Javier Sanguinetti tiene una vida ligada a Banfield. Desde su debut allá por 1989, viviendo los ascensos del 93 y del 2001, y ya como ayudante, vivió el campeonato del 2009 sentado al lado de Julio César Falcioni.

Hoy continúa junto al emperador como ayudante de campo del primer equipo del Taladro y habló de todos los temas en una extensa charla con Deportes del Sur: desde la posibilidad de un protocolo de entrenamiento, la vuelta al fútbol, la situación de Payero, el retiro de Civelli, sus títulos con Banfield y su historia de amor con el club.

- ¿Qué opinás sobre la posibilidad que se baraja de generar un protocolo de entrenamiento?

- Estamos lejísimos de tener un protocolo viable para el fútbol, se están tratando de ver protocolos individuales que tienen muchas dudas, imaginate el fútbol. Son protocolos que no son simples y no son baratos para las economías de los clubes. Siendo optimistas, veo la vuelta al fútbol cuando pase el invierno donde la curva de infección pueda descender producto de que el virus comienza a mermar por el tema de la temperatura.

- En ese plano, ¿considerás que la decisión de volver al fútbol tiene que ser por parte del Estado o de la AFA?

- Tendría que estar avalado por personas que saben de esto, en este caso el Minsterio de Salud. Como al Presidente le dicen cómo abrir o cerrar cuarentenas, el fútbol no debería estar excento de eso. Deberíamos estar relacionados con personas que no tocan de oído, sino que saben. Estamos en una situación complicada, aventurarnos a creer que con un protocolo vamos a solucionar todo no es bueno. Después hay una vida, no es sólo cuando vas a entrenar. En Primera tenés la posibilidad de que los jugadores vayan en su vehículO. ¿Cómo hace un chico de la Primera B o Primera C que viajaN en transporte público?

-¿Qué opinión tenés de la finalización de los contratos en junio? ¿Se piensa en perder a algunos jugadores?

- Son secuelas que deja la pandemia, eso tendrá que ver con la oficialización de cómo serán los torneos. La posibilidad de que haya o no descensos, las necesidades que tengan los clubes, las ventas y el mercado. Todas las incógnitas que se generan en el día a día para nosotros están, todavía no hay nada concreto.

- ¿Creés que está bien la quita de los descensos por dos años?

- En un país donde se cree que va a haber el 40 por ciento de gente por debajo de la línea de la pobreza, me parece lógica la quita de los descensos, para que los clubes se reacomoden, revean su postura, sin la necesidad de salir corriendo y que ocurran este tipo de cosas. Sé que van a afectar a los jugadores, ahora también tienen problemas, hay muchos jugadores que tienen dificultades y le deben el sueldo de meses. Ojalá que esto sirva para reordenar definitivamente el fútbol argentino y que no cada cinco años tengamos una crisis de este calibre y que los jugadores siempre terminen siendo los más perjudicados.

-¿Cómo está la situación económica con el club?

- Está bien dentro de las posibilidades, hay un protocolo que está cumpliendo el club. Han cumplido lo que nos han dicho y no mucho más, no ha habido ningún tipo de cosas raras con nosotros.

- ¿Sos consciente de que se te pueden ir jugadores claves como Urzi o Bravo en el mercado de pases siguiente?

- Es la única forma que tienen los clubes de poder seguir solventándose. Banfield está armado para eso, para que Urzi juegue 40 o 50 partidos en la institución y sea vendido. Lo ideal sería retenerlo, pero en esta situación donde la cosa no viene bien, tener a Urzi es una tranquilidad porque sabés que vas a tener un período donde no vas a tener urgencias económicas. Siempre ha sido un club vendedor que de eso se alimenta. Para eso trabajan en inferiores donde salen chicos que en un tiempo se disfrutan, pero el mercado indica que los clubes chicos a los grandes jugadores, los pueden retener durante un cierto tiempo.

- ¿Al cuerpo técnico le gustaría la vuelta de Payero?

- No estamos en condiciones de poder decidir. El jugador cuando viene tiene que estar a gusto, me parece lo más lógico. Si te invito a trabajar, tenés que estar a gusto. Si no estás a gusto o queré,s estar en otro lado mejor es que estés en el lugar que corresponde o donde quieras. Obligar a ciertos jugadores porque tienen contrato termina saliendo mal a la larga. Payero tiene una opción de compra con un club que parece solvente y veremos qué es lo que ocurre el 30 de junio.

- ¿Cómo está la situación de Civell? ¿Hablás con él?

- La idea de él era retirarse en junio, habrá que ver cómo reacciona después de esto, si tiene ganas o no. Quizás ahora tiene ganas, pero esto se estira y las ganas se le van. Es muy cambiante la situación porque no hay una certeza de cuándo vuelve o cuándo se acaba esto. Hablar de posibilidades o de alguna situación en especial sería medio ilógico.

- ¿Cómo está Falcioni? ¿Hablás seguido con él?

- Hablamos cotidianamente, está muy bien, con las mismas ganas de todos de que esto se resuelva de la mejor manera posible. Charlamos dos o tres veces a la semana y está de buen humor, eso es importante.

Su historia con Banfield

Sanguinetti vivió todo en Banfield. Desde el debut con la camiseta albiverde, sólo un año no jugó en el club, que fue cuando el Taladro lo vendió a Racing en el 93. Un año después, volvió a vestir la camiseta de sus amores, por la cual tiene el reconocimiento de ser el jugador con más presencias.

- Con toda tu historia en Banfield, imagino que habrás visto el especial que pasaron el fin de semana pasado del ascenso del 2001.

- Era la primera vez que veía el especial con mi hijo, que en su momento tenía cinco meses. Ahora va a cumplir 20 años. Pasó mucho tiempo, le mostré algunas cosas que él no vivenció. Ese momento hace recordar lo humano, fue un grupo que me dejó muy marcado"

- ¿Qué recordás de aquel título?

- Me acuerdo de todo, vivimos todas las situaciones que se viven en mucho tiempo, pero en un solo campeonato. Teníamos un plantel que se armó para pasar el año. Había tres o cuatro equipos que se habían armado de manera escandalosa. Quilmes tenía un presupuesto cinco o seis veces mayor, Instituto también tenía un presupuesto enorme con Martino. Eran equipos que estaban por encima de lo que podíamos aspirar. Teníamos problemas institucionales, el club estaba complicado desde todo punto de vista. Daba toda la sensación de que iba a ser un campeonato muy complejo para nosotros, pero terció el grupo humano, la calidad de gente que lo conformaba. Entendimos cuáles eran las necesidades y lo mejor para cada uno de nosotros, peleamos por lo deportivo y nos olvidamos de todo los demás. Superamos a rivales que eran superiores a nosotros en la previa. El festejo y lo que siguió de ese grupo fueron cinco o seis años muy fructíferos para la institución.

- Por otra parte, ¿qué recordás del ascenso en el 93 con los penales ante Colón?

- Ese ascenso no tiene punto de comparación. A Colón le hicimos nueve goles en dos partidos, no había punto de comparación entre un equipo y otro, era mucha la diferencia futbolística. Al final del torneo no tuvimos un buen cierre, perdimos puntos, Colón lo aprovechó y llegó a la final de mejor manera que nosotros. Ese partido lo sufrimos mucho, con diez hombres y un penal en contra durante el partido. Gabriel (Puentedura) se vistió de héroe, atajó un penal en el partido, que si lo metían no sé si teníamos chances de empatarlo, y los dos penales a favor que tenía Colón. De épico no le faltó nada.

- ¿Alguno de los ascensos vale más que el título del 2009 como ayudante de campo?

- Cada campeonato tiene algo especial, la diferencia es que este es el torneo oficial de Primera División. Todo lo que eso conlleva relacionado a lo que significó, peleaste contra los mejores de tu país. A Banfield le costó 113 años poder conseguir un título, no era poca cosa, y el título de 2009 está en primer lugar por lo que significa y por la importancia que tiene para todos los que estamos relacionados con el club.

- Si tenés que destacar algo de cada campeonato, el por qué fueron campeones, ¿qué dirías?

- No hay punto de comparación entre los títulos. El 92-93 teníamos un equipo fantástico, estaba planteado para lograr el ascenso, era un equipo de estrellas: Puentedura, Stafuza, Higuaín, Herrero, Lenguita, Czornomaz. Todos jugadores de primera división, apoyado en los juveniles que venían teniendo actividad en los años anteriores: Patrulla (Jiménez), Delfino, Benedetti, Godoy y yo. El del 2000 fue distinto porque no nos preparábamos para un ascenso, hay mucha diferencia. En el 2000 tuvimos un grupo humano que refundó a la institución, le sirvió a Banfield para ponerse en carrera otra vez. Y el 2009 fue un grupo de jugadores que estuvieron superlativos, con un entrenador muy inteligente que pudo sacarle provecho, y además se alinearon los planetas. Tuvimos quince partidos invictos y de los últimos cuatro perdimos dos, y salimos campeones igual, tuvimos la suerte de que River y Boca no terciaran en esa pelea, porque pelear contra ellos no es lo mismo. Cada uno tuvo su significado, sus puntos altos y sus características fueron diferentes.

- ¿Qué es Banfield en la vida de Javier Sanguinetti?

- Banfield para mí es una relación de por vida. Soy hincha de Banfield desde que tengo uso de razón, y cuando me acuerdo de algo de mi vida, está relacionado con el club. Desde los 8 años que tengo una relación con la institución hasta los 37, que me retiré. Después estuve dos de ayudante de campo y ahora volví. Tuve la posibilidad de que Banfield me diera mi formación, no sólo como futbolista, sino como ser humano, me enseñaron valores. Estoy orgulloso de que Banfield me haya formado, es mi segunda casa, soy una persona absolutamente agradecida a la institución y a todas las personas que me dieron una mano para eso.

- ¿Qué es Javier Sanguinetti en la vida de Banfield?

- Hoy soy el jugador que más veces vistió esa camiseta, para mí es un orgullo. No me gusta ponerle un mote, no me parece adecuado ni correcto. Me tocó disfrutar momentos increíbles desde todo punto de vista, tuve la suerte de salir campeón de todas las formas: como hincha en el 87 en cancha de Banfield, como jugador y como cuerpo técnico. Pude disfrutar de las tres formas. No sé si alguno tuvo muchas chances de hacerlo. Me considero un afortunado de haber vivido todo lo que viví en el club.