Después de varias horas de agonía por un disparo en la espalda, murió el presunto ladrón de 16 años que había sido baleado durante un intento de robo por un policía de la Ciudad de civil que trabajaba como chofer de Uber y se resistió al asalto de su auto en la localidad de Lanús Este. Su cómplice, de 17, falleció el lunes a la noche. 

Así lo informaron fuentes cercanas a la investigación a Política del Sur, que indicaron que el segundo fallecido perdió la vida en el Hospital Narciso López de Lanús donde había sido trasladado de urgencia a raíz de una herida producida por un impacto de bala que comprometía su vida. El otro, por su parte, cayó abatido en el interior del Honda Fit que intentaban sustraer a punta de pistola.

El hecho ocurrió a las 22.45 de anoche del lunes sobre 9 de Julio y Suipacha. De acuerdo al relato de la víctima del asalto, un oficial de la Policía Metropolitana de 30 años que se desempeña en la Comisaría Vecina 4C del barrio porteño de La Boca, pero que estaba de franco de servicio, trabajaba como conductor de la plataforma de viajes Uber. 

El hombre asistió a la solicitud a través de la aplicación del celular al sitio indicado, donde fue sorprendido por dos jóvenes que simularon ser pasajeros para subir a bordo del coche. Uno de ellos extrajo un arma de fuego, le apuntó y le exigió la entrega de dinero y pertenencias. 

El chofer se dio a conocer como policía, dio la voz de alto y efectuó una serie de disparos con su pistola reglamentaria, una Bersa Thunder calibre 9 milímetros. 

Una vez que llegaron los efectivos de la Comisaría 2° de Lanús advertidos de lo ocurrido, constataron la presencia del fallecido de 17 años en el asiento trasero del vehículo, mientras que su cómplice, de 16, presentaba una herida de bala en la espalda, por lo que fue llevado de urgencia a un centro de salud. 

Los peritos que trabajaron en el lugar hallaron el revólver calibre 32 que habría utilizado el delincuente para intimidar a su víctima. 

El fiscal que intervino en el caso no adoptó ningún temperamento hacía el agente ante la presunción de inocencia, aunque se lo notificó del expediente caratulado como homicidio en ocasión de robo y se ordenó el secuestro de las armas.