A casi un mes de la última vez que se las vio con vida, se conocieron los resultados de las autopsias de los cuerpos de Cristina (40) y Ada Iglesias (7), madre e hija asesinadas y halladas enterradas en el fondo de su casa de Monte Chingolo a fines de marzo pasado.
Los estudios post morten confirmaron que las víctimas fueron asesinadas a golpes con “un elemento duro y romo, como una maza, y a puñaladas”, tal como había confesado el único detenido, Abel Romero, durante su declaración indagatoria, en la que confesó la autoría del doble crimen.
Se trata del joven de 25 años que era pareja de Cristina, quien permanece tras las rejas y cuya prisión preventiva podría confirmarse en los próximos días, tras el pedido realizado por el fiscal Jorge Grieco, de la UFI 2 descentralizada de Lanús, a cargo del caso.
En diálogo con Política del Sur, el abogado de la familia damnificada, Mariano Lizardo, contó que “en los últimos días se reportó activo el teléfono que usaba Cristina y se lo encontró después de varios procedimientos para poder localizarlo”. “En el mismo había material probatorio que seguro vamos a utilizar como elementos de cargo contra el imputado”, afirmó el letrado.
Además, Lizardo reveló a este medio que la autopsia constató que ambas estaban “penalmente conscientes” al momento de la agresión y que el autor del hecho “fue a matar a Ada a su habitación porque ya se había despertado”.
El caso
Cristina Iglesias (40) y su hija de 7 años fueron halladas enterradas en el patio de su casa de Monte Chingolo el 29 de marzo. Ambas estaban desaparecidas y por el hecho permanecía detenido el novio de la mujer, Abel Romero (25), arrestado en la localidad de Rafael Calzada, en Almirante Brown.
Durante su declaración indagatoria, el doble homicida reconoció la autoría del hecho y confesó que había asesinado a las víctimas a puñaladas. En su testimonio, el imputado contó que había consumido estupefacientes junto a Cristina y que ambos habrían mantenido una violenta discusión que desencadenó en los asesinatos.
El joven está acusado de “doble homicidio triplemente agravado por haber mediado violencia de género, por el vínculo y por alevosía”, delito que prevé una pena de prisión perpetua.
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