viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Nación | 22 feb 2021

COLUMNA DE OPINIÓN

Gracias por tanto, Ginés González García: el tipo que se puso la Salud Pública sobre los hombros


El tipo laburó en la Salud Pública, recorriendo el país, desde el 70. Al tipo lo obligaron a renunciar y tuvo que exiliarse en la dictadura del 76. El tipo volvió con el retorno de la democracia y se puso la militancia de la Salud Pública sobre los hombros.

El tipo creó el Plan REMEDIAR, por el cual más de quince millones de expulsados del sistema social tuvieron acceso gratuito a la medicación. El tipo reforzó la Atención Primaria de Salud en una de las peores crisis que atravesó este suelo, allá por 2001.

El tipo impulsó el cuidado de la salud sexual y reproductiva, desde los tiempos en que decir vagina o pene era pecado venial, con un plan de Educación Sexual y distribución de preservativos y anticonceptivos.

El tipo promovió la despenalización del aborto, siendo mucho más demonizada que en la actualidad y no paró hasta que el Aborto Legal, Seguro y Gratuito fue Ley.

El tipo se enfrentó a las mafias históricas de los laboratorios, incluso a costas de su salud y de la seguridad suya y de su familia, hasta conseguir la bendita Ley de Genéricos, para que dejaran de afanarnos con marcas y packaging infames.

El tipo se ocupó de los programas para pacientes de Diabetes y HIV. De la prevención del Cáncer Génito-Mamario, de las Enfermedades de Transmisión Sexual, de la Salud Bucal.

Cuando podía, merecidísimamente, haberse puesto a disfrutar de sus nietos, el tipo asumió una vez más la responsabilidad de una gestión, con un país prendido fuego y un Ministerio de Salud denigrado a Secretaría. A menos de dos meses de eso, el tipo se puso a capear una pandemia de mierda que sacudió al universo.

Y una vez más, el tipo se enfrentó con los mafiosos de siempre para negociar las vacunas por las que hoy se desgarran vestiduras quienes las denostaron hasta el hartazgo.

¿El tipo se mandó una cagada? Puede ser. Y no pretendo eximirlo con eso de que nadie orina agua bendita. Pero para defenestrarlo alcanza y sobra con quienes, sabíamos, no iban a perdonarle tanta lucha. Así que a mí déjenme agradecerle, para siempre, haber sido por lejos, uno de nuestros mejores sanitaristas. Además de uno de nuestros más leales.

Gracias por tanto, Ginés González García, con el alma en este escrito y la garganta ahogada de tristeza.

Por Cinthia Ríos
C.AS.I.O.PE.A (Corriente de Asuntos Ideológicos Orientada al Pensamiento Argentino)

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