Sociedad | 4 oct 2020
Telemedicina
Enfermero del Oñativia ayuda a pacientes de positivos Covid-19 de Jujuy
Se trata de Miguel Kaschuk, enfermero del Hospital Oñativia de Almirante Brown, atiende voluntariamente en forma virtual a infectados leves de coronavirus y les realiza un seguimiento de salud hasta darles el alta.
Telemedicina. Casi por casualidad, por un rumor que recorría los pasillos del pabellón de emergencias del Hospital Arturo Oñativia de Almirante Brown, Miguel Kaschuk escuchó esa palabra hace más de un mes. Ya la había escuchado antes seguramente, en alguno de sus 30 años como enfermero, o en alguno de sus 25 años en el sector de urgencias de ese nosocomio, pero esta vez le llamó poderosamente la atención. Lo sintió como un llamado en medio de un escenario al borde de lo apocalíptico, donde mueren alrededor de 200 personas por día en el país producto de la pandemia del Covid-19 que ya arrasó con 20795 vidas.
Esa palabra lo llevó a su compañera de equipo en enfermería Gabriela Albarracín, que le contó que de manera voluntaria estaba atendiendo a pacientes de covid-19 de Jujuy, una de las provincias más afectadas por el virus. Le comentó que se unió a un grupo de enfermeros que trabaja en conjunto con el Comité Operativo de Emergencias de Jujuy, el organismo que se encarga de hacer el seguimiento de los casos en la provincia, y que se encargaban de detectar posibles focos infecciosos de manera virtual.
Sin dudarlo Kaschuck se ofreció a ayudar. “Después de todo, fuera del horario laboral seguimos siendo trabajadores de la salud”, dice en diálogo con Política del Sur. “Además, no puedo decir ‘están a 4000 kilómetros de distancia, no les puedo ayudar’”.
? #Covid19 | El es Miguel Kaschuk, enfermero del Hospital Oñativia de #AlmiranteBrown, que atiende voluntariamente en forma virtual a infectados leves de #Coronavirus en #Jujuy y les realiza un seguimiento de salud hasta darles el alta. pic.twitter.com/PMpUuCLcUi
— POLÍTICA DEL SUR (@PDSurradio) October 5, 2020
Trabajo de teleseguimiento
La telemedicina se define como la prestación de servicios de medicina a distancia, para la que se emplean las tecnologías de la información y de las comunicaciones. Basta con tener conexión a internet y línea telefónica para poder aplicarla. Se utiliza especialmente para la monitorización de casos de enfermedades crónicas, consultas en tiempo real y la articulación con otros efectores de salud para la realización y almacenamiento de estudios.
El trabajo de Miguel consiste en realizar el seguimiento diario de pacientes asintomáticos y oligosintomáticos que se encuentran cumpliendo el confinamiento en sus hogares o en un centro de aislamiento. Tiene que llamarlos todos los días, recoger sus datos sobre la salud, sobre su grupo familiar, si alguien mas de la casa tiene síntomas, dar contención y articular con la central del COE para pedir que se hagan estudios, que se les lleve medicina o se les envíe una ambulancia en caso de que lo crea necesario.
Lo hace desde su casa, en su tiempo libre. Si bien ahora está de licencia -recientemente se recuperó de Covid 19 -, esta tarea le lleva 3 a 4 horas, según él. Le lleva el apunte a más de 10 infectados y las llamadas varían en duración de 5 minutos a 40 con cada uno.
“Te dan una planilla donde se anota la evolución como parte de la historia clínica. Se van viendo los diferentes profesionales, la evolución de todos los pacientes y vos marcas las necesidades que tienen, si necesitan medicación, mandan la receta via mail y articulan con el nosocomio mas cercano y así se consigue la medicación, los concentradores de oxígeno, o algún saturómetro o lo que sea necesario para que no tengan que salir”, cuenta Kaschuk.
Explica que cuando comenzó, “el trabajo era de contención”, pero “luego por la situación de alta demanda” tuvieron que hacer “una evaluación mas detallada, una anamnesis, empezando por cuales son los factores de riesgo, qué debilidades tienen como pacientes y estudiar el nexo epidemiológico y los contactos que van teniendo para detectar posibles focos infecciosos”.
Además, “se investiga mucho lo que es la forma de convivencia, si hay hacinamiento, si es necesario trasladarlos a centros de aislamiento, en una escuela, en un hotel”. “Hay quienes necesitan que les lleven bolsones de alimentos porque no tienen familiares que les alcancen comida”.
“También pasa que cuando llamas a un paciente te cuenta que alguien del grupo familiar está con tos, fiebre, dolores y ya tenés que tomar los datos. Así de un día pasé de tener 10 a 16 el día siguiente porque hay detecciones nuevas”.
La situación en Jujuy
Desde que se decretó el ASPO (Aislamiento social preventivo y obligatorio), la region del noroeste argentino es de las más afectadas por la pandemia del covid-19. El coronavirus dejó en evidencia las debilidades sanitarias de la provincia, donde fueron colmados los 27 hospitales públicos de Jujuy (Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, que tiene una superficie 300 veces menor, hay 13, sin contar los especializados).
El último informe del Comité Operativo de Emergencias arrojó los datos de 16024 casos, 3787 activos en el momento, y 548 fallecidos. La ocupación de camas es casi total, los profesionales no dan abasto, por eso se ha pedido personal de salud desde físico y virtual para paliar la situación.
El COE trabaja en conjunto con diferentes profesionales con el objetivo de descomprimir los hospitales y evitar que los casos de menor gravedad de covid ocupen camas.
“Allá esta super saturado, están al límite. Trabajan con cama caliente, no se termina de ir uno de alta o fallecido que ya la ocupa otro. Hay que hacer un seguimiento bueno para evitar que se llegue al colapso”, explica Kaschuk.
A lo largo de los seguimientos pudo notar cual era el estado de la población como si estuviera en el lugar. Lo primero que notó cuando empezó el voluntariado fue que de la primer lista de pacientes que le dieron, casi la mitad eran personal de salud y policías. Y lo que le sorprendió fue que los agentes de seguridad no tuvieran ART. “Cómo es posible que no tengan una aseguradora de trabajo”, cuestiona.
“Me tocaron pacientes que trabajaban en unas minas en Salta y estaban aislados en una escuela. Cuando había que pedir la medicación que necesitaban, yo articulaba directamente con el COE de Jujuy que está en la capital y al otro día ya la tenían. Hay un incentivo importantísimo en buscar una solución porque si se resuelve de forma temprana a largo plazo se va de las manos. Y si trabajan en una mina quién sabe a cuantos kilómetros deben estar de un nosocomio de complejidad”, reflexiona el enfermero del Oñativia.
Kaschuk valora este sistema y espera que se implemente en su distrito, Almirante Brown, y en todo el país para prevenir futuros brotes y evitar casos críticos.
La visión del enfermero
“El área Covid de un hospital es un lugar que no es grato, la gente está en los pasillos, a veces no alcanzan los insumos ni el personal, porque los de salud también caen. Hay mucha gente que debería estar licenciada y están trabajando. La guardia está saturada .Cuando vas a trabajar y fichás la entrada no sabés a qué horario vas a salir. Pero está bueno llegar más cansado sabiendo que lo que hacés ayuda a todo el equipo, porque tu guardia no termina, sino que continúa siempre”, asegura Miguel Kaschuk.
Entiende bien Miguel, la angustia de un enfermo de coronavirus, porque él tuvo que pasar por ese lugar, y le dejó como secuela una fibrosis pulmonar que lo acompañará hasta el final de sus días, uno de sus hijos también tuvo el virus. Comprende que no sólo la salud física es la que importa en estos casos, sino también la mental. Lo sabe por la enfermedad, también porque a diario ayuda a personas que buscan recuperarse de problemas de adicción y consumo en la fundación "Todavía estoy vivo". Por eso se esmera en poder contener a quienes pasen la misma situación.
“Van a quedar muchos sabores amargos porque estos se fue de las manos. Y ojalá que se tomen medidas, que se creen protocolos que se capacite a la gente, que tengan en cuenta que el trabajador de salud es un ser humano y no están todos muy bien cuidados”.