jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº1968

Gremiales | 3 sep 2020

CRISIS LABORAL

Trabajadores recuperaron tradicional papelera y van por la expropiación

Se trata de Ansabo, en Quilmes, que cerró el año pasado pero que ahora está bajo control de una cooperativa formada por sus ex empleados. El reconocimiento oficial le permite ir por la expropiación, a través de una ley que está en la legislatura bonaerense. Durante la pandemia, además de mantener una mínima producción hicieron alcohol en gel y otros insumos sanitarios.


Por: Diego Lanese

La semana pasada, la cooperativa Papeleros Organizados y Solidarios (PORYSO) logró el reconocimiento oficial, que le permite operar de forma legal. Gracias a un dictamen oficial del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), este grupo de trabajadores comenzó el proceso final para recuperar Papelera Ansabo, una planta con más de 60 años de trayectoria que en julio del año pasado cerró por la crisis industrial. A partir de esto, los trabajadores comenzaron con los trámites para dar este paso, para sostener las fuentes de trabajo. “Ahora vamos por la expropiación”, remarcaron los empleados, que recordaron que hay un proyecto en la legislatura de la provincia de Buenos Aires para entregar el control total de la firma a la cooperativa.

 

Desde que cerró la firma, los empleados de Ansabos se lanzaron a recuperar la planta, con 60 años de trayectoria en el partido de Quilmes. En este tiempo, mantuvieron una autogestión mínima, para mostrar que la planta es viable. Además, con la pandemia, reconvirtieron parte de su tarea, y produjeron alcohol en gel y otros insumos sanitarios, que fueron distribuidos en entidades públicas de la zona.

 

“Nos aprobaron la matrícula, ahora queda formalizada la gestión obrera de la cooperativa”, destacó Jonathan Bonomi, integrante de la flamante cooperativa de la papelera Ansabo. En diálogo con Política del Sur, Bonomi contó que en estos momentos “somos 20 los trabajadores que estamos en actividad, produciendo algunos productos de papel, no de la manera que se hacía antes, pero mantenemos las máquinas trabajando”. La resolución del INAES se ordena inscribir a la entidad obrera en el Registro Nacional de Cooperativas, “otórguese la matrícula correspondiente y expídanse los respectivos testimonios”, que autoriza a la cooperativa de papeleros “a desenvolverse en cierta medida en el mundo productivo formal”.

 

Antes de este reconocimiento, la cooperativa se puso en funcionamiento, con un fin sanitario: en plena pandemia comenzaron a producir insumos sanitarios. Para eso, se firmó un acuerdo entre los trabajadores y varias instituciones de la zona, para que apoyen la producción de estos productos, como alcohol en gel, para luego proveerlos para prevenir el coronavirus. En ese sentido, la cooperativa tuvo convenios con la secretaría de Salud del gremio SUTEBA de Quilmes y la Secretaría de Deportes del centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). La producción sanitaria fue parte de la tarea de la Comisión de Mujeres de la papelera, que tuvo un gran protagonismo en la tarea de recuperación de Ansabo.

 

En cuanto a la expropiación, Bonomi explicó que la ley para dar ese paso “ya está presentada en la cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, y los trabajadores exigimos su tratamiento y su aprobación inmediata para que la fábrica pase definitivamente a manos de nuestra cooperativa”. Para apoyar esto, lanzaron un petitorio para recuperar la empresa, que según los cooperativistas fue parte de “una quiebra fraudulenta”. “Aparte de mantener las fuentes laborales también nuestra gestión obrera cumple un rol social en el barrio, dónde organizamos una olla popular y la producción de sanitizante para aportar en la crisis sanitaria. No queremos más fábricas rematadas, cerradas y desgüasadas, no queremos barrios empobrecidos y familias trabajadoras en la calle. Es por todo esto que pedimos tu apoyo”, remarcaron desde la comisión.

 

La papelera Ansabo de Quilmes cerró sus puertas en los primeros días de julio del 2019. Los 45 trabajadores que se quedaron sin empleo denunciaron en su momento que les adeudan el pago del último sueldo, el aguinaldo y la indemnización por el despido. Los dueños habían indicado ese mes que todo el personal se tomara vacaciones, ante la crisis que atravesaba la compañía por la caída de las ventas y la dificultad para conseguir materias primas. Pero el día en que debían reincorporarse, fueron citados parta informarles que la fábrica iba a cerrar. La planta está ubicada en la localidad de Villa la Florida, al sur del partido de Quilmes, y el personal llevaba 20 y hasta 30 años en el lugar.

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