Ayer entró en vigencia la nueva Ley de Alquileres, que fue sancionada este mes por el Congreso Nacional y promulgada y publicada el martes en el Boletín Oficial. La norma introduce una modificación al Código Civil y Comercial y otorga beneficios especialmente a los inquilinos o locatarios.

Sin embargo, las inmobiliarias también se verían favorecidas en la forma de realizar los ajustes en los contratos de locación, que a partir de ahora se harán de acuerdo a un índice elaborado por el Banco Central, compuesto en un 50 por ciento por la variación de los salarios (Índice Ripte) y en otro 50 por ciento por la tasa de inflación que mide el Indec (IPC).

Así lo explicó a Política del Sur la corredora inmobiliaria de Almirante Brown Emilse Armbruster: “Es una modificación liberadora porque el peso o responsabilidad que yo tenía con mi comitente locador cae sobre el propio Estado. (…) A mí, la ley me desactiva esa preocupación que puedo llegar a tener en cuanto a un ajuste o a un posible valor dentro de un contexto de país inflacionario.”

Es que -según amplió- hasta el martes las inmobiliarias, como mediadoras, se manejaban con una ley de los noventa, de la época de la convertibilidad, con la diferencia de que en aquel entonces, debido a que no había inflación, no necesitaban proyectar cuánto podría llegar a valer un alquiler uno o dos años después.

En ese sentido, argumentó: “El ajuste aparece recién ahora, porque hasta la fecha no tenemos ajuste en los contratos de locación. Los profesionales inmobiliarios tenemos que hacer cálculos de rentabilidad en cuanto a las locaciones. Al saber que estamos en un país inflacionario, no podemos calcular los 24 meses iguales, entonces tenemos que hacer una especie de futurología, no tenemos ningún elemento certero para decir qué va a pasar de acá a 24 meses. Los alquileres fueron los que menos aumentaron en estos años con respecto a otros productos o servicios”.

De todos modos, pensando en los inquilinos, Armbruster manifestó incertidumbre sobre si el ajuste será beneficioso para ellos. “Es liberador para mí porque dejo de hacer futurología, pero de acá a un año veremos si verdaderamente fue acertado para los locatarios”, dudó.

Asimismo, la empresaria opinó que otra buena noticia para los corredores inmobiliarios es que la ley los “nombra como intermediarios obligatorios”, y agregó: “Empezamos a entender como sociedad cuál es la función que nos corresponde a cada uno, porque a nosotros nos ponen como si fuésemos una parte más de ese contrato de locación, cuando en realidad somos profesionales que intervenimos, como un abogado, un escribano, para que ambas partes, locador y locatario, lleguen a un acuerdo equilibrado y favorecedor. Nosotros hacemos el trabajo, pero no somos responsables de lo que cada parte hace.”

Vuelta atrás

Por otra parte, Armbruster se refirió a la marcha atrás que dio el gobierno nacional con la flexibilización de actividades, tras los anuncios del viernes pasado de extender y endurecer el aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Al respecto, más allá de que tanto los martilleros como los inmobiliarios también habían sido habilitados para volver a funcionar con aquella flexibilización, la profesional de Almirante Brown indicó que no hubo demasiada diferencia.

“La actividad nuestra está parada con o sin flexibilización, porque no había mudanzas ni podíamos mostrar casas. La única diferencia que tuvimos fue que con turnos pudimos atender dudas o problemas, pero no (concretar) alquileres ni ventas”, explicó.