El 7 de junio pasado, Daiana Castillo murió luego de ser atropellada por delincuentes que momentos antes le intentaron robar la moto sus amigos, en la localidad de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora. Por el caso fue detenido un sospechoso, pero esta semana la familia de la víctima alertó podría salir en libertad por falta de pruebas. “Me citaron el miércoles pasado, pensé que me iba a encontrar con avances y me dijeron que si no alcanzan las pruebas van a liberar en 10 meses al detenido”, sostuvo Alicia Cáceres, madre de Daiana Castillo.

Luego de la muerte de Castillo, la policía detuvo a Agustín Ezequiel Mego, alias “anquito”, quien es el sospechoso de haber encabezado el intento de robo. Pero Cáceres alertó que podría salir en libertad. “Esta semana va a citar a la mujer porque él declaró que estaba durmiendo a esa hora. Así que esta semana tiene que ir a declarar, pero lo va a cubrir”, dijo en una entrevista en el programa radial de Política del Sur.

“Los testigos claves son los amigos de Daiana que declararon que el detenido le apuntó con un arma. Cuando pedí que me pasen a Capital Federal me empezó a gritar la fiscal”, aseguró la mamá de la víctima. En este sentido, Cáceres admitió que la fiscal Silvina Estevez “me dijo que no va a seguir más el caso si no confiamos en ella. Mi marido le dijo que hablando así lo que logra es que hagamos justicia por mano propia”.

Más allá de esto, Cáceres insistió en la culpabilidad del detenido. “Los amigos de mi hija lo reconocieron porque los tenía enfrente, es ‘anquito’ el que la mató. La fiscal me dijo que me busque un abogado, pero no tenemos plata”, destacó. “Yo no voy a abandonar la causa de mi hija, esto no va a quedar así. Ella defiende a los asesinos en lugar de defendernos a nosotros que somos las víctimas”, subrayó la mujer. Además, dijo que “la fiscal sabe quiénes son pero no quiere actuar. Me dijo que son un grupo muy grande y yo le dije que atrape a todos. Después queda en la nada lo de los chorros”.

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Cuando sucedió el hecho, la familia también denunció mala atención en el hospital Gandulfo, donde no le dieron la atención necesaria, y la tuvieron en una camilla sin mayores cuidados. “Ella me dice que en el hospital la mataron, pero si los tipos no la pisaban a mi hija no pasaba nada. Que no me vengan a decir que ellos son los santos”, concluyó Cáceres.