sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº1963

Sociedad | 2 oct 2020

SEXO EN PANDEMIA

El arte de besar: la puerta de entrada al contacto con el otro

La sexóloga licenciada Silvina Lizarraga explicó el rol de los besos en las relaciones sexuales, el primer paso del erotismo. Los sentidos que entran en juego, las formas de entrar “en ritmo” y los enemigos de besar.


Tranzar, chapar, rascar. Depende de las épocas, besar tiene una forma popular de nombrarse. Pero siempre están presenten en la vida sexual de las personas. “los besos son la puerta de entrada al contacto con el otro, al erotismo”, explica la sexóloga licenciada Silvina Lizarraga, en su columna semanal en el programa radial de Política del Sur. La especialista aclara que un beso “incluye todos los sentidos: la vista, el gusto, el tacto, el olfato y el oído, todos están en el beso”. Besar “despierta fantasía, encienden la sinfonía erótica”, y no sólo es una acción. “Se puede succionar, acariciar con la lengua, lamer, soplar”, aclaró Lizarraga.

 

“Lo primero que pregunto cuando una pareja viene a una consulta es cuánto se besan, porque los besos son el termómetro de la pareja”, explicó Lizarraga. En este punto, aparece otra vez el tamaño: esta vez el de la lengua. “El besar es un arte, y como todo arte se nutre de la creatividad, por eso, con lo que tengas sirve, básicamente es eso”, agregó. Si bien la lengua es fundamental, “ir de una” con ella no es positivo. “El ir a meter la lengua no va, diría que hay una graduación de los besos, ir de suave a moderado y luego profundo, si yo inicio en profundo todavía no estoy en ritmo, es como sin calentar hacer un pique de 100 metros”, ejemplificó Lizarraga.

 

Hay distintas formas de iniciar los besos, con la lengua por los labios y simplemente rosando. “Con cada persona con que este será un encuentro singular, un beso apasionado con uno que no está con el otro, hay que buscar la conexión”, destacó. En ese punto, recalcó que “hay personas que no le gusta besar con lengua, a otros les molesta la saliva, hay que ver cómo nos vamos enganchando con la otra persona”. Para Lizarraga, el consejo “del buen besador es ir de suave a moderado y a profundo, jugando con los otros sentidos”.

 

En este camino, Lizarraga alertó que existen “los enemigos de los besos”, que son “el cigarrillo, el alcohol, el mal aliento en general”. Además, hay ciertos alimentos que es preferible evitar, como ajo o cebolla. En los hombres, “la barba que raspa, que molesta o irrita es otro enemigo de los besos”.

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