viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº1962

Gremiales | 30 sep 2020

CRISIS LABORAL

La “brutal caída” de la actividad en pandemia dejó a 2.500.000 de argentinos sin trabajo

Son datos del segundo trimestre del año, cuando las restricciones por el coronavirus fueron totales. Según un trabajo del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, la crisis “fue soportada por los sectores insertos en los eslabones más frágiles de la estructura ocupacional”. Otro informe asegura que la pérdida laboral sería mucho peor, e involucra especialmente a informales.


Por: Diego Lanese

La semana pasada, el INDEC anunció una importante suba de la tasa de desempleo para el segundo trimestre del 2020, cuando el aislamiento social producto de la pandemia prácticamente paralizó la actividad en todo el país. La suba de casi tres puntos en la tasa de desocupación llevó el índice al 13,1 por ciento, una de las más altas de los últimos años. Si bien los despidos están prohibidos por decreto, el cierre de fábricas y comercios pegó fuerte en el mercado laboral argentino, y las cifras oficiales no parecen atender del todo la crisis. Es que muchos de los puestos perdidos son de trabajadores informales, de difícil medición. En un análisis de los datos, la CTA Autónoma afirma que en estos tres meses unos 2.500.000 argentinos perdieron el trabajo, y el panorama futuro puede ser aún peor.

 

A través del Observatorio del Derecho Social, la central obrera alertó sobre el impacto de la crisis económica en el empleo. El análisis de la entidad, en base a datos oficiales, busca clarificar la cantidad de desocupados, en medio de un desplome del PBI y la actividad nunca antes visto. “Uno de los datos más salientes del informe del INDEC es la brutal caída de la tasa de actividad que pasó del 47,7 por ciento un año atrás al 38,4 por ciento actual. En valores absolutos, la cantidad de personas inactivas creció en 2,5 millones dentro del área de cobertura de la EPH”, destacó el trabajo del observatorio, al que tuvo acceso Política del Sur.

 

Para la CTA Autónoma, la cantidad absoluta de desocupados “se mantuvo relativamente estable en 1.400.000, pero para ser considerado ‘desocupado’ es necesario haber buscado activamente trabajo. El impacto de la crisis lo estamos viendo más en la inactividad que en la desocupación”. Además, la cantidad de personas ocupadas “pasó de 12 millones en el primer trimestre del año a 9.500.000 en el segundo, mientras que la cantidad de desocupados se mantuvo relativamente estable. De un trimestre al otro hubo 2.500.000 de ocupados menos”.

 

El observatorio alertó que “la caída brutal en la ocupación fue soportada por los sectores insertos en los eslabones más frágiles de la estructura ocupacional: asalariados no registrados y cuentapropistas”. Mientras que el sector formal “resistió bastante bien, el informal se hizo percha”. En este sentido, la central obrera contó 1.300.000 de asalariados no registrados que perdieron sus ingresos, y alrededor de 750 mil cuentapropistas que perdieron su trabajo. Estos datos parecen optimistas ante otros números recopilados por la Universidad Nacional de San Martín llevó a 3.700.000 los puestos laborales perdidos, el 83 por ciento entre los informales. Así lo resume un informe del Centro de Capacitación sobre Estudios y Desarrollo de la casa de estudios, que destacó que existe un universo “cercano a los 3.700.000 trabajadores afectados con mayor profundidad en tiempos de pandemia”. Desde la entidad encargada de llevar adelante el estudio afirmaron que el daño en materia de trabajo fue “directamente proporcional a la situación de extrema vulnerabilidad que caracterizaba al empleo en nuestro país antes de la irrupción del coronavirus”.

 

En este sentido, el observatorio de la CTA Autónoma coincide con el diagnóstico de la Universidad de San Martín. “La tasa de desocupación fue ‘solo’ del 13,1 por ciento porque una parte importante de los nuevos desocupados estadísticamente son registrados como ‘inactivos’. Metodológicamente nada para objetar aquí. Solo tener presente esta cuestión al momento de leer los datos”, destacó. En sus conclusiones, la entidad aseguró que “es difícil proyectar cómo sigue la historia. El mercado formal de fuerza de trabajo sigue atado con alfileres y el ‘ejército’ informal más temprano que tarde va a necesitar algo más que transferencias de ingresos. Con maquillaje de esto no se sale.

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