viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº1941

Gremiales | 24 jul 2020

ANÁLISIS

Aumentan las críticas contra Héctor Daer: ¿Un “tiro por elevación” para Alberto?

Sectores combativos encabezados por el moyanismo y la Corriente Federal aprovecharon las negociaciones abiertas con las empresas para criticar al dirigente de la Sanidad, que hasta que se inició la crisis era el principal candidato a ser el titular de la CGT en esta etapa. Piden un perfil más agresivo, ¿también en la Casa Rosada?


Por: Diego Lanese

A fines del año pasado, distintas versiones indicaron que Héctor Daer era el elegido por la Casa Rosada para conducir la CGT durante el período de Alberto Fernández. La amistad y afinidad del dirigente de la Sanidad con el Presidente fue uno de los puntales de tal respaldo, que debía concretarse en agosto de este año, cuando la central obrera renueve autoridades. Pero irrumpió la pandemia y los planes cambiaron.

 

Primero, los mandatos sindicales se estiraron hasta septiembre, en primer término, pero la dirigencia cegetista decidió discutir la nueva conducción recién en febrero del 2021. Además, el respaldo interno inicial de Daer empezó a ser cuestionado y algunas de las decisiones de la propia CGT dispararon críticas, en especial de los sectores más combativos.

 

Esta semana, los dos exponentes de estos espacios (el moyanismo y la Corriente Federal) se intensificaron y ponen en duda la posibilidad de lograr consenso para la renovación.

 

Dos cuestiones motorizadas por Daer y la mesa chica de la CGT durante el aislamiento fueron los disparadores para los cuestionamientos al liderazgo futuro del dirigente. Por un lado, el acuerdo con la UIA que permitió la rebaja de los salarios de trabajadores de sectores que debieron cerrar por la pandemia no cayó bien entre muchos dirigentes, ya que consideraron que se “habilitó la reducción salarial”. Además, la presencia en el acto del 9 de Julio con los principales empresarios y una reunión entre las partes para discutir la post pandemia movilizaron a los “rebeldes”, que ven en esos gestos un avance hacia una reforma laboral.

 

Sobre este encuentro, la cumbre de la CGT con la Asociación Empresaria Argentina (AEA) buscó poner acuerdos en las medidas necesarias para el futuro. El documento acordado entre las partes aseguró que los referentes de ambos sectores “analizaron una amplia agenda de temas relacionados con la vida productiva nacional, como el rol de las empresas privadas y sus cadenas de valor en el desarrollo y la necesidad de emerger de la actual crisis económico-sanitaria”.

 

También, evaluaron las políticas a aplicar “para promover el empleo registrado, las estrategias públicas que movilicen la capacidad productiva, las exportaciones de bienes y servicios y la inserción inteligente del país en el mundo”.

 

La idea de un posible “pacto social” hizo sonar las alertas de la Corriente Federal. “En vez de proponer una contribución extraordinaria para mejorar las cuentas del Estado, sugirieron una reducción gradual de la presión tributaria y políticas públicas para promover el empleo registrado”, se quejó el espacio que lidera el bancario Sergio Palazzo en un documento, al que tuvo acceso Política del Sur.

 

En el documento remarcaron que “mientras la CGT y la AEA diseñan iniciativas asentadas en intereses particulares concentrados, la Corriente Federal y el bloque productivo nacional lo hacen pensando en soluciones abarcativas que integran al conjunto social y promueven la circulación interna de los recursos hacia la configuración de un esquema dinámico”.

 

El mismo Palazzo ratificó en declaraciones radiales esta postura. “Se requiere un movimiento obrero que no se agote en su misión principal, que sea defender a los empleados”, consideró el bancario, y admitió que “el movimiento obrero tiene una deuda enorme, desde el advenimiento de la democracia hasta ahora, que es generar un programa de gobierno desde la CGT que le ofrezca la visión de los trabajadores a quien ejerce el poder”.

 

En Azopardo decidieron no salir a contestar y mantienen la idea de promover este pacto social, que en el inicio de su gestión fue un “caballito de batalla” del propio Presidente, lo que parece cierto aval a estas reuniones con empresarios, en especial en la emergencia creada por la pandemia.

 

Daer versus Moyano

 

En este contexto, el líder de la Sanidad se metió en una pelea verbal con el moyanismo, con la excusa del conflicto en Mercado Libre. Daer criticó la actitud del gremio Camioneros, que bloqueó los depósitos de la empresa de Marcos Galperín, y no tardaron en contestarle.

 

Creo que hay que ser respetuosos de las organizaciones sindicales. El convenio colectivo lo tiene firmado el gremio de Carga y Descarga”, dijo el titular de la CGT en declaraciones radiales, que desacreditó los bloqueos como forma de protesta.

 

Haciendo gala de su apodo, “Dinamita”, Pablo Moyano respondió rápidamente lo que consideró una “provocación”. “Esas críticas (de Daer) no tienen fundamento y carecen de toda moral y de ética. Camioneros defiende de forma constante el salario, los derechos y los puestos de trabajo, a contramano de la CGT que, en plena pandemia de coronavirus, convino la reducción de los haberes en un 25 por ciento”, retrucó el dirigente camionero.

 

La pelea desnudó las diferencias entre los dos grandes bloques que existen en la CGT. Hasta hace un tiempo, la posición de Daer estaba consolidada. “Muchos gremios creen que la cercanía con el Presidente es fundamental para lo que viene, no quieren que la central termine rompiendo con el Gobierno en un momento tan crítico”, admitieron a Política del Sur fuentes de Azopardo sobre el apoyo que recibió el hombre de la Sanidad en los últimos tiempos.

 

Pero con estos dos “tropiezos”, sumado a la crisis que está haciendo que cada vez más trabajadores sufran problemas salariales y laborales, el clima se tensa.

 

El pedido de la CGT más “combativa” puede ser clave para lo que suceda en la renovación de autoridades, aunque queda una incógnita: si los gremios piden el fin del “dialoguismo” en la conducción cegetista, poniendo fin al liderazgo de la CGT, ese pedido llegará al Gobierno. Porque Daer y Fernández comparten de alguna manera estilo. ¿O será que criticar al líder de la CGT es un tiro por elevación a la Casa Rosada?

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