martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº1966

Gremiales | 30 abr 2021

ANALISIS

Reducción de la jornada laboral, la carta oculta del Gobierno para motorizar el mercado del trabajo

La idea se analiza en el Ministerio de Trabajo, como una forma de dinamizar la creación de empleo. En la provincia de Buenos Aires ven con buenos ojos el debate, pero no hay definiciones por el momento. Cuáles experiencias en el mundo funcionarios, y cuáles se quedaron en el camino. La jornada en el país es larga, afirman, parea “compensar ingresos”.


Por: Diego Lanese

Hace unos días, en una entrevista televisiva, la secretaria de Gestión y Empleo Público de la Nación, Ana Castellani, deslizó la posibilidad de acortar la semana laboral, haciendo que sean cuatro los días hábiles. “Creo que la pandemia nos está poniendo a prueba en muchas cosas vinculadas en cómo concebir el trabajo en el futuro y esta es una más. El trabajo remoto y la posibilidad de explorar semanas laborales más cortas está en la agenda de lo que se viene y de la discusión respecto a los incrementos de la productividad que pueden generarse con medidas de esa naturaleza”, afirmó la funcionaria, que sorpresivamente puso en la agenda de discusión que comenzó hace un tiempo en el mundo. Con algunas experiencias locales, como la que se dio en los años 2000 en el subte porteño, el tema se metió en la agenda futura en materia laboral, como una forma de dinamizar el mercado laboral nacional, que carga la crisis de empleo que generaron las políticas del gobierno de Mauricio Macri, y los problemas derivados de la pandemia.

 

La idea de cambiar la semana laboral fue una “bomba” en el sector, ya que no estaba en los planes de nadie. No había sido adelantada ni por la plataforma del frente de Todos, ni adelantada por los gremios cercanos, que no tienen el tema como prioridad. Pero los dichos de la funcionaria tuvieron un rápido eco, y hace unos días la ministra de Trabajo bonaerense admitió que es “una discusión que se viene”. Mara Ruiz Malec participó de una conferencia organizada por la Fundación Germán Abdala, y ratificó que la posibilidad existe. “La jornada laboral en la argentina es extensa, alta, tanto normativamente y en términos de lo que sucede con la realidad”, dijo, según pudo saber Política del Sur. En este sentido, confirmó datos recolectados por la cartera laboral bonaerense, y afirmó que en estos momentos “el 30 por ciento de los asalariados trabaja más de 45 horas semanales”. Ruiz Malec recalcó que “este número, alto, se mantiene igual entre los trabajadores informales, pero trepa a un 35 por ciento entre los trabajadores independientes formales”.

 

La reducción de la jornada laboral se hizo en el mundo en el marco de dos modelos. Por un lado, bajar las horas de trabajo sin tocar salarios, es decir, reformar la ley actual que establece las 8 horas como la hornada oficial; y por otro, distribuir las horas de la semana en menos días. La primera forma es la que se extiende en el mundo, y tiene buenos resultados en países como Dinamarca o en Holanda, donde la jornada laboral es de 30 a 35 horas semanales según el rubro. La segunda tiene menos consenso, ya que puede terminar haciendo que se trabaje cuatro días, pero jornadas de 10 a 12 horas. Este modelo se utiliza en España en estos momentos, en una prueba piloto que se comenzó en la pandemia, para intentar regularizar la actual crisis del mercado laboral, ya que el coronavirus destruyó miles de empleos, formales e informales.

 

Las experiencias mundiales respecto de la reducción de la jornada de trabajo es parte de una vieja estrategia que lleva delante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que a través de sus manuales y resoluciones insta a “jornadas más reducidas”. El eje de esta mirada es el informe “Trabajar para un futuro prometedor”, donde se señala que "el trabajo no es una mercancía con la que se pueda comerciar en los mercados buscando el mejor postor; los trabajadores son seres humanos con derechos, necesidades y aspiraciones”. “El establecimiento de límites a jornadas de trabajo excesivamente largas reducirá los accidentes de trabajo y los riesgos psicosociales asociados a dichas jornadas”, agregó.

 

En el país, una de las explicaciones de la jornada extensa de trabajo apunta a los bajos salarios. En este sentido, en la charla que dio la semana pasada Ruiz Malec admitió que el trabajador argentino hace muchas horas “para compensar ingresos”. “Esto está vinculado con los salarios, quienes trabajan muchas horas lo están haciendo para compensar ingresos”, alertó la funcionaria. Los números marcan que el deterioro salarial es parte de este fenómeno de las 10-12 horas de trabajo formal que se realizan en la Argentina.

 

En este sentido, un relevamiento elaborado por la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) muestra que en la región la variación del salario mínimo promedio en el período 2015-2019 fue de un aumento del 1,2 por ciento en la región. En el informe elaborado por la UNDAV se puede observar como en noviembre de 2015 “la Argentina tenía un salario mínimo, vital y móvil de 580 dólares superando de esta manera el resto de los países de la región. En segundo lugar se ubicaba Ecuador, con 354 dólares y era seguido por Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Venezuela y Brasil se ubicaban en la última y penúltima posición”. Sin embargo, se agrega, “la situación empieza a cambiar radicalmente a partir de diciembre de 2015 pero particularmente durante 2018 con la devaluación del 120 por ciento”. Es aquí cuando la Argentina pasa del primer puesto a perder posiciones aceleradamente hasta alcanzar la novena posición, siendo superada entonces por Uruguay, Chile, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia y Brasil. Es así que Argentina solamente tiene por debajo a Venezuela, según los datos del 2020.

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