viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Gremiales | 18 dic 2020

ANALISIS

Lo que deja la pandemia: en 2020, unos 4 millones de argentinos perdieron su trabajo

Son datos relevados por el centro CIFRA de la CTA de los Trabajadores. Los más afectados fueron los empleados informales y autónomos, que por las restricciones iniciales de la cuarentena se quedaron sin ingresos.


Por: Diego Lanese

Las principales proyecciones respecto del impacto económico de la pandemia hablan de una crisis sin precedentes en los últimos años, con indicadores similares a los de una guerra mundial o el crack financiero de 1929, dos situaciones catastróficas a nivel global. En los primeros meses del año, los datos sobre pérdidas de puestos de trabajo, de la mano de la retracción de la actividad, generaron pánico. En el país, se esperó un impacto similar a la crisis de 2001/2002, y se pusieron en marcha muchos instrumentos de ayuda estatal para los más necesitados. El año cierre con varias proyecciones cerca de ese escenario de quiebre. En el mercado del trabajo, un reciente informe asegura que en el país se perdieron 4 millones de puestos de trabajo desde que se inició la pandemia. La cifra alcanza especialmente a informales y cuentapropistas, ya que según los datos sólo el 4 por ciento de los empleados bajo convenios fueron despedidos, favorecidos por instrumentos legales como la doble indemnización o el decreto “anti despidos”.

 

El informe del centro CIFRA de la CTA de los Trabajadores analiza la destrucción de empleo en esta pandemia, en especial en el sector informal. Allí se concentra la mayor dificultad de llegar con instrumentos de ayuda, puesto en marcha por el gobierno nacional. En este sentido, la caída de puestos laborales alcanza a los 4 millones de argentinos. El trabajo de la central relevó que “56,6 por ciento de los puestos perdidos afectó a asalariados no registrados; 39,6 por ciento, no asalariados; y 3,8 por ciento a asalariados registrados, en una situación del mercado laboral inédita por las medidas adoptadas ante la pandemia y su consecuencia en la actividad económica”. En números, los informales afectados por esta situación fueron 2.300.000, mientras que los no asalariados –cuentapropistas o monotributistas, por ejemplo –fueron 1.600.000.

 

“Esta fuerte reducción se explica prácticamente en su totalidad por la disminución del número de asalariados no registrados y de ocupados no asalariados, ya sean patrones y trabajadores por cuenta propia”, indicó el informe, al que tuvo acceso Política del Sur. El mismo agregó que “la importancia de la protección que la regulación de las relaciones laborales puede implicar para los trabajadores”. En tanto, “la caída fue menor para los asalariados registrados debido a la prohibición de despidos aunada a la vigencia del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) que implementó el gobierno nacional a poco de decretar el aislamiento obligatorio”. Así, mientras que entre los dos primeros trimestres del año (antes y después de la pandemia), el total de ocupados cayó 20,7 por ciento, estas tasas de caída fueron muy diferentes para las distintas categorías ocupacionales.

 

A lo largo de esta pandemia, una vez que se comenzó a deteriorar la situación de la economía, los conflictos sindicales comenzaron a florecer, sobre todos en aquellos lugares donde la presencia de la organización sindical es fuerte, y puede generar acciones defensivas. En otros casos, la situación llegó a la tensión, como en Florencio Varela, donde desde hace más de un mes la metalúrgica Gri Calviño está cerrada, y con parte de su personal despedido en la puerta. Según confirmaron los empleados, hasta noviembre los salarios atrasados eran de al menos dos meses y medio, en un conflicto que se remonta a agosto, cuando la empresa comenzó un proceso de flexibilización laboral. Desde ese momento, los trabajadores se encuentran en el lugar esperando que les den respuesta a sus reclamos, pero hasta el momento lo único que cambió es la fuerte presencia policial, y las amenazas de desalojo. En el lugar trabajan unos 260 empleados, y están enmarcados en general en el convenio metalúrgico. Cuando inició el conflicto, se despidieron a 66 de ellos, que mantiene un acampe en la puerta del lugar. Pese a los reclamos, la empresa no dialoga con los cesanteados, y luego de vencerle la conciliación obligatoria no hubo más respuesta.

 

Si bien la caída de empleo registrado fue la menor de las tres medidas por CIFRA, esto se enmarca en un proceso de reducción de creación de puestos en los últimos años. “La creación de empleo registrado se desaceleró durante el gobierno de Cambiemos y directamente se redujo desde 2019. En 2020 no había llegado a iniciar su recuperación cuando la disminución se volvió más fuerte, como consecuencia de la pandemia”, remarcó el informe de la CTA de los Trabajadores. En el análisis particular del empleo registrado, tanto de los asalariados registrados como de aquellas categorías de trabajadores independientes que realiza aportes a la seguridad social, se destacó que “la creación de empleo registrado se desaceleró durante el gobierno de Cambiemos y directamente se redujo desde 2019”.

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