Un hecho admitido y tomado con sorna por muchos dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR) es su afición a las elecciones internas. Muestra de esto es que, en medio de la pandemia del coronavirus y la cuarentena preventiva (con mayor o menor rigidez) decretada en la provincia de Buenos Aires, el Comité bonaerense puso como fecha para los comicios partidarios el 11 de octubre.

Hoy es el último plazo para la presentación de las fichas de afiliados, con vistas a la fecha fijada por el presidente del Comité Provincia, el ex vicegobernador Daniel Salvador. ¿Pero es factible que se hagan en este contexto?. Política del Sur habló con voces del partido centenario que coinciden que pactar el plazo para el acto electoral era necesario en términos legales.

“No está en el ánimo de mucha gente”, señalaron desde el oficialismo partidario, que apuestan porque todos los mandatos, desde el del presidente del Comité Provincia hacia abajo, se estirarán y la interna se pospondrá hasta marzo.

Desde otro sector de la UCR señalan que “se puede votar el 11 de octubre o no, pero dependerá si están todos los municipios en fase 5”. Sin embargo, sea este año o más adelante, los radicales garantizan que irán a las urnas.

    

Con @MaxiAbad participamos del 1er Congreso Virtual de la @JRBsAs. Durante estos 4 años, juntos convertimos a la @UCRBuenosAires en un partido protagonista del presente, con el empuje de una JR que toma la posta y que siempre va hacia adelante.

¡Felicitaciones chicos y chicas! pic.twitter.com/h7qgRxNZmc

— Daniel Salvador (@SalvadorPBA) June 14, 2020

 

Los candidatos

Con una fecha ya estimada, se haga o no en octubre, el partido se tiene que preparar para las internas. Más fácil sería ir a una lista de unidad, pero hoy está planteado un escenario de disputa electoral partidaria entre dos sectores.

Salvador impulsa como su sucesor a Maximiliano Abad, jefe de bloque de diputados bonaerenses de Juntos por el Cambio.

“Abad es un tipo que tiene una proyección interesante y le va a venir bien al radicalismo como imagen”, se entusiasman desde su sector, destacando, además, el diálogo que mantiene en la Legislatura provincial con las otras fuerzas socias del frente Juntos por el Cambio, tanto cuando eran gobierno, como en la oposición, con o sin pandemia.

Enfrente está el sector de Evolución Buenos Aires, que tiene como referencia al senador nacional Martin Lousteau. Afiliado recién en 2017 al partido centenario, el excandidato a jefe de Gobierno porteño armó su tropa bonaerense con dirigentes como el rector de la Universidad Nacional de Almirante Brown, Pablo Domenichini, y el diputado provincial Fernando Pérez.

Sin embargo, el hombre clave en este armado es Gustavo Posse, intendente de San Isidro desde 1999, y sin posibilidad de renovar su mandato, completaría en 2023 24 años al frente del municipio, luego de suceder en el cargo a su padre, Melchor.

“Con las fecha de octubre, el candidato es Posse. Si se vota el año que viene, no sé”, aclararon desde Evolución. Según señalaron, la pandemia los favoreció para darle mayor volumen a su sector y a la postulación del sanisidrense.

Desde el bando contrario le recuerdan a Posse las distintas alianzas que tuvo que ensayar con gestiones nacionales y alternativas electorales de distinto color político. “El electorado radical lo conoce a Posse, por más que Lousteau le preste el nombre”, señalaron desde el oficialismo partidario.

El eje de la disputa estará en el Conurbano bonaerense, el mismo que le es esquivo a Juntos por el Cambio. A pesar de que la mayor parte de las intendencias radicales están en el interior de la provincia, las dos corrientes internas reconocen que el eje de la elección está en la Primera Sección Electoral y la Tercera.

La Primera es reconocida como un bastión de Posse, mientras que la Tercera “va a estar más peleado”, señalan desde el oficialismo. Incluso, desde Evolución pronostican un final peleado.

En lo que respecta a la región, los dirigentes enrolados detrás de la candidatura de Abad controlan los comités de Avellaneda, Lanús y Lomas de Zamora.

Por su parte, al bando de Evolución pasaron el exconcejal de Lanús Lucas Folino; el delegado del Ministerio de Trabajo en Almirante Brown, Sergio Guerriere; el defensor adjunto del Pueblo de Avellaneda, Rodrigo Galetovich; y en Esteban Echeverría, el e concejal Roberto Leonis y la cúpula del comité local, entre otros.

Gran charla de @evolucionbsas “Diálogos estratégicos en tiempos de Covid - 19” con @gugalusto, @tonelli.luis y moderado por @pablodomenichini. pic.twitter.com/2PodMEKGKj

— Lucas Rafael Folino (@lucasfolino83) May 22, 2020

El frente

Fuera de las paredes de los comités locales, a los radicales los espera la interna del frente Juntos por el Cambio; hoy dividido en dos alas: la dialoguista, referenciada en el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, y otro sector, más duro, liderado por la titular del PRO, Patricia Bullrich.

Según analizan, la dualidad ala dura-ala blanda también se replica en el partido centenario a nivel nacional con el titular de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales.

“Se va a necesitar mucho diálogo. Cuando la pandemia sea un recuerdo y quede la economía como tierra arrasada, van a ser necesarios los consensos”, advirtieron desde el oficialismo, que, como se mencionó, propone para la presidencia del Comité Provincia llevar adelante las conversaciones con el Gobierno bonaerense en la Cámara baja.

Desde el otro sector compararon la situación con una cena familiar navideña: se asiste, pero se conversa con los de más afinidad. En ese sentido, anhelan una foto de Lousteau con los referentes del ala moderada de Juntos por el Cambio, al que se le puede sumar el extitular de la Cámara de Diputados de la Nación Emilio Monzó.

“Ahora se igualan las cosas. El PRO ya no tiene la lapicera”, advirtieron desde el oficialismo partidario. Coinciden desde el otro sector en que haya una situación de igualdad en los municipios de los “sin tierra” (referentes macristas que no son intendentes de los municipios a los que pertenecen).

Sin embargo, y tratándose de una fuerza que fue derrotada en la Nación y la Provincia, perviven las críticas y resquemores. “Uno también tiene que analizar por qué perdió. No se puede no tener empatía con el que nos vota. Ganamos y al otro día empezamos a subir la luz, el gas y el agua”, recordaron.