Por: Federico Cedarri

La oposición de Juntos por el Cambio trata de focalizarse en la elección de medio turno que sin dudas adquiere preponderancia porque puede dejar su sello en el futuro político de la coalición para los próximos dos años.

La alianza opositora transita cavilaciones que se desprenden de un entramado heterogéneo que tienen sus bemoles, y seguramente a medida que se acerca el 2023 irán in crescendo en busca del premio mayor.

En rigor, hoy se podría decir que cuesta conciliar intereses en Juntos por el Cambio, es que cada fuerza se siente con la capacidad necesaria y el empuje político de colocar el primer candidato de la boleta en las elecciones de medio término, al tiempo que otea el panorama de sus socios en los preparativos de la carrera por la candidatura al sillón de Dardo Rocha.

Se podría esgrimir que los actores se encuentran sobre el escenario político y comienzan a desplegar sus guiones para entretejer estrategias que los vayan posicionando hacia octubre.

En ese sentido,  se multiplican las señales hacia adentro de la coalición, uno de los alcaldes que está jugando fuerte es el de Lanús, Néstor Grindetti, que subido a su teoría de gobierno de coalición con reminiscencias heredadas del peronismo del legendario Manolo Quindimil pregona que su exitosa receta debe repetirse en otros distritos del conurbano como fórmula eficaz para ganarle al Frente de Todos.

El lanusense, que la semana anterior había concurrido con Jorge Macri a visitar a Elisa Carrió y donde la discusión sobre candidaturas se patearon para  más adelante, esta semana convoco en su pagó chico a Horacio Rodríguez Larreta acompañado por la ex mandataria María Eugenia Vidal.

Y a partir de ahí, comenzaron un sinfín de especulaciones debido a que el alcalde porteño y Vidal no ven con malos ojos la posibilidad de que la ex mandataria bonaerense se preserve en este turno y baje Diego Santilli a la provincia, para constituirse en una surte de punta de lanza del Jefe de Gobierno y comenzar a prohijar un armado para encaramarlo hacia el 2023 y tratar de pegar en su intentona a María Eugenia Vidal para que vaya por una  revancha a la gobernación.

En la reunión, también participaron el senador y presidente del bloque de Juntos por el Cambio, Roberto Costa, y su par, el marplatense Lucas Fiorini, que son dueños de un armado llamado Unidos que busca reclutar peronistas desencantados e independientes desde hace meses en la provincia de Buenos Aires.

Ante la consulta de PDS sobre la significancia de esos encuentros, fuentes cercanas a ambos legisladores confiesan que la situación esta subsumida en  un fuerte hermetismo. “Están todos bastante medidos con lo que dicen”, cuentan.

Y confirman una sospecha solapada: “Todo indica que María Eugenia Vidal se guarda para la próxima, salvo que ocurra algo en el medio del camino que haga que sea extremadamente necesaria su postulación”.

Procuramos la búsqueda de indicios  que nos aclaren más el panorama dentro del PRO, y allegados al sector que encabeza la ex espada de Vidal, Alex Campbell, nos comentan por lo bajo: “La verdad que falta mucho todavía, no hay nada definido sobre candidaturas”, una forma de tirar la pelota afuera, por ahora.

Daniel Lipovetzky, un alfil en la estructura amarilla en la provincia destacó ante PDS que “si María Eugenia decide no ser candidata, yo creo que Diego y Jorge Macri son los dos candidatos más fuertes”, dando entidad al posible desembarco de Santilli, pero dejando en claro que el primo del ex presidente también dejará sentado sus aspiraciones y no será tarea fácil desplazarlo del centro del ring.

Desde la Coalición Cívica ignoran en cierta forma la posible llegada del Vicejefe porteño, el líder del espacio en la provincia Andrés De Leo destaca que “nunca escuche nada respecto a la posible candidatura de Santilli”.

El diputado Luciano Bugallo, dirigente del mismo espacio, sostuvo convencido que la mejor candidata si no participa Vidal es Elisa Carrió: “Ella sabe que la provincia de Buenos Aires en la madre de todas las batallas y está dispuesta a poner el cuerpo, dar la batallas que haya que dar”, sentenció el también productor rural.

Y a todo esto habría que agregar el hipotético desembarco de Margarita Stolbizer con su tropa del GEN que a partir de la sociedad con Larreta en la Ciudad podrá servir de puente para su llegada a la alianza opositora ante cierta inquina de la Coalición Cívica que aseguran que posee un caudal de votos sobrestimado para sus peticiones.

El radicalismo, se encuentra concentrado en su interna partidaria entre el oficialista Maxi Abad y el retador Gustavo Posse, pero también tiene un ojo puesto en la interna con sus socios.

El platense Diego Rovella lo dejó claro ante PDS: “Claramente el radicalismo tiene sus aspiraciones, tener más legisladores, más concejales, y del crecimiento del espacio común va a venir aparejado también nuestro amplitud partidaria”.

Sobre el posible desembarco de Santilli aseguró que “todo lo que sirva para fortalecer la estructura de Juntos por el Cambio viene muy bien”.

“No nos desagrada que vengan nuestros actores pero confiamos en nuestra fuerzas y en el trabajo que estamos realizando”, advierte el diputado provincial.

“Nosotros estamos abocados a la interna del 21 de marzo, queremos tomarlo como el empujón que nos catapulte para el trabajo en el 2021”, afirmó.

Rovella pronosticó que la disputa interna de las candidaturas para el 2023 va a ser “inevitable e inexorable” porque el radicalismo “tiene hambre y quiere demostrar que es una fuerza  que tiene hombre para encabezar la candidatura a presidente y gobernador”.

En síntesis, llevando al territorio futbolístico, siempre se comenta que cualquier técnico que cuenta con un plantel de muchos jugadores destacados que pelean por lugares comunes en la estructura del equipo, asume que tiene un saludable problema, sin embargo todo parece depender de la capacidad del conductor para manejar ese vestuario de estrellas. Y ese parece constituir el principal desafío en Juntos por el Cambio con miras  a octubre y fundamentalmente hacia el 2023.