jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº1968

Los Andes | 12 may 2020

ENTREVISTA

Adrián Czornomaz: “Espero volver algún día a Los Andes para ponerme el buzo de director técnico”

El "Pirata" repasó su extensa trayectoria como futbolista en una charla imperdible con Deportes del Sur. Desde sus comienzos en Independiente, pasando por San Lorenzo, su mala experiencia en Europa y sus grandes etapas en Los Andes. Además, recordó cómo fue su salida de Talleres de Escalada como entrenador y vislumbró un futuro dirigiendo al Milrayitas.


Adrián "Pirata" Czornomaz tuvo una extensa trayectoria en el fútbol. Nacido en Avellaneda el 30 de abril de 1968, es el máximo goleador histórico de la Primera B Nacional con 160 tantos. Convirtio 258 goles en toda su carrera. 

Como futbolista, inició su carrera en Argentino de Quilmes (1986-1988), luego pasó a Independiente (1987-1989), Cobreloa de Chile (1990-1991), San Lorenzo (1991-1992), Rapid de Viena (1992), Banfield (1992), Belgrano de Córdoba (1993), Quilmes (1993-1994), All Boys (1994-1995) Tigres de México (1995), Los Andes (1995-1996), Universitario de Perú (1996), Sporting Cristal (1997), Los Andes (1997-1998), Atlético Tucumán (1998-1999), Quilmes (1999-2000), Gimnasia y Esgrima de Jujuy (2000-2001), Tigre (2001), Independiente Rivadavia de Mendoza (2002), Tristán Suárez (2002-2003), Defensa y Justicia (2003-2004), Argentino de Quilmes (2004-2005), Talleres de Escalada (2005-2006).

Como entrenador, dirigió a Atlético Tucumán (2011). Fue ayudante de campo de Leonardo Madelon en Unión de Santa Fe (2014), dirigió a Fénix (2018) y Talleres de Escalada (2019).

Entre sus logros se destacan una liga con Independiente (1988-1989), un ascenso a Primera División con Banfield (1992-1993). Además fue Subcampeón de la Copa Libertadores con Sporting Cristal en 1997 y máximo goleador de la Primera B Nacional en 1995-1996 y 1998-1999, de la Copa Chile 1990 y de la Primera División de Perú en 1996.

 

- ¿Cómo estás llevando la cuarentena? 

- Estoy en mi casa compartiendo la cuarentena con mis hijos, acompañado. Tratando de pasarla lo mejor posible, quehaceres de la casa, cocinar, ordenar, todo eso. Viendo fútbol, alguna serie, cuidándonos y esperando que pronto se pueda volver a las actividades normales para salir de esta situación que no le gusta a nadie.

- ¿Mirás mucho fútbol?

- Lo voy dosificando, porque lo que pasan es lo que yo paso. Trato de mirar poco para atrás y siempre para delante. Hay partidos que llaman la atención, miro tácticamente como se paran los equipos, lo llevas un poco más profundo para que resulte divertido. Miro porque me gusta, cuando hay fútbol de verdad voy a las canchas porque miro jugadores, sistemas tácticos, me gusta ir a la cancha. Más allá de que el último semestre no dirigi traté de mantenerme actualizado.

- De hecho, Fito Della Picca siempre habla que le dejaste un poco armado el equipo en Talleres.

- Considero que armé el equipo de Talleres. Yo a Fito lo tuve como técnico y sé que además de muy buen entrenador es una gran persona. Todos los jugadores que hicieron la gran campaña en la primera rueda los fuimos preparando nosotros, algunos jugadores no llegaron en la mejor forma física, estaban lesionados y los tuvimos que ir preparando. No los pudimos utilizar en las primeras fechas, los resultados son los que mandan en el fútbol y los tiempos hacen que uno no pueda terminar de formar los equipos. Por suerte, la realidad marcó que todos esos jugadores que llevamos pudieron armar el equipo, funcionó y se llegó a pelear los primeros lugares hasta las últimas fechas. 

- ¿Cómo ves a los delanteros del fútbol actual? ¿Pensás que ahora no sólo sirve convertir sino que juegan en función del equipo y eso también es valedero?

- El fútbol fue cambiando. Hoy todos tienen que atacar y defender. No sólo los delanteros, sino que los marcadores de punta, los volantes, tienen que llegar al área. Hay distintas dinámicas y metodologías de trabajo. Se le pide al jugador que pueda ser útil en varias posiciones y con varias funciones como para darle al equipo situaciones de gol. Por supuesto que si el delantero además de servirle al equipo en su función, de poder jugar, pasar, recuperar, presionar, tiene gol, seguramente va a ser un jugador muy valuado y valioso para que se quede poco en el fútbol de ascenso o en el fútbol argentino y poder pasar a otro fútbol que le paguen mejor seguramente.

- Haciendo un repaso por tu carrera como futbolista, fueron casi veinte años con pasos por Banfield, Los Andes, Quilmes, San Lorenzo, Independiente, entre otros. ¿Cuál fue tu mejor etapa como jugador? ¿Dónde te sentiste más cómodo?

- Tuve una carrera extensa, muy linda. Yo creo que disfruté mucho mi paso de Argentino de Quilmes a Independiente porque pasé al club del que soy hincha, fanático, lo seguí mucho tiempo desde la tribuna de pibito, yendo con mi padre y mi hermano a la cancha. Después de eso, disfrutar y ponerte la camiseta del club que sos hincha, salir campeón, hacer goles y jugar con tu ídolo que fue Bochini, fue un sueño cumplido. Lo disfruté muchísimo y fue una etapa muy linda. Yo no pensé en llegar a ser jugador profesional, en aquel momento se dio y después disfruté de la carrera y de todos los clubes que me dieron la posibilidad de trabajar. En la mayoría me ha ido muy bien, he convertido muchos goles y en los demás he convertido por lo menos uno. Creo que por eso anduve por tantos clubes porque en aquellos momentos los contratos eran solamente por un año, y cuando te iba muy bien en un club ya tenías ofertas de otro club. Te podías ir porque era un poco más poderoso ese club o pagaba un poco más. En los que me iba mal y no me renovaban el contrato había  que buscar otra opción. Creo que hoy el jugador está mucho más protegido que cuando yo jugaba y todo evoluciona. Creo que el récord de goles que tengo en la B Nacional de 160 no va a ser batido nunca porque, lo digo con humildad, se van los jugadores. No se quedan en la categoría cinco o seis años como lo hice yo. En este momento un chico que hace 25 goles en una temporada se va a jugar a Primera División o al exterior. 

- Y en contrapartida, ¿cuál fue el peor?

- Considero que fueron dos. El primero, cuando San Lorenzo me vende al Rapid de Viena en Austria, yo tenía mucha ilusión de ir al fútbol europeo. Fui en enero del 92 a Viena y la verdad que caí en un clima muy hostil porque nevaba todo el tiempo, oscurecia a las cinco de la tarde, yo venía del verano en Argentina, no me pude adaptar a eso. Además tuve dificultades con el idioma, no había internet, celulares, el idioma era alemán, yo sabía un poquito de inglés. La verdad que se me hizo muy complicada la convivencia y después hubo problemas de lavado de dinero con la compra de mi pase por parte de los dirigentes. Llegaron los nuevos dirigentes en junio, además de haber jugado poco y haber convertido un sólo gol no querían que yo esté en la plantilla. La verdad que la pasé mal. En lo futbolístico, en Quilmes habiendo sido goleador del campeonato, no poder ascender y perder tres finales fue uno de los grandes fracasos al tener tantas posibilidades y no poder conseguir el objetivo que era ascender a Primera División.

- Yendo un poco a Los Andes. El año pasado cuando fuiste como entrenador de Talleres la gente te aplaudió y te recuerda con mucho cariño. ¿Cuál es tu recuerdo de Los Andes?

- Principalmente, el cariño de la gente, siempre. Me bancaron mucho. En Los Andes yo sabía que me ponía la camiseta y podía hacer un gol. Jugué dos temporadas, fueron casi 50 goles, no llegué  a ser el goleador histórico por un par de goles, pero por promedio entre partidos y goles no creo que haya otro que tenga el promedio que tenga yo. Yendo puntualmente a cada vez que voy a la cancha de Los Andes, siempre el mejor de los recuerdos, el cariño de la gente, me dio mucho gusto cuando fui como técnico de Talleres que toda la gente me haya aplaudido. Espero volver algún día para ponerme el buzo de Los Andes como técnico porque se que nos va a ir bien y espero poder tener esa posibilidad en algún momento de mi carrera. Asi que estoy agradecido y es el equipo que más goles he convertido en mi carrera.

- ¿Cómo fue para vos convertirle un gol a Los Andes jugando para Quilmes, esa final recordada por el ascenso en la temporada 1999-2000?

- La verdad que Ginarte había armado un gran equipo en aquel momento. Huracán tenía las mejores individualidades y mereció el ascenso de punta a punta, pero después cuando nos tocó jugar contra Los Andes sabíamos que ellos eran un gran equipo, estaban muy bien trabajados. Sabíamos que iba a ser complicado. Me acuerdo cuando fuimos a la cancha de Los Andes, un día tormentoso, lluvioso, Ricardo Rezza decidió que yo no jugara ese primer partido, estaba en el banco de suplentes y perdimos dos a cero. Yo necesitaba y quería que con Quilmes ganáramos el ascenso, pero en la revancha con toda la ilusión de lograrlo, no pensé que el rival era Los Andes. Si pensé en nuestro equipo y todo el sacrificio que habíamos hecho durante el año y la gran ilusión que teníamos todos de ganar el ascenso. Se dio que a los 15 minutos se diera un penal, yo era el pateador del equipo y fui decidido a que ese sea el impulso para lograr los dos goles que necesitábamos para ascender. Por suerte converti, me acuerdo que entro en el ángulo la pelota. Sala venía atajando muchos penales, fue una situación extrema. Lamentablemente después no se dio el segundo gol. Los Andes en el segundo tiempo equilibró las cosas y no pudimos conseguir lo que queríamos.

- ¿Hay alguna cuenta pendiente en lo que fue tu carrera?

- No me gusta mirar mucho para atrás. Sí sé que hice una carrera, convertí muchísimos goles, di muchas alegrías y me hicieron sentir bien en muchos clubes. En Los Andes, Atlético Tucumán, Perú, me fue realmente bien donde llegamos a la final de la Copa Libertadores con Sporting Cristal. Creo que hice una carrera linda, no me reprocho nada. Si me quedo la espina de haber hecho muchos goles, pero en el caso puntual de Quilmes no poder ascender. Después, hasta con mi carrera de técnico estoy contento porque estuve muchos años con Madelon y ahora que decidí ser la cabeza de un cuerpo técnico nos fue muy bien. En Talleres armamos un gran equipo, lo trabajamos mucho y cuando teníamos todo para empezar a funcionar no nos dieron los tiempos los dirigentes.

- Hablando de Perú, comentabas que con Sporting Cristal llegaron a la final de la Copa Libertadores en 1997. Eliminaron al Racing de Basile en Semifinales. ¿Fue el mejor equipo que te tocó integrar?

- Era un gran equipo porque tenía muy buenas individualidades. Sergio Markarian, el uruguayo, era el técnico. Logró amalgamar un montón de situaciones personales. Tenía muchos jugadores que después pelearon la clasificación con Argentina para entra al Mundial 98. Tenía muy buenos jugadores peruanos y extranjeros. Fue aquel equipo que perdió en Avellaneda dos a uno y ganó en Lima después. Yo sufrí la posibilidad de no jugar ese partido porque por la Copa América del 97 se paró el torneo y a mi me vendieron a México entonces la semifinal y la final no pude estar.

- ¿Te quedó la bronca en Talleres que no te dieran más tiempo para trabajar con el equipo que habías armado?

- No siento rencor por nadie. Sí sentí que no me apoyaron en el momento que tenían que apoyar. El equipo no era un desastre, jugaba bien. El partido con Los Andes no merecimos perder de ninguna manera, con un jugador menos, un gol anulado que no se entiende por que. Un penal que fue penalcito si fue. Despues un partido con Flandria nos empataron sobre la hora después de ir ganando bien. Un montón de situaciones que si nos ponemos a analizar, mismo el partido contra Tristán Suárez que perdimos 4 a 1, en el primer tiempo merecíamos ir ganando por dos goles de diferencia. Yo creo que lamentablemente para mí y mi cuerpo técnico habíamos hecho un muy buen trabajo, preparando a los jugadores para lo que viniera, con una pretemporada muy bien hecha, con un sistema de juego que iba a dar resultado y lamentablemente no llegaron los tiempos. Por Talleres y Fito Della Picca me alegro y por nosotros también, porque la campaña terminó siendo lo que yo suponia que iba a ser. Creo que sin desmerecer el gran trabajo que hizo Della Picca, nosotros preparamos un gran equipo que él lo pudo aprovechar y es merito de él.

- ¿Estuviste cerca de dirigir a Los Andes en el último tiempo o no hubo ningún llamado?

- No hubo contacto directo. Por allegados que hay en el club, sé que mi nombre se pudo haber manejado en algún momento, pero a mí directamente no me han llamado. Así que, como digo siempre, el fútbol es el momento y la oportunidad. Por ahí en un futuro exista la posibilidad de que podamos trabajar en el club. Sin dudas, me siento preparado y capacitado para ese momento. Poca gente sabe que ademas de los 19 años que tuve como futbolista, estuve 11 años trabajando con Leo Madelon como ayudante de campo en Primera División. Lo que tuve ahora al frente de los equipos fueron pocos momentos, pero buenos. Uno es autocrítico y sabe en lo que se equivocó, lo que tiene que mejorar, así que esperamos la posibilidad ya sea en Los Andes o en otro club para poder tener una nueva oportunidad.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias