”.

 

Echeverría

Por su parte, Mirta Aguirre, profesora de la Escuela Primaria N°43 de Esteban Echeverría, resaltó “hubo bastante participación” y que “los chicos estaban entusiasmados y contentos”. Si embargo marcó que “los docentes están enojados por este accionar en medio de la pandemia”.

En relación a los días fríos que se avecinan, contó que si bien “la escuela cuenta con calefacción y el protocolo se cumple a rajatabla, no se sabe qué va a pasar más adelante”. También reclamó que no llegaron los medidores de dióxido de carbono.

Además se mostró preocupada debido a que un docente puede llegar a tener 4 grupos diferente a los que vería una vez al mes. “Así el aprendizaje que se puede dar en esa clase es casi nulo”, dijo.

“También hay mucha falta de vinculación porque los chicos no tienen las tecnologías necesarias para estar conectados y acá se ve en este caso la desigualdad social entre escuelas públicas y privadas”, aseveró.

 

Lomas de Zamora

En la mayoría de los colegios privados de la provincia se pudo regresar a la presencialidad, tal es el caso del Modelo de Lomas de Zamora. La profesora Melisa Ketz comentó que “los chicos estaban re contentos de verse con otros compañeros, manifestaban sus ganas de volver"

“Hay muchos profes que no estaban de acuerdo por el tema del clima, por los contagios, o porque no están vacunados. Yo tenia ganas de estar de nuevo en contacto con los alumnos, que es diferente a estar detrás de una pantalla, poder entablar un dialogo con ellos”, indicó.

Con respecto a los protocolos, explicó que “se cumplen a full”: “cuando se ingresa se les toma la temperatura, se les aplica alcohol en gel, se los distancia”. “Las clases se dan con las ventanas están abiertas y las estufas apagadas”, contó y marcó que los medidores de dióxido “no llegaron”.

En el caso del jardín comunitario Martha Salotti de Villa Lamadrid, al cual asisten 70 chicos, a pesar del frío, “los niños estaban muy contentos de volver” y “las familias lo tomaron muy bien porque como los padres necesitan trabajar y dejarlos en un lugar”, explicó la “seño” Bianca Giori.

Sin embargo afirmó que: “Este invierno lo vamos a padecer, porque hace mucho frio y no podemos prender la calefacción. Además el medidor de dióxido de carbono no lo tenemos. Nos comunicamos con las familias para que los chicos vayan lo mas abrigados posibles”.

También resaltó que si bien les “sorprendió la vuelta a clases” les parece “mejor estar en la presencialidad porque desde la virtualidades más complicado”.

“Hubo problemas de conectividad. Los padres se iba a trabajar y los chicos se quedaman con la abuela y se complicaba. En algunos casos no me mandaban nada, y pensé que habían dejado el jardín, pero hoy estaban todos”, expresó.

En la Escuela N° 43 de Ingeniero Budge no comenzaron las clases debido a que “recién hoy llegaron los medidores de temperatura, cuatro de dióxido de carbono y arreglaron la bomba de agua y calefacción”, según contó Débora Gordillo, docente de la institución.

Además, manifestó que había la necesidad de “algo de presencialidad porque la mitad de los nene no se conectan, y de la mitad de esos chicos no hay ningún dato”.

“La escolaridad de esos chicos está totalmente vulnerada, quizá con la presencialidad se puede recuperar ese lazo, la continuidad pedagógica pero eso implica ponerte en riesgo vos y a tu familia y eso me angustia”, concluyó.